martes, 12 de septiembre de 2023

La Divina Comedia y sus elementos simbólicos

Antonio Guerrero Aguilar/ Becario PECDA Nuevo León 2023

Se trata de un trayecto por tres etapas propias del destino en la vida de todo ser humano. Su principal preocupación y su forma de asegurar al menos en el plano de la fe, la salvación eterna. Dicen que si la vida es un sueño, la muerte es un despertar. Dante quedó dormido, pero no en el sueño eterno. Regresó a los tres días para contar lo que vio. Hasta la fecha, no se sabe que hay más allá de la muerte, nadie ha regresado y nos ha contado, aun así, existen los nigromantes, los que hablan con los muertos. Ellos nos brindan chispazos, trozos de lo que puede haber, así como de plano, otros dirán que ya no hay nada más. Todo es materia, no se crea ni se destruye, tan solo se trasforma.

Lo simbólico es lo que nos une. Lo contrario es lo diabólico. Es lo representado y expuesto en signos y señales. Pero nos hemos olvidado de interpretar los signos de los tiempos como de las cosas. Por eso dice Umberto Eco, cuando un signo debe ser explicado, ya perdió su sentido. Somos buscadores de sentidos de las cosas, porque todo nos habla y las cosas suceden por algo.

La epopeya más sublime de la era cristiana, según Mitre. En 1921, decía que si el lenguaje de la “Divina Comedia” ha envejecido, ha ido regenerándose, pues su letra y su espíritu se han rejuvenecido por la rica sabia de su poesía y su filosofía. Se trata de una obra que hizo época y nutre el intelecto humano.

La Divina Comedia es una obra escrita entre 1304 y 1321 (año de la muerte del poeta). En ella se narra el itinerario que Dante sigue partiendo del infierno hasta alcanzar los más altos cielos. El poeta logra llegar a el Estigia guiado por Virgilio, hablará con Tomás de Aquino y en su viaje se encontrará por una selva aún más oscura que la inicial. Su composición va del infierno, al purgatorio y finalmente al paraíso para regresar y contar lo que vio.

Su lenguaje corresponde a “il dolce stil novo”, (Dulce estilo nuevo) denominado por Francesco de Sanctis en el siglo XIX para reunir a un grupo de poetas italianos de la segunda mitad del siglo XIII, integrado por Guido Guinizzelli, Guido Cavalcanti, Dante Alighieri, Lapo Gianni, Cino da Pistoia, Gianni Alfani y Dino Frescobaldi.

Dante está considerado el más grande poeta italiano de la historia de la literatura y la cultura italiana y tiene rasgos entre los encumbrados en la república de las letras. En él aparecen reflejadas las mismas tendencias poéticas del resto de escritores. En su libro Vita Nova (escrito hacia 1294-1295) aparece ya reflejada su idea del amor.

La Divina Comedia no es solo una representación de las ideas y sentimientos contemporáneos, sino también un reflejo claro y espontáneo de los pensamientos individuales del poeta, desde la indignación que le produjo su exilio hasta la fe del creyente y el ardor del filósofo. La Divina Comedia definió el destino de la literatura italiana, dando lustre artístico a todas las formas literarias que la Edad Media produjo. Dante es uno de los precursores del Renacimiento. Hasta bien se le puede ubicar como profeta, porque el arte cuenta la historia de nuestro pasado e insinúa nuestro futuro. Publicada en 1321, en 1342 la ciudad de Florencia pidió a Bocaccio que explicara todo el simbolismo existente, para ello prepararon una edición en 1373.


Todo comienza en la selva obscura, donde el poeta se pierde en medio de la noche, se atraviesa Virgilio. Le dice que lo manda Beatriz a salvarlo. Ella está en el Limbo, llegan a la puerta del infierno, en donde pueden leer: “Lasciate ogni speranza voi che entrate”. En el itinerario se refleja el himno de los tristes. No es fortuito, el hecho de que haya elegido a Virgilio, quien escribió en la “Eneida”: He vivido y he recorrido el camino que la fortuna me había trazado.

El Infierno

Son nueve infiernos, en donde vemos las expectativas de la vida medieval y condiciones sociales. Las clasifica de acuerdo como a la moral cristiana y los fines que buscaron los seres humanos y en consecuencia, están pagando sus consecuencias. Puso a sus enemigos y contrarios, repleta de mitos y personajes tanto de Florencia como de la historia y de su tiempo.

En el año de 1300 se despierta en la noche del Viernes Santo, quiere subir una loma, desiste y es cuando encuentra a Virgilio. Para ir al Paraíso deben pasar por el Infierno y el Purgatorio. Hay un preludio: un cielo negro, persiguen a una bandera ondeante, pero son picados por avispas y avispones hasta sangrar. Escapan y se van al río Aqueronte, uno de los cinco ríos del inframundo y morada de los muertos y espíritus. Logran subir a la barca de Caronte.

El primer círculo es el Limbo, donde no había malos, sino personas que faltaba la fe. Ahí vio a Homero, Ovidio, Horacio, Platón y Aristóteles. En el segundo está la Lujuria, el sufrimiento, pero el menor de los pecados. Un ser monstruoso los separa con la cola. En el tercer círculo: La Gula, ve a los glotones que son almas sin cuerpo. Ve a Ciacco de Florencia que le profetiza que ganará el partido del pontífice. En el cuarto círculo: la avaricia, en donde está Plutón, acuden los envidiosos y descuidados. En el quinto círculo está la Ira, en un río donde hay almas en pugna. Ve a las Erinias que persiguen por venganza a los que cometieron ciertos crímenes. Los herejes y los ángeles les niegan la entrada, solo dejan a Virgilio. Las Erinias eran diosas de la venganza que tenían una insaciable necesidad de vengar todo tipo de injusticias que los dioses y los mortales

Pueden ver una ciudad con los círculos que van del sexto al noveno. En la primera a los herejes como los Epicúreos.  En el séptimo a los violentos, pelean consigo mismo, dañan al arte, con Dios y la naturaleza. Ven al Minotauro. Tras una persecución fueron salvados por los Centauros y advierten de un río de sangre. Ahí reconoció a su preceptor, quien le advierte de su exilio de Florencia. En el octavo vio a Gerión, un monstruo antropomorfo con tres cuerpos humanos. A seres cual quimeras. Ahí están los fraudulentos, los abusadores y esclavistas, a los que practicaron la simonía, los adivinos y hechiceros. Los políticos y estafadores, ve a los hipócritas que caminan lentamente porque llevan una túnica pesada. A los estafadores y manipuladores. Le advierten del grupo al que pertenece. Ahí vio a Odiseo y Diomedes.

En el noveno están los traidores, vio al gigante que hizo Babel. Los pecadores están atrapados en el hielo, congelados en regiones como Caína, Atenora (a su país), Tolomea (por invitar a la traición contra su suegro) y Judea por Judas. En el centro del infierno está el demonio atrapado. Todo está al revés. Recuerden, en la guerra de Miguel Arcángel, contra Lucifer, lo confinó al infierno.

El Purgatorio, como anticipo del Monte Sion.

Por fin llegan al Purgatorio, después de vagar dos días. Salieron por cráter que se formó cuando Lucifer cayó del infierno. Conforme avanzan, ven que los castigos derivados por los siete pecados capitales empeoran:

Los siete pecados capitales corresponden a la clasificación de los vicios o deseos del hombre según las enseñanzas morales del cristianismo. Los pecados capitales son lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.

Hay un ante-purgatorio. Para llegar a la montaña, hay terrazas complicadas. Hay purgatorio como un castigo temporal después de la muerte. Es para limpiar los pecados, se puede bajar o subir. Están los ex comulgados. El castigo se multiplica por 30. Solo las oraciones pueden recortar las penas y estancias. Los paganos no tienen opción, requieren de la fe. La montaña es una representación divina. Ahí ve a Catón, al valle de los Príncipes, como un sepelio, el águila que arde, la puerta en donde Santa Lucía les da la bienvenida. Un ambiente de fulgor, púrpura y rojizo. Le ponen siete P en la frente que le quitan conforma avanza.



Los poetas por cumplir con los pecados capitales. Al infierno van los pecadores y al purgatorio, los que tienen emociones. Primero, los orgullosos por inconscientes, en la segunda terraza a los envidiosos. Ahí Dante se queda ciego temporalmente, la ira. Una voz que los puede guiar en el trayecto. 

En la cuarta terraza los perezosos, alaban a los pacificadores. Por negligencia espiritual. El amor como fuerza motriz. Sueña con la sirena, siguiendo la terraza, un ángel del cielo. En las que siguen, están los que sufren por avaricia, gula, lujuria, los que se malograron. La tierra tiembla, señal que deben salir. Dante estaba con los justos, pero se desvió.

Alcanza el Paraíso gracias a Virgilio. Ve al árbol de la vida y del bien. El ángel le quita la última P. Cuando Virgilio se despide, le dice: no esperes más palabras ni señales de mi parte, mi voluntad es libre, erguida y entera. Por fin puede apreciar al jardín del Edén. El asunto del libre albedrío. Hay maldad cuando se carece del mismo.

Por fin puede ver a Beatriz, como el camino hacia Dios. El agua y los pecados. Vio la procesión. Compara a los ríos, el del olvido como de la memoria.

Infierno en la teología cristiana

Jesús bajó a los infiernos, como misterio de la encarnación, que se comparte con el sepulcro y el descenso al infierno. La de Cristo fue una verdadera muerte, la de Dante no. Las puertas del infierno no pueden con la Iglesia católica.

Quien no ama permanece en la muerte. Aquello que nos separa de la gracia, solo con la libertad y el estado de gracia.

Quienes van al Purgatorio, los que mueren en la gracia y en la amistad con Dios, pero no están purificados del todo, aunque están seguros de su eterna salvación. Por eso sufren después de su muerte una purificación para entrar a la alegría del cielo.

Es distinta al castigo de los condenados. Lo fijaron en los Concilios de Florencia y de Trento.

Se pensaba en un cierto espacio, donde se encontraría el purgatorio. Para el papa Benedicto XVI, el purgatorio no se presenta como un elemento del paisaje de las entrañas de la tierra: no es un fuego exterior, sino interior. Esto es el purgatorio, un fuego interior. Es el fuego purificador que libera la pena temporal. El pecado es lo que nos priva de la gracia, la incapacidad de la vida eterna.

En cambio, el Paraíso: como aquello que se comparte de la creación divina. Es la armonía consigo mismo. Trasciende la historia y el mundo, símbolo de fe, es lo visible como invisible. La totalidad de lo que existe. Lo que se complementa y sirve mutuamente. Como símbolo de los apóstoles.

El cielo

Jesús murió al tercer día resucitó. Algo similar el viaje que Dante hizo acompañado por Virgilio en dos de sus periplos hacia el cielo. Concebido como la esperanza después de la purificación. Para ello debe olvidar sus pecados en el río Leteo, para llegar al paraíso debe tomar de tal agua, para comenzar el trayecto hasta el Eunoe sitio de las buenas acciones. Ahí recibe el baño santo.

Otra vez, situado en esferas a las cuales debe acceder, son círculos repletos de luminosidad. En la primera está la luna, a donde llegan los espíritus débiles, aunque se portaron bien. Ya tiene a su lado a Beatriz. Como punto de partida, la actitud de vivir en paz y en armonía, no es necesario entender los misterios.

La segunda esfera corresponde a Mercurio, donde moran los espíritus activos. Son recibidos con dicha y paz, quieren hablar con él, pero no hay tiempo de escuchar relatos increíbles.



En la tercera esfera está Venus, donde habitan los amados y los bellos. El alma bella es la que tiene esplendor. Ahí los serafines cantan conmovidos.

En la cuarta esfera está el Sol, como círculo de la sabiduría y la gloria del sitio, habita ni más ni menos que Santo Tomás de Aquino.

La quinta esfera, es bajo la regencia de Marte, donde habitan las almas militantes. Ve al cuerpo de Cristo en la cruz, resguardados por seres celestiales. Aquí el tatarabuelo de Dante le advirtió de su exilio de Florencia.

En la sexta esfera Jupíter, el círculo de los justos y de los buenos gobernantes. El séptimo cielo, Saturno, donde habitan los contemplativos y la caridad. Hay una gran escalera dorada. Las estrellas bajan, pero en realidad son almas que pueden escuchar y responder. Es cuando dejó de oír las alabanzas. Ahí habita San Benito. Puede subir la escalera.

En la octava esfera, las estrellas fijas, se manifiesta el triunfo de Cristo y habita la virgen María. Desde el Empireo puede ver al planeta y le recomiendan que no se preocupe por los pueblos. El cielo gira alrededor de él. Los cánticos vuelven repletos de alegría y paz. Puede llegar hasta San Pedro que le pregunta sobre la fe, si la tiene y sí la biblia está repleta de verdades. Según las respuestas se puede avanzar. Puede ver a Santiago como a San Juan.

En la novena esfera está el primer inmóvil, rodeado de nueve coros angelicales que cantan por siempre. Una de las vías de Santo Tomás para demostrar la existencia divina, es el motor inmóvil, la causa-incausada. Es un bello centro apacible, luminoso como el Sol. El alma que habita ahí es paz y la gloria. Ahí las leyes físicas no gobiernan, puede ver a Dios como a la trinidad y puede ver la forma humana de Cristo. Ahí se despide de Beatriz.

Termina el trayecto, “A la alta fantasía, aquí faltaron fuerzas…

Más que movía mi deseo y mi vuelo…

Como rueda a su vez movida

El amor que mueve al Sol y las demás estrellas”

Es regresar al origen de donde todo viene y todo va. Despertó en la vida terrenal.

Los relatos escritos en verso, ponen al cielo como centro del Universo a la tierra inmóvil. El concepto geocéntrico imperante en el medioevo. Una filosofía escolástica con la incipiente cosmología, metafísica y ontología, en donde interactúa el pensamiento pitagórico de los iniciados.  Dante se eleva al cielo impulsado por la fuerza misma que hace rodar a los objetos celestiales, acompañado por su amada Beatriz. Al entrar en su pensamiento, se hizo casi divino. El intelecto alcanza su culmen en la contemplación divina. El alma racional es el último atributo humano creado por Dios. La libre voluntad es el máximo tesoro. Apolo y las musas preceden la inspiración divina.

Atraviesa los cielos en sus nueve fases. Según Tolomeo son nueve cielos. Para Dante son nueve coros celestiales. La perfecta visión de ver a Dios. Las estrellas forjan el cortejo del Sol. Héspero va detrás. «Héspero es Fósforo» es una frase famosa en la filosofía del lenguaje (véase por ejemplo nombre propio). Gottlob Frege usó los términos ‘lucero vespertino’ (der Abendstern) y ‘lucero del alba’ (der Morgenstern) para ilustrar su distinción sobre el sentido y la referencia, y filósofos posteriores cambiaron el ejemplo a «Héspero es Fósforo» para que utilizase nombres propios.

Saul Kripke usó la frase para demostrar que el conocimiento de algo necesario (en este caso la identidad de Héspero y Fósforo) puede ser conocido empíricamente, siendo por lo tanto falso que todo lo necesario sólo puede conocerse a priori. Hermano gemelo de Heosforos o Lucifero  que va delante. y Evoca continuamente el misterio de la eucaristía, desde donde nace el sol hasta el ocaso por todo el orbe.

También evoca a la tradición angélica de Santo Tomás de Aquino: en el primer inmóvil habitan los serafines, en el cielo de las estrellas fijas los querubines, en Saturno los tronos, en Júpiter las dominaciones, en Marte las virtudes, en el Sol las potestades, en Venus los principados, en Mercurio los arcángeles y en la Luna los ángeles.

Dante pudo regresar y refrendó a la memoria como la segunda vida que la posteridad da a los grandes

Termina: “Con mis alas, tan alto no volaba, cuando repercute sentí en la mente un fulgor que su anhelo condensaba. Ya como alta fantasía fue impotente; más cual rueda que gira por sus huellas, el mío y su querer movió igualmente, el amo que al sol mueve y las estrellas”.

lunes, 4 de septiembre de 2023

Dante, "il divo" y la "divina" obra...

Antonio Guerrero Aguilar/ Becario PECDA Nuevo León 2023

El medioevo, se divide en dos: el Alta y la Baja Edad Media. La primera comprende desde la caída del Imperio Romano Occidental, con el sistema filosófico y pedagógico de la patrística. Le corresponden las oleadas e invasiones de los llamados bárbaros que asediaron la “ciudad eterna”. Es la etapa del Sacro Imperio Romano Germánico, creado en el 962 por Otón I, rey de Germania. Su nombre deriva de la pretensión de sus gobernantes de ser la continuidad del Imperio de Carlomagno, el cual se desintegró en el 843 tras la firma del Tratado de Verdún.

Si Roma es sabina y latina, Florencia la precede, es etrusca. Los etruscos, llegados de Asia Menor, se asentaron en siglo IX a.C. En el año 395 a.C. fueron sometidos por Roma. La ciudad está al Piamonte del Fiesolana. Los fiesolinos fueron sacrificados por Pompeyo, por ser enemigos de la República. De la destrucción nació Florencia. La ciudad fue edificada por Marte, por eso Dante la amaba como la odiaba, a tal grado de referirse a ella como “Aborto del Demonio”.

Durante las campañas de colonización de Silla, los romanos fundaron una villa a la que llamaron “Florentia”. Se trataba de un campamento fortificado, situado en la encrucijada que formaban los caminos de la costa del Tirreno y los de los Apeninos, unidos para recorrer el alto valle del Arno hacia Roma. Permaneció fiel al imperio, hasta su caída y división en el siglo IV.

En el año 774, Florencia fue conquistada por Carlomagno pasando a formar parte del Imperio Carolingio. En 1115, se liberó aprovechando las disputas motivadas por la sucesión del poder en la región. Lograron quitarse el yugo y fueron consolidando una región para vivir del comercio y del traslado de mercancías.  No eran nobles, pero amasaron riquezas. Dividieron la ciudad en barrios en los cuales prevalecían los oficios y talleres. Tenían el tiempo libre y pudieron dedicarse a las artes liberales, como el Trívium y Quadrívium. Con el nuevo milenio, pasaron de una concepción del universo geocéntrica y teocéntrica a una heliocéntrica como antropocéntrica.



Italia está bajo la constelación de Aries. Así como Florencia le ha ganado a Roma en magnificencia, también le ha de ganar en ruina como en miseria, dijo alguna vez Dante. Una ciudad que se hizo con el comercio con Francia. El símbolo es la flor de lis, el “florín” desde 1352. Usada desde tiempos ancestrales, para designar lo divino, la trinidad, la devoción a la virgen, así como la sagrada ampolla de los Francos, con la cual llegó el Espíritu Santo con el aceite para la unción del rey. Tiene diversos colores, pero la de Florencia es violeta, debido a los campos repletos de tal flor.

La Baja Edad Media comienza con la llegada del nuevo milenio, el cual pensaban sería el fin del mundo, los tiempos escatológicos para la segunda resurrección del Señor. Ya no es la patrística apoyada en Platón. Ahora es la escolástica se fundamentó en la recuperación de los textos aristotélicos. Los florentinos abiertos a todo tipo de conocimiento, también buscaron los conocimientos ancestrales de Pitágoras como de Platón. Los que tenían el tiempo libre, requerían actividades de ocio. Para no pasar tanto tiempo en el “dolce far niente”, se dedicaron a cultivar el espíritu, a formar el “gentil hombre” que fuera capaz de dominar todos los campos del saber y del hacer. Es de suponer que tenían disponibilidad de horarios y por eso, para negar el ocio, se dedicaron al negocio.

En ese tiempo, la Italia estaba dividida en repúblicas y ducados que peleaban entre sí. Pero que también estaban enfrentadas en dos bandos: los fieles al poder pontificio y los que estaban a favor del imperio. En medio de pugnas regionales, se alió con Pisa, que le proporcionaba los barcos que necesitaba para su comercio, contra Siena cuyas bancas disputaban a los florentinos, la clientela de la Santa Sede. En 1218 entró en guerra contra Pisa por la hegemonía de la Toscana.

Su contexto histórico era el conflicto secular entre el papado, que pasaría a estar apoyado por los güelfos, contra el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, apoyado por los gibelinos. Durante esta época ambas facciones representaban a los dos poderes universales.

Entre los siglos XII y XIII, los florentinos participaron activamente en las guerras entre güelfos y gibelinos, facciones que se disputaban la sucesión a la corona imperial. Los güelfos defendían el poder papal y estaban en contra de los privilegios nobiliarios y los gibelinos, apoyados por el emperador germano, se oponían al poder del pontífice. Florencia fue predominantemente güelfa. La nobleza quedó muy debilitada por estas luchas y fue expulsada del poder en 1293, abriéndose el periodo del segundo pueblo. Güelfos los blancos y los Gibelinos son los negros. Los Güelfos agarraron la flor de lis de Carlos II, de la Casa de Francia que luego adoptaron los Gibelinos. En cambio, el signo consagrado al imperio, el águila, que tomaron los gibelinos.

En esa época Florencia era la primera ciudad de Toscana, ya que Pisa había sido derrotada por Génova en 1284 y Siena empezaba a declinar. Los negocios eran familiares y poseían sucursales en toda la Europa occidental. Las compañías más antiguas seguían enfrascadas en la disputa entre blancos y negros. Estos conflictos políticos no impidieron que la ciudad se convirtiera en una de las ciudades más poderosas y prósperas de Europa, hacia la que se dirigió su comercio, al contrario que Venecia que se expandió por el Mediterráneo. Etapa preponderante con los Médicis.



La rivalidad entre el imperio y el papado convulsionó la vida italiana por espacio de dos siglos: los partidarios del emperador – los gibelinos – se aferraban a las tradiciones de la aristocracia feudal; los güelfos, apoyados por el Vaticano, representaban los intereses de la naciente burguesía comercial. Esta lucha alcanzó su punto álgido en Florencia, donde un artesanado emprendedor e inteligente echaba las bases de la sociedad moderna. El triunfo de los güelfos fue allí rotundo, determinando el establecimiento de una república dominada por la oligarquía mercantil.

Desde 1326 las nuevas compañías se dedicaron al comercio, a la industria y a la actividad económica más importante, la banca. Los florentinos organizaron el préstamo a gran escala, prestaban a los soberanos de Europa a cambio del arrendamiento de los impuestos. La crisis económica del siglo XIV y la Guerra de los Cien Años llevaron a la ruina a estas compañías, aunque volvieron a surgir otras nuevas, también de base familiar, que actuaron de manera más prudente.

En 1406 Florencia conquistó Pisa y se convirtió en potencia marítima. La mayoría de los ricos comerciantes, para asegurar la salvación de su alma, dedicaban parte de sus ganancias a edificar capillas e incluso iglesias. Transformaron sus casas y granjas en verdaderos palacios.

¿Por qué detonó el crecimiento de la riqueza en el año 1500 y no antes ni después? Comenzaba en Italia el Renacimiento. Los Médicis, los opulentos banqueros de Florencia. El entorno habitual de este comerciante era la más alta burguesía de las ciudades. Se dieron cuenta de que hacerse rico en forma individual, era válido y legítimo. Antes, nadie podía serlo en forma privada. Si alguien lo intentaba, la religión o el estado lo destruían.

Es la transición del medioevo a la era moderna. Entre ambas, está el Renacimiento que comprende “il quattrocento” y el “cinquecento”. Para muchos, el precursor de la lengua italiana es Dante. Aunque unos dirán que fue el canto de Francesco, “Hermano Sol, hermana Luna” de 1225. La lengua italiana es “romance”, procede del latín que se hablaba en el imperio y prevaleció entre las clases cultas y preponderantes.

El hecho de ser aún el epicentro del otrora gran imperio, hizo que llegaran invasiones de distintos rumbos, como la asistencia de bizantinos y eclesiásticos. De las escuelas palatinas a los “studium generale”, convertidos en universidades, siendo la de Bolonia la más antigua de todas las existentes. Ante las modas imperantes, no se olvida la tradición clásica y ante los avances, se mantenía aún el vínculo con el pasado, quedando un sistema neoclásico, que tenía en las siete artes liberales y en las humanidades, la manera de recuperar el pasado, actualizado y como una forma de relacionarse con otras culturas.

El latín no desapareció en Italia. El uso de las lenguas locales en la literatura italiana fue inicialmente escaso, y estuvo precedido por dos periodos de literatura italiana en lenguajes extranjeros, sobre todo franceses. Hubo muchos italianos que escribieron en provenzal. Al mismo tiempo, la poesía épica se escribía en un lenguaje mezclado, un dialecto italiano basado en el francés.

La literatura toscana

En los tiempos de Dante, la Toscana estaba en una situación excepcional. El dialecto toscano que por entonces se hablaba se asemejaba mucho al latín, y de hecho este dialecto se convertiría posteriormente en el lenguaje casi exclusivo de la literatura italiana, pues ya a finales de ese siglo se le consideraba superior al resto de los dialectos: “Lingua Tusca magis apta est ad literam sive literaturam (La lengua toscana es la mejor para la carta o la literatura), escribió Antonio da Tempo. En 1266, se convirtió en la primera provincia de Italia. Comenzó un movimiento de reforma política que en 1282 culminó en el establecimiento del Priorato de las Artes, y el establecimiento de las Artes Menores. Esto fue posteriormente copiado por Siena (con la Magistratura de los Nueve), por Lucca, por Pistoia y otras ciudades güelfas de la Toscana con similares instituciones populares. Los gremios tomaron el control del gobierno en sus manos, dando lugar a una época de prosperidad social y política.

Dante Alighieri

Bautizado como Durante di Alighiero degli Alighieri, Dante nació en Florencia el 26 de mayo de 1265 y fue un hombre de su época: la Edad Media. Soñaba con ser parte del mundo de la nobleza y se introdujo por los oscuros pasillos de la política donde los ideales y valores se dividían entre odios facciosos y la corrupción partidista, mientras la Iglesia Romana peleaba contra los poderes terrenales de reyes o emperadores.

Dante se convirtió en caballero y luego en prior, luchando por su patria Florencia, de la cual se vio obligado a abandonar tras ser enjuiciado políticamente. El dolor de la partida fue tremendo. En su exilio descubrió la increíble versatilidad humana y geográfica de la Italia del siglo XIV, para escribir en Rávena su “Comedia” (denominada a su muerte en Rávena “Divina”), si bien durante todo este periplo jamás olvidó a Florencia.

 En su trayecto al Paraíso, vio al alma de un ancestro llamado Cachigüida, pero no quiso hablar con él. Casado con una dama de los Alighieri de Ferrara. Por eso el hijo se llama Alighieri, de cuya unión nació Belinchón Alighieri II, padre de Dante.

Como se advierte, pertenece a la Toscana por nacimiento, humanismo, tradición y por lingüística. Su pureza es la nota más esencial de su personalidad, la llave de oro con la que abre, ante la mirada atónita del mundo, las grandes puertas itálicas del Renacimiento, para dar paso a una luz nueva y esplendorosa a los personajes de su tiempo, a quienes por cierto antecede.

¿Qué estudió? Como los niños de su tiempo, pertenecientes a la nobleza claro está, nociones de latín y el trívium. Luego las artes mayores para acceder a la antigüedad clásica. La formación se hacía en universidades como en academias y Florencia llegó a tener la mejor de su periodo. Uno debía transitar entre las artes y la jurisprudencia, la política como la filosofía y la teología. Pero concedió el primado a las humanidades, que a los estudios profesionales de la época.

Poeta de poetas a decir de Bartolomé Mitre. Inspirador de sabios y pensadores y de la conciencia humana. Para Humboldt es el creador sublime de un mundo nuevo, porque se convirtió en un puente entre la Europa de la Edad Media y del Renacimiento ya que el enfoque del arte y del pensamiento cambió de los asuntos religiosos a aquellos de la humanidad. Activo en política en Florencia, al final Dante fue enviado al exilio en 1302 por sus opiniones contra lo que él veía como un abuso de poder y corrupción por parte de los pontífices. Dante tenía «tres dones que le impedían seguir la carrera del político práctico: un temperamento poco acomodadizo, una lengua feroz y una superfluidad de intelecto escandalosa».



En 1309, Roma lo desilusionó aún más con el exilio impuesto del papa a Aviñón. Dante empezó a apoyar las ambiciones del emperador del Sacro Imperio Romano, aunque su lealtad política cambiaba a su vez dependiendo de las circunstancias. Dante alimentó las esperanzas de que el Sacro Imperio Romano pudiera restaurar el orden cristiano en Europa. En esto se equivocó irremediablemente, pero por lo menos sí predijo correctamente que las rencillas entre las diferentes ciudadesEstado italianas solo conducirían a la caída de todas.

Dante se comenzó a mover en donde pudo y hubo lugar: Roma, Florencia, Verona y luego circuló entre el centro y el norte de Italia. Entretanto, la esposa de Dante, Gemma Donati, junto con sus cuatro hijos (tres varones y una niña) se quedaron en Florencia. Fue durante este exilio errante que escribió su obra maestra, la Divina Comedia. Dante nunca más regresó a casa y murió de malaria en Rávena el 13 de septiembre de 1321.

Dante Alighieri, insigne poeta y padre del idioma italiano, murió entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321 en Rávena, Italia. Como lo habían desterrado y le tenían prohibido entrar a Florencia, fue sepultado en la iglesia de San Francisco, en Rávena, entre solemnes homenajes. Su epitafio, escrito por él mismo: "Aquí yazgo yo, Dante Alighieri, hijo de Florencia, exiliado de mi tierra, patria de poco amor".

Dante el divino

Los escritos denotan conocimiento de la teología como de la filosofía, de la moral como de la ética, de la política como de las artes liberales, además de eterno enamorado de Beatriz. La obra narra la historia de cómo el propio poeta recorre los reinos del infierno, purgatorio y paraíso, y de lo que allí encuentra. Es guiado por todos estos senderos por Virgilio y Beatriz, y por mil ángeles y así por la historia sin tiempo. Es una obra de difícil comprensión, que encierra complejas cosmogonías y que los constantes acertijos (a la moda de la época) hacen más -aún- difícil su comprensión. Las páginas están pobladas de voluntades y realidades, de sueños, metáforas y mil figuras (retóricas, ficticias, botánicas e imaginativas siempre).

Constituye la síntesis más imperfecta y «fiable» de conocimientos enciclopédicos de la época. El texto plasma la astronomía tolemaica y representa el «objeto de ficción filosófico» más representativo de toda una época. Es una etapa en donde prácticamente, la totalidad de las creaciones literarias eran consagradas a temas teológicos.

Hace poco más de siete siglos, escribió un poema épico, que se llamó Comedia, por su final feliz, opuesto a la tragedia y que luego se llamó Divina comedia por centrarse en valores cristianos, donde se destaca la presencia en la obra del infierno, el purgatorio y el paraíso…

Dante está perdido en la selva, asediado por animales simbólicos: un leopardo, un león y una loba, buscando a su amada Beatriz quien se encuentra en el paraíso. Para eso, deberá pasar primero por el infierno y el purgatorio. Conocer luego el firmamento y atestiguar la victoria de los santos y la gloria del Altísimo. Iluminado y convertido por la revelación, el poeta finalmente regresa a la Tierra y decide dar testimonio de su viaje en un poema para advertencia y consejo de la humanidad. La frase lapidaria más conocida de esta obra es la que escribe a la entrada del infierno: “quien cruce esta puerta, que pierda toda esperanza”…

La obra está escrita en lengua vulgar, en contraposición con el alto estilo que los más reverenciados (y ahora olvidados) poetas de la época solían emplear -latín-. Nos proporciona una compleja visión política. Es famosa la fijación Dante por el partido güelfo (le venía de familia). Las páginas de La Commedia ahondan en explicaciones políticas, y se puede escuchar un eco desesperanzado del poeta (recordemos como su bisabuelo Cacciaguida, ya en El Paraíso, profetiza su destierro y su desengaño para con ambos partidos, para con el hombre en general, convirtiéndole entonces en un espíritu libre, ya muy lejos de su tiempo, eterno).

Poco después de su muerte, ya existen los llamados Lecturae Dantis, centros en los que se leía la obra y se explicaba de manera alegórica, lingüística y demás. Dante se había convertido, en relativamente poco tiempo, en un modelo lingüístico y el referente de toda obra no escrita el latín.

Sus obras

La Vita Nouva (La Vida Nueva). Una obra extraña, en muchas ocasiones empleada como bastón histórico para aclarar algunos de los enigmas sobre la vida del poeta (sobre todo por las corrientes historicistas decimonónicas). Compuesta en prosa y verso, narra el precoz amor que Dante siente por la que por aquel entonces ya convirtió en su musa: Beatriz, una joven que conoce a los nueve años y que apenas ve un par de veces. Sin embargo, ello no es obstáculo para que se encumbre la figura de la bella mujer.

Convivio (El Convite) se comienza a escribir en 1304 y se deja sin terminar aproximadamente en 1308. Escrita, también, en lengua vulgar, la obra pretende ser un acercamiento popular a materias a las que por aquel entonces sólo tenían acceso los eruditos (escritas en latín). Con el título, siempre representativo y explicativo en las obras del autor, nos invita a compartir con él su visión literaria, histórica, filosófica, lingüística y política. De los cuatro tratados (en principio la obra iba a constar de un total de doce) que Dante escribió, el más reseñable es sin duda aquel que habla de los cuatro sentidos de la obra de ficción: Literal, alegórico, moral y anagógico.

Otras obras de Dante son De Vulgari Eloquentia (la lengua vulgar, curiosamente escrito en latín erudito), Monarchia (La Monarquía, escrita también en latín, en la que hace una crítica a las luchas, tan en boga en aquella época, entre el poder terrenal y el espiritual). No nos referimos aquí a otras cuya autoría ha sido (por algunos) puesta en entredicho. (primera parte)

Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico