Antonio Guerrero Aguilar/
Propiamente yo crecí en un ambiente feudal. En 1969 mis padres
nos llevaron a habitar una casa en la calle 10 de Mayo número 318. Era la
última casa del pueblo, al pie de la montaña conocida como La Ventana. Tenía
por patio a una buena extensión de terreno en donde sobresalían dos lomas a la
que llamaban del Frijolillo y de la Santa Cruz. En la calle 10 de Mayo junto a
la calle de la Santa Cruz había un parque llamado Miguel Hidalgo. Ahí una placa
daba testimonio que Alfonso Martínez Domínguez lo había donado al pueblo de
Santa Catarina entre 1964 y 1966, siendo alcalde Fidel Ayala Rodríguez. Sobre
unas estructuras de piedra, estaba un busto del padre de la Patria, con algunos
juegos metálicos y otros de concreto. Por el parque accedíamos a una pequeña
ermita en donde estaba una imagen de nuestra señora de Lourdes en donde se
reunían las vecinas para rezar el rosario. En ese lugar crecí y viví entre 1969
y 1975. El barrio del castillo, compuesto por las calles 10 de mayo y Segunda
Avenida, Corregidora, Santa Anita y Santa Cruz, tan característico por el
castillo que señorea en el entorno. Para quienes transitan por nuestro
municipio se preguntan acerca del inmueble edificado sobre una loma. Causa
extrañeza y curiosidad. De pronto se cuestionan sobre lo que es y significa para
nuestra historia.
A la loma de la Santa Cruz también se le conoce como la “loma Pelona” por carecer de vegetación.
Fue adquirida por Manuel Frías, en 20 mil pesos para edificar un castillo,
entre 1951 y 1955. Manuel Frías nació en Monterrey en 1896, era hijo de Manuel
Frías y Concepción García. Aprendió pintura y escultura de forma autodidacta.
Fue miembro honorario del club de Leones de Santa Catarina cuando se fundó en
1960. Pintó tres murales, uno está en la sede del club, otro en la sala de
cabildo de la presidencia municipal realizado entre 1964 y 1966 y otro en el
castillo lamentablemente destruido. También diseñó el busto de Benito Juárez
que se encuentra en la plaza principal de San Pedro Garza García. Residía en
Monterrey en donde se dedicaba a la industria mueblera. Murió el 7 de octubre
de 1982 en Monterrey.
Don Manuel diseñó todo el proyecto para el castillo. Primero
construyó un camino hasta la cima. Apoyado por un grupo de albañiles logró nivelar
el terreno, levantar el edificio y dejar un sótano; ahí moldeó unas galerías
que simulaban unas grutas repletas de estalactitas y estalagmitas de concreto y
yeso; que orgullosamente presentaba a los visitantes como una copia de las
Grutas de García. En las terrazas del castillo instaló reproducciones del
calendario azteca, una cabeza olmeca, la imagen del dios prehispánico de la
primavera, una enorme olla, dos serpientes emplumadas que cuidaban la entrada
de la sala, una fuente y una mesa de concreto con mosaico. Consta con dos
niveles (además del sótano) con cuatro torreones, amplias terrazas de acceso y
cuatro habitaciones para uso personal. Tiene una sala estancia en forma
octagonal en la que estaba el mural de 9 metros de largo por tres de ancho,
realizado en 1956, en donde se podían apreciar las principales montañas que
rodean a Monterrey. Don Manuel atendía el local los fines de semana, para que
los turistas pudieran conocer sus trabajos. Incluso una aventurita de Pipo se
rodó en éste lugar en 1969.
Para llegar al mismo deben seguir por la avenida Manuel
Ordóñez con rumbo al poniente. Está a tres cuadras pasando la Ixtlera. Pueden
subir con su vehículo pero con precaución, un camino sinuoso y empedrado los
espera. Lo mejor es dejar el auto y
caminar para ver el paisaje. Se quedarán asombrados de la vista que se puede
hacer por todos lados. La subida a píe se hacía por Santa Anita y 10 de Mayo. Aún
está la ermita en donde alguna vez estuvo la imagen de la virgen de Lourdes y ahora
está la de nuestra señora de Guadalupe. La casa amarilla al píe de la loma está
en mal estado y muchos de los terrenos de los alrededores fueron adquiridos por
particulares quienes tienen por patio una loma con un castillo. Por el lado sur
se llega a otra lomita que servía como mirador y de ahí hasta la parte alta de
la loma.
Este castillo del arte y de la cultura, fue obra de un solo
hombre; que invirtió años de dedicación, recursos y esfuerzos. Fue una de las
primeras galerías para exponer obras de arte en Nuevo León a partir de 1955. A
simple vista parece un castillo de cuentos de hadas, pero en realidad era el
Castillo del Arte y de la Cultura. Y fue construido con la ilusión de ser un
orgullo para Santa Catarina y otro atractivo turístico más en la región. A la
muerte de Manuel Frías en 1982, la galería de arte fue totalmente destruida. Lamentablemente
fue dañado por el vandalismo y el mural emblemático fue borrado durante la
restauración del inmueble en 1992.
En 1991 la señora Teresa García de Sepúlveda dispuso con la
familia Frías el rescate del Castillo; para hacer de él una casa de la cultura,
museo, archivo y hasta la sede del Consejo Promotor del Arte y la Cultura de
Santa Catarina. Luego los munícipes Atanasio González Puente, Arturo Ayala y
Alejandro Páez lo dejaron como academia de policía (1992-1998). Humberto
González Garibaldi lo destinó para oficinas de promoción económica y turística
pero al desaparecer la dependencia municipal, el sitio quedó abandonado hasta
el 2008. En el 2006 pensaron trasladar el archivo municipal y dejarlo como
museo histórico, pero las condiciones de humedad y de inseguridad evitaron la
apertura. Siendo alcalde Dionisio Herrera lo prestó para la rehabilitación de
jóvenes con algunas adicciones. A mi juicio urge su rehabilitación para fines
culturales, como centro de desarrollo comunitario y sede para talleres
artísticos y hasta deportivos.
Felicidades maestro por sus brillantes escritos, reciba un fuerte abrazo y muchos saludos!!
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