Antonio
Guerrero Aguilar/
Para don Humberto Buentello Chapa, el nombre de Chipinque se refiere a un cacique indígena que
asolaba la región del valle de las Salinas durante el siglo XVII. Para otros,
la palabra está relacionada con el vocablo de origen náhuatl "chichipinqui"
cuyo significado se traduce como llovizna o lluvia pequeña. Por eso cuando no
llueve tan fuerte, decimos “está el puro chipi chipi”; la famosa lluvia moja
tontos por no decir la otra palabra tan generalizada. Hay dos Chipinques en
Nuevo León: la cabecera de El Carmen,
municipio situado en el antiguo valle de las Salinas y el paraje de la meseta
al pie de la formación rocosa conocida como la M en la Sierra Madre Oriental, también
llamada sierra de la Huasteca o Anáhuac
perteneciente a San Pedro Garza García. El primer Chipinque fue establecido poco
antes de 1626, cuando Bernabé de las Casas otorgó unas tierras como dote a su
hija María de las Casas, situadas en el valle de las Salinas llamadas el puesto
de El Chipinque. Estas pertenecieron a María y a su esposo Juan Alonso Lobo
Guerrero, convertida en una de las haciendas más antiguas en la cual
beneficiaban metales y se labraba la tierra gracias a la abundancia del agua.
Al morir éstos, vendieron las tierras a sus tíos Diego de Villarreal y Beatriz
de las Casas. Al constituirse la municipalidad de Abasolo el 5 de abril de
1827, El Chipinque pasó a formar parte de su jurisdicción. Pero el 5 de febrero
de 1852 se separó para formar un nuevo municipio
al que llamaron El Carmen.
El otro
Chipinque está en la Sierra Madre Oriental. El territorio perteneciente al
actual municipio de San Pedro Garza García, tiene su origen en una merced de
tierras otorgada por Diego de Montemayor a favor de Diego Rodríguez, las cuales
abarcaban un sitio de ganado mayor, uno de ganado menor y ocho caballerías de
tierra en el paraje Los Nogales. En 1624 pasaron a formar parte del matrimonio
entre la hija de Diego Rodríguez y Sebastiana Teviño llamada Mónica, quien se
casó con Miguel de Montemayor. Estas tierras se acrecentaron por el rumbo del
valle del Huajuco en donde los Rodríguez de Montemayor formaron haciendas y
familias. Por la calidad de la tierra y las aguas, la hacienda de los Nogales
seguramente fue de las mejores de todo el reino. Estuvo al cuidado del valle de San Pedro y luego
perteneciente a la municipalidad de Garza García.
Estos
terrenos correspondientes a la sierra de la Huasteca y conocidas como de
Anáhuac, pertenecieron a Rafael García Garza. Su hijo Antonio García a nombre
de la familia, vendió a Prisciliano Siller el 15 de enero de 1877 todos los
terrenos que les pertenecían situados en la Sierra Madre. En un plano de 1906
aparece un lugar en la montaña perteneciente a la familia Siller llamándole
Chipinque, dentro de la Comunidad de Accionistas de la antigua hacienda de San
Pedro. Para José Flor Navarro fueron Pedro
Tijerina y Julián Cisneros, unos excursionistas del Círculo Mercantil Mutualista
de Monterrey quienes le pusieron Chipinque en 1918. Anteriormente a la meseta
se le conocía como la Mesa del Pelotazo, en alusión al tiro de arcabuz.
Cuando
el general Juan Andrew Almazán fue jefe de operaciones militares en Nuevo León,
compró parte de una extensión de tierras a la familia Siller poco antes de 1936; ahí mandó
hacer una colonia veraniega llamada Olinalá en honor al pueblo en el cual nació
en el estado de Guerrero. Dispuso la construcción de un camino rumbo a
Chipinque, el cual incluía un puente que pasaba por el río Santa Catarina cerca
de San Jerónimo. Este subía por un lugar llamado Los Puertecitos en la Loma
Larga, por donde ahora está la escultura de la Diana y bajaba para adentrarse a
las labores de la llamada La Décima. Los trabajos de construcción estuvieron
dirigidos por el general Rodolfo Herrero. Estas obras propiciaron un eje vial
del cual partía una avenida llamada Libertad hacia el norte, hoy Gonzalitos; al
este la calle Hidalgo, al oeste San Jerónimo y al sur la carretera a Chipinque.
Por
fin, fueron inauguradas el sábado 7 de septiembre de 1935, comprendiendo el
puente y la carretera a Chipinque. Ya con un acceso seguro y formal, el paraje
se hizo famoso por su importancia y belleza. Se construyó un magnífico edificio
que sirvió como restaurante el cual debió cerrar a fines de 1936 por
incosteable; pero el lugar se convirtió en un atractivo turístico, pues el
entorno montañoso comprendía un bosque cercano a la ciudad de Monterrey, con
todas las ventajas climáticas en contra de los fuertes calorones que se sienten
en la región. En 1939 toda la Sierra Madre y algunas zonas montañosas situadas
en los municipios circunvecinos de Monterrey, fueron declaradas como patrimonio
del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, el cual abarca la sierra de la Silla,
toda la sierra comprendida entre Garza García, Santa Catarina y Santiago. En
septiembre de 1976, siendo alcalde el ingeniero Enrique García Leal, se aprobó
la disposición de cambiarle el nombre al camino a Chipinque, por Manuel Gómez
Morín en honor al ilustre abogado quien fuera rector de la UNAM, director del
Banco de México y fundador del Partido Acción Nacional en 1939.
En
agosto de 1989, el gobernador del estado, el Lic. Jorge Treviño Martínez aprobó
la expropiación de dos mil 300 hectáreas del Parque Ecológico Chipinque, ubicado
dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey. Esta parte de la montaña se convirtió
en patrimonio de Nuevo León, ubicada en los terrenos localizados en el
municipio de San Pedro Garza García. Debido a presiones de inversionistas y desarrolladores inmobiliarios, la
zona natural protegida acortó su jurisdicción
territorial, pues casi toda la zona metropolitana de Nuevo León estaba dentro
de la declaratoria oficial del parque Cumbres de Monterrey. Luego las familias que se quedaron
con la mayoría de los terrenos, recuperaron
el control de algunos sitios importantes de Chipinque.
Entonces el presidente Ernesto Zedillo
redimensionó las porciones dentro del parque quedando el cerro de la Silla, la
zona cercana a Chipinque y unos cientos de hectáreas dentro de la Sierra Madre
de Santa Catarina, Santiago y García. Mediante
decreto oficial de 1992, Chipinque quedó como parque ecológico con una vocación
específica para la recreación y la conservación. Se formalizó un patronato
integrado por el gobierno de Nuevo León y la iniciativa privada, representada
por siete de las más importantes corporaciones del país. El área total es de
mil 625 hectáreas, de las cuales sólo 300 se hayan abiertas al público;
aproximadamente 700 están destinadas para uso medio y las restantes a la
protección y conservación. La misión del parque es proteger la flora y fauna
silvestres, y garantizar la conservación de los recursos naturales por medio de
procesos adecuados que promuevan una cultura de respeto y aprecio por los
aspectos físicos y naturales.
En esa sección de la Sierra Madre
conocida como la M, sobresale el “Copete de las Aguilas” a dos mil 236 metros
sobre el nivel del mar, la emblemática “M” a dos mil 30 metros y la Ventana a
mil 900 metros. La Mesa de Chipinque está a mil 525 metros sobre el nivel del
mar. Desde la entrada hasta la meseta, hay siete kilómetros de camino sinuoso
pavimentado. La diversidad biológica en esta zona de la Sierra Madre es muy
rica. Existen bosques templados subhúmedos y matorral submontano. Los tipos de
vegetación más importantes en la parte alta son el bosque de pino y el de
encino, con pino colorado y el blanco, y los encinos asta, roble, memelito,
molino duraznillo y blanco, en asociación con atractivas especies como el
duraznillo, el aguacatillo, el madroño, el cerezo negro, y el nogal
encarcelado. Desde Chipinque se puede
ver toda la zona. Un bosque dentro de la ciudad, patrimonio de todos los
nuevoleoneses.
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