Antonio Guerrero Aguilar/
Allá rumbo al camino que une a Monterrey con Monclova, está
el denominado Valle de las Salinas,
el cual comprende desde la parte noroeste de García, junto con los municipios
de Mina, Hidalgo, El Carmen, Abasolo y Salinas Victoria. Como su nombre lo
indica, es un valle con suelo salitroso delimitado al sur por
la Sierra del Fraile y de San Miguel y la de Gomas al norte, al poniente llega hasta
la Azufrosa y la Punta del Espinazo de Ambrosio en los límites de Nuevo León y
Coahuila. El territorio es atravesado por el río Salinas, (un torrente viene
desde la Laguna de Patos en General Cepeda, Coahuila) originalmente llamado de
los Cuanaales en honor a una
nación indígena que habitaba por todo el entorno.
Se considera a Bernabé
de las Casas como fundador de la comarca. Un acaudalado vecino que nació
en 1573 en Tenerife, una de las islas Canarias que llegó
al Nuevo Reino de León en 1603 junto con José de Treviño. Entre los dos
aportaron muchos recursos para establecer pueblos, abrir minas y trabajar
sementeras, tan necesarias para la alimentación de los primeros pobladores,
además de que trajeron ganado mayor y menor.
De las Casas estuvo casado con Beatriz Navarro, teniendo por
hijos a Bernabé, Marcos, María, Beatriz y Juliana. Al morir el patriarca en
1632, dejó el paraje de Icamole a su hijo Bernabé y San José de la Popa a
Marcos. Su hija María fue casada con Juan Alonso Lobo Guerrero, quien se quedó con
San Francisco de Cañas. Las tierras de las haciendas de la Magdalena y Señora
de Viuda de Eguías pasaron a Beatriz, casada con Diego de Villarreal, y las de
Chipinque a Juliana, casada con Diego Fernández de Montemayor. Como se
advierte, en esos legados nacieron los municipios como Mina, Abasolo y El
Carmen.
La hija de nombre Beatriz se quedó con las tierras de sus
hermanas y una parte de Salinas Victoria. Mujer de Diego de Villarreal (1601-1672), uno de los pioneros que arribaron a esta región procedente de San Miguel el
Grande. Hijo de Juan Francisco de Villarreal del Reino de Castilla y María
Gutiérrez del Castillo. De la unión nacieron ocho hijos, uno de los cuales se
asentó en Villaldama en 1690. Todos los Villarreal que conozcan, vienen de ese
matrimonio.
Mientras que la hacienda de San Nicolás Tolentino en el
Cañón de Guadalupe, es el origen de la municipalidad de Hidalgo. El 5 de
diciembre de 1611, el capitán José de Treviño vendió al capitán Bernabé de las
Casas, unos ocho sitios de ganado mayor situados en la ladera del río de las
Salinas en 150 pesos oro. Cada sitio comprendía 1,755 hectáreas que dan poco
más de 14 mil hectáreas. Nada más para darnos una idea, a decir de don Timoteo
L. Hernández, la porción abarcaba unos 30 kilómetros de largo como de ancho.
Don José de Treviño nació en la Ciudad de México en 1565 y
murió en Monterrey en 1645. Era hijo de Diego de Treviño y Beatriz Quintanilla.
Casado con Leonor de Ayala de cuyo matrimonio nació José de Ayala a quien
debemos el establecimiento del Topo Grande de los Ayala. En 1603 entró al Nuevo
Reino de León, acompañado por su “mujer e hijos, casa y familia, y los
pertrechos y avios convenientes, que son los siguientes: primeramente, diez
carretas, con sus bueyes, mil y doscientas vacas mansas y cerreras; mas mil
cabezas de ganado menor, cabra y ovejas; mas cincuenta yeguas de vientre; más
un molino de pan; hecho y derecho; piedras y herramientas, mas veinte yuntas de
bueyes, con sus rejas; mas cincuenta azadones mas veinte burras y cinco burros;
más cuatro esclavos negros; más seis caballos y armas y aderezos de mi persona
y dos lanzas. Todas las cuales cosas prometemos traer y meter en este reino
dentro de tres meses...".
Don Bernabé de las
Casas se deshizo de esas tierras en 1619 a favor de Francisco Báez de
Benavides, otro poblador de origen canario, nacido en Orotova, Tenerife en
1594. En 1612 llegó a la Nueva España y finalmente al Nuevo Reino de León. Un
insigne vecino y poblador que llegó a ser regidor y alcalde de Monterrey en
1642 y primer alcalde mayor del Valle de las Salinas en 1646. Se casó con María
Isabel Martínez Guajardo, y tuvo un hijo de nombre José que se fue a vivir en
Cerralvo en 1661. Él es el patriarca de todos los Báez y Benavides que conozcan, murió en 1666 y un descendiente del mismo
nombre pobló Revilla, una de las Villas del Norte en 1757.
Salinas Victoria tiene su origen en unas mercedes otorgadas en
1597 a favor de Ginés de Hernández, Diego Díaz de Berlanga y Juan Pérez de los
Ríos. Bernabé de las Casas obtuvo unas
concesiones por el lugar en 1603 y para al año siguiente al señor cura de
Saltillo don Baldo Cortés, se quedó con las tierras del capitán Ginés
Hernández, mientras que Alonso de Treviño llegó en 1634 y del capitán Hernando
de Mendiola en 1636. Alonso de Treviño tuvo un obraje en donde se dedicaban a
realizar mantas, colchas y sarapes. Ahí se hicieron tan famosas por la
participación de las mujeres en talleres familiares, tan apreciados y costosos
que con el tiempo los llevaban a vender a la Feria del Saltillo en donde eran conocidos como hechizos, luego recibieron el nombre de
sarapes.
A principios del siglo XVIII se avecindó don Tomás de
Elizondo, quien nació en Saltillo en 1668, hijo de Francisco Elizondo y Beatriz
González, hermano de Pedro de Elizondo que pobló en Huinalá y El Mezquital. Adquirió
unas tierras para dedicarse a la ganadería y la agricultura. Estuvo casado con
Margarita de Montemayor y al enviudar, en 1692 con María Villarreal Garza. Fue
alcalde mayor del Valle de las Salinas entre 1704 y 1720. De esa familia vienen
los Elizondo que poblaron Salinas Victoria, Hidalgo como Villa de García.
La región cobró relevancia e importancia a la llegada del
gobernador Martín de Zavala en 1626, quien estableció la alcaldía mayor del
Valle de las Salinas en 1646, siendo su primer alcalde Francisco Báez de
Benavides. Como se advierte, con el
trascurso del siglo XVII se asentaron dinastías como los de las Casas, Treviño,
Báez de Benavides, Villarreal, Fernández, de la Garza Falcón, Elizondo y otros
más, cuyos familiares se movieron a otros lares. Por ejemplo, los Villarreal
participaron en la fundación del Real de Minas de las Sabinas y de Boca de
Leones a fines del siglo XVII y a Cerralvo y de ahí a las Villas del Norte
cuando las formaron a partir de mediados del siglo XVIII.
Una tierra con profundas raíces sefarditas, donde el
cabrito, la carne seca, sus nogaleras y aguacatales, sus minas; pero sobre todo
su gente, llevan poco más de 400 años habitando el entorno.
Excelente reseña de las primeras familias pobladoras de nuestra región.
ResponderBorrarBuenas tardes. Muy interesante artículo, últimamente he estado leyendo mucho sobre la fundación de Nuevo León. Saludos.
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