Antonio Guerrero Aguilar/
Libertad y soberanía nunca fueron términos abstractos para
la gente de Coahuila. Una región en la cual convergen los antiguos reinos de la
Nueva Extremadura, Nueva Vizcaya, la Nueva Galicia y el Nuevo Reino de León. En
el siglo XVII, la Nueva Vizcaya y el Nuevo Reino de León reclamaron su
territorio y debió entrar la Real Audiencia y la Diócesis de Guadalajara para
promover la colonización de un territorio tan vasto al que llamaron Nueva
Extremadura o Provincia de San Francisco de Coahuila. En 1787 toda la porción
noreste de la Nueva Vizcaya, la cual comprendía Saltillo, Parras y la Laguna se
integraron a la Nueva Extremadura, cuya capital estaba en Monclova. A partir de
ahí y debido a las Reformas Borbónicas, se formó una intendencia cuya capital
estaba en San Luis Potosí, pero integrada por los actuales estados de Coahuila,
Nuevo León, Tamaulipas y Texas.
En 1824 los cuatro estados del noreste debieron formar el
Estado Interno de Oriente, pero las aspiraciones de Tamaulipas, así como la
rivalidad entre Saltillo y Monterrey por ser la capital del mismo, mandaron al
traste el proyecto. Coahuila y Texas conformaron una sola entidad, hasta que
Texas se separó para convertirse en república en 1836. Fue cuando Saltillo
reclamó en 1839, el derecho de ser capital en lugar de Monclova. Contaba con
mejor clima, cercanía a las principales ciudades del centro del país y aportaba
la mitad de las contribuciones. En una batalla ganaron los saltilleros y
gracias a que la legislatura local y el archivo estaban ahí, hicieron que
Monclova dejara de ser la capital de aquel estado. Pero la soberanía y libertad
de Coahuila, estuvieron vigentes desde el punto de vista político tan solo 20
años, pues el 19 de febrero de 1856 Santiago Vidaurri anunció la anexión de
Coahuila a Nuevo León.
Santiago Vidaurri quedó como el caudillo y cacique de casi todo
el noreste. A sus órdenes estaban los militares más importantes de su tiempo,
como Zuazua, Aramberri, Zaragoza, Hinojosa, Escobedo y Quiroga. Ese poder llegó
cuando apoyó la rebelión para quitar a López de Santa Anna de la presidencia.
El 1 de marzo de 1854, Juan Álvarez proclamó el Plan de Ayutla.
Sin perder tiempo, aprovechando la titularidad de la secretaría estatal de gobierno,
el prohombre de la frontera, secundó a Juan Álvarez y propuso un proyecto al
cual llamaron Plan Restaurador de la Libertad
proclamado en Lampazos, pero conocido como Plan de Monterrey. Reconoció al nuevo gobierno nacional, asumió el
cargo de gobernador y comandante militar de Nuevo León. Luego invitó a Coahuila
y a Tamaulipas para una anexión, y juntos hacer frente a los ataques de los
llamados indios bárbaros y filibusteros texanos. Esta intención no les gustó a
los círculos de poder en la ciudad de México y en los estados circunvecinos,
dando origen a un distanciamiento con el gobierno representado por los liberales
Ignacio Comonfort y Benito Juárez. Aprovechando su posición política, Vidaurri
se convirtió en el más severo crítico de Comonfort; su rebeldía le dio tal
popularidad que llegó a considerar un serio candidato a la presidencia.
El 19 de febrero de 1856, Santiago Vidaurri anexó Coahuila a
Nuevo León, apoyado en casi todos los pueblos coahuilenses, excepto Saltillo y
Ramos Arizpe. El gobernador de Coahuila don Santiago Rodríguez del Bosque,
sometió al congreso y demás autoridades que apoyaron la anexión. Vidaurri por
sus pistolas mandó traerlo a Monterrey al entonces gobernador de Coahuila para
encarcelarlo. En el trayecto y ya prisionero, sufrió vejaciones y padeció
insultos. Esta decisión llegó hasta el presidente Ignacio Comonfort, quien
ordenó a Vidaurri su renuncia a la gubernatura. Para someter al viejo cíbolo lampacense,
se ordenó al general tamaulipeco Juan José de la Garza para someterle con las
armas, haciendo que Vidaurri y Zuazua fueran a Camargo el 28 de septiembre de
1856 y luego a Mier que se anexó por unos días a Nuevo León.
Las fuerzas tamaulipecas derrotaron a Escobedo cerca de
Cadereyta y avanzaron sobre Monterrey, donde estuvieron a punto de ocupar la
Ciudadela defendida por Zaragoza. Zuazua llegó el 3 de noviembre de 1856, obligando
a de la Garza a retirarse, para después unirse a la división del general Rosas
Landa, quien llegó a Coahuila para someter a Vidaurri. Para evitar otro
combate, Zuazua y de la Garza acordaron el 3 de noviembre de 1856 un convenio en
la Cuesta de los Muertos. Finalmente Vidaurri se sometió al poder central y
dejó la jefatura del ejecutivo, mientras se realizaba un plebiscito para llevar
el asunto de la anexión de Coahuila.
Casi todos los electores de Coahuila (excepto los de Saltillo
y Ramos Arizpe) decidieron la unión con poco más de 4 mil votos contra 260
votos. Vidaurri llegó a ser el gobernador de nueva cuenta, pero sus decisiones
provocaron largas discusiones en el seno del Congreso Constituyente, que
finalmente aprobó la anexión por 60 votos contra 20. Ahora si lograba el
control de la aduana de Piedras Negras quien por cierto, también mantenía su
poder en el puerto de Matamoros. Las mercancías de los estados sureños del
vecino país pasaban por Eagle Pass, tocaban Monterrey y salían por las playas
de Bagdad. Como se advierte, Vidaurri consolidó su posición como el hombre
fuerte del noreste y se presentaba como un posible rival a la hora de tomar
decisiones en el ámbito regional como nacional.
La anexión solo estuvo vigente ocho años. Cuando Benito
Juárez llegó a Saltillo el 9 de febrero de 1864, recibió a un grupo de
ciudadanos saltillenses que le mostraron su inconformidad por estar unidos a
Nuevo León y le pidieron liberarse de la autoridad de Santiago Vidaurri. Benito
Juárez fue mesurado y les propuso esperar un tiempo para ver el rumbo que
tomaban las cosas. Luego del encuentro violento que tuvo con Vidaurri en
Monterrey, Benito Juárez ordenó que las tropas republicanas asentadas en
Matamoros, Zacatecas y Durango acudieran a Monterrey para detener a Vidaurri.
Seguidamente firmó un decreto mediante el cual Coahuila asumía su soberanía
como estado el 26 de febrero de 1864.
El famoso liberal Francisco Zarco leyó ese documento en la
esquina nororiente de la Plaza de Armas de Saltillo. Parado sobre una silla de
tule, les informó a los saltillenses sobre la separación de Coahuila de Nuevo
León y convocó a los coahuilenses a tomar las medidas necesarias, para guardar
esa independencia y soberanía que el presidente de la República les otorgó. Declararon
a Nuevo León en estado de sitio y al general Santiago Vidaurri y sus seguidores
como rebeldes al régimen, no dejando otra opción más que servir al imperio de
Maximiliano.
El 20 de noviembre de 1870, el Congreso de la Unión ratificó
la soberanía de la entidad, llamándole oficialmente Coahuila de Zaragoza. El
viejo sueño de unir al noreste más o menos se logró entre 1856 y 1864, cuando
Nuevo León y Coahuila estaban unidos en lo político y en lo territorial; un
proyecto que han querido identificar con el primer paso para la formación de la
supuesta República de la Sierra Madre.