domingo, 10 de febrero de 2019

La anexión de Coahuila a Nuevo León 1856-1864


Antonio Guerrero Aguilar/

Libertad y soberanía nunca fueron términos abstractos para la gente de Coahuila. Una región en la cual convergen los antiguos reinos de la Nueva Extremadura, Nueva Vizcaya, la Nueva Galicia y el Nuevo Reino de León. En el siglo XVII, la Nueva Vizcaya y el Nuevo Reino de León reclamaron su territorio y debió entrar la Real Audiencia y la Diócesis de Guadalajara para promover la colonización de un territorio tan vasto al que llamaron Nueva Extremadura o Provincia de San Francisco de Coahuila. En 1787 toda la porción noreste de la Nueva Vizcaya, la cual comprendía Saltillo, Parras y la Laguna se integraron a la Nueva Extremadura, cuya capital estaba en Monclova. A partir de ahí y debido a las Reformas Borbónicas, se formó una intendencia cuya capital estaba en San Luis Potosí, pero integrada por los actuales estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Texas.

En 1824 los cuatro estados del noreste debieron formar el Estado Interno de Oriente, pero las aspiraciones de Tamaulipas, así como la rivalidad entre Saltillo y Monterrey por ser la capital del mismo, mandaron al traste el proyecto. Coahuila y Texas conformaron una sola entidad, hasta que Texas se separó para convertirse en república en 1836. Fue cuando Saltillo reclamó en 1839, el derecho de ser capital en lugar de Monclova. Contaba con mejor clima, cercanía a las principales ciudades del centro del país y aportaba la mitad de las contribuciones. En una batalla ganaron los saltilleros y gracias a que la legislatura local y el archivo estaban ahí, hicieron que Monclova dejara de ser la capital de aquel estado. Pero la soberanía y libertad de Coahuila, estuvieron vigentes desde el punto de vista político tan solo 20 años, pues el 19 de febrero de 1856 Santiago Vidaurri anunció la anexión de Coahuila a Nuevo León.

Santiago Vidaurri quedó como el caudillo y cacique de casi todo el noreste. A sus órdenes estaban los militares más importantes de su tiempo, como Zuazua, Aramberri, Zaragoza, Hinojosa, Escobedo y Quiroga. Ese poder llegó cuando apoyó la rebelión para quitar a López de Santa Anna de la presidencia.


El 1 de marzo de 1854, Juan Álvarez proclamó el Plan de Ayutla. Sin perder tiempo, aprovechando la titularidad de la secretaría estatal de gobierno, el prohombre de la frontera, secundó a Juan Álvarez y propuso un proyecto al cual llamaron Plan Restaurador de la Libertad proclamado en Lampazos,  pero conocido como Plan de Monterrey. Reconoció al nuevo gobierno nacional, asumió el cargo de gobernador y comandante militar de Nuevo León. Luego invitó a Coahuila y a Tamaulipas para una anexión, y juntos hacer frente a los ataques de los llamados indios bárbaros y filibusteros texanos. Esta intención no les gustó a los círculos de poder en la ciudad de México y en los estados circunvecinos, dando origen a un distanciamiento con el gobierno representado por los liberales Ignacio Comonfort y Benito Juárez. Aprovechando su posición política, Vidaurri se convirtió en el más severo crítico de Comonfort; su rebeldía le dio tal popularidad que llegó a considerar un serio candidato a la presidencia.

El 19 de febrero de 1856, Santiago Vidaurri anexó Coahuila a Nuevo León, apoyado en casi todos los pueblos coahuilenses, excepto Saltillo y Ramos Arizpe. El gobernador de Coahuila don Santiago Rodríguez del Bosque, sometió al congreso y demás autoridades que apoyaron la anexión. Vidaurri por sus pistolas mandó traerlo a Monterrey al entonces gobernador de Coahuila para encarcelarlo. En el trayecto y ya prisionero, sufrió vejaciones y padeció insultos. Esta decisión llegó hasta el presidente Ignacio Comonfort, quien ordenó a Vidaurri su renuncia a la gubernatura. Para someter al viejo cíbolo lampacense, se ordenó al general tamaulipeco Juan José de la Garza para someterle con las armas, haciendo que Vidaurri y Zuazua fueran a Camargo el 28 de septiembre de 1856 y luego a Mier que se anexó por unos días a Nuevo León.

Las fuerzas tamaulipecas derrotaron a Escobedo cerca de Cadereyta y avanzaron sobre Monterrey, donde estuvieron a punto de ocupar la Ciudadela defendida por Zaragoza. Zuazua llegó el 3 de noviembre de 1856, obligando a de la Garza a retirarse, para después unirse a la división del general Rosas Landa, quien llegó a Coahuila para someter a Vidaurri. Para evitar otro combate, Zuazua y de la Garza acordaron el 3 de noviembre de 1856 un convenio en la Cuesta de los Muertos. Finalmente Vidaurri se sometió al poder central y dejó la jefatura del ejecutivo, mientras se realizaba un plebiscito para llevar el asunto de la anexión de Coahuila.

Casi todos los electores de Coahuila (excepto los de Saltillo y Ramos Arizpe) decidieron la unión con poco más de 4 mil votos contra 260 votos. Vidaurri llegó a ser el gobernador de nueva cuenta, pero sus decisiones provocaron largas discusiones en el seno del Congreso Constituyente, que finalmente aprobó la anexión por 60 votos contra 20. Ahora si lograba el control de la aduana de Piedras Negras quien por cierto, también mantenía su poder en el puerto de Matamoros. Las mercancías de los estados sureños del vecino país pasaban por Eagle Pass, tocaban Monterrey y salían por las playas de Bagdad. Como se advierte, Vidaurri consolidó su posición como el hombre fuerte del noreste y se presentaba como un posible rival a la hora de tomar decisiones en el ámbito regional como nacional.

La anexión solo estuvo vigente ocho años. Cuando Benito Juárez llegó a Saltillo el 9 de febrero de 1864, recibió a un grupo de ciudadanos saltillenses que le mostraron su inconformidad por estar unidos a Nuevo León y le pidieron liberarse de la autoridad de Santiago Vidaurri. Benito Juárez fue mesurado y les propuso esperar un tiempo para ver el rumbo que tomaban las cosas. Luego del encuentro violento que tuvo con Vidaurri en Monterrey, Benito Juárez ordenó que las tropas republicanas asentadas en Matamoros, Zacatecas y Durango acudieran a Monterrey para detener a Vidaurri. Seguidamente firmó un decreto mediante el cual Coahuila asumía su soberanía como estado el 26 de febrero de 1864.

El famoso liberal Francisco Zarco leyó ese documento en la esquina nororiente de la Plaza de Armas de Saltillo. Parado sobre una silla de tule, les informó a los saltillenses sobre la separación de Coahuila de Nuevo León y convocó a los coahuilenses a tomar las medidas necesarias, para guardar esa independencia y soberanía que el presidente de la República les otorgó. Declararon a Nuevo León en estado de sitio y al general Santiago Vidaurri y sus seguidores como rebeldes al régimen, no dejando otra opción más que servir al imperio de Maximiliano.

El 20 de noviembre de 1870, el Congreso de la Unión ratificó la soberanía de la entidad, llamándole oficialmente Coahuila de Zaragoza. El viejo sueño de unir al noreste más o menos se logró entre 1856 y 1864, cuando Nuevo León y Coahuila estaban unidos en lo político y en lo territorial; un proyecto que han querido identificar con el primer paso para la formación de la supuesta República de la Sierra Madre.

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Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico