Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista Municipal de Santa Catarina
Cuando Madero
y Pino Suárez fueron asesinados en febrero de 1913, el general Victoriano
Huerta se quedó con la presidencia de la república. Mientras que el gobernador de Coahuila, don Venustiano Carranza promovió la lucha en contra del presidente Victoriano Huerta, pues en el municipio de
Ramos Arizpe se proclamó el 26 de marzo de 1913 el "Plan de Guadalupe". También
Carranza mantenía nexos con Nuevo León, pues había nacido cuando ambos estados
formaban una sola entidad y por parte de su mamá, tenía sus raíces en Villa de
García.
Victoriano Huerta
nombró como gobernador interino del Estado al Lic. Salomé Botello (1875-1949) quien
tomó posesión el 24 de marzo de 1913. Originario de Villaldama, recibió
abiertamente el apoyo de los grupos empresariales. Solo se opuso el alcalde de
Monterrey don Nicéforo Zambrano, por lo que fue aprehendido. Una de las cosas
que hizo don Salomé Botello fue la de organizar un grupo llamado la Defensa Social de Monterrey, conformado
preferentemente por empleados de las
empresas y principales casas comerciales y obreros de las industrias para que
actuaran como grupo paramilitar y defendiera los intereses oficiales como de
los particulares.
Muchos de los
recursos y artículos de primera necesidad que se requerían, fueron conseguidos
gracias al apoyo de la Cámara de Comercio de Monterrey, de las principales
industrias y de los gremios de médicos, maestros y abogados. Cuando cayó
Victoriano Huerta, militares identificados con Carranza, originarios del norte
del estado, como Antonio I. Villarreal, Pablo A. González y Fortunato Zuazua,
se hicieron del mando militar y político de la región noreste.
Los días de
mayor tensión en el estado fueron el 23 y 24 de octubre de 1913. Algunos municipios
como Mina y Salinas Victoria estaban
bajo el control de los carrancistas. El 22 de octubre de ese año se enfrentaron
los carrancistas contra los últimos reductos fieles a Huerta en el Topo Chico.
Fue cuando los carrancistas se quedaron toda una noche en la cervecería y se
tomaron todo el producto que encontraron.
Monterrey estaba
defendida por una fuerza de mil 700 hombres que le hicieron la vida imposible a
Pablo González, quien finalmente optó por la retirada; dejando una estela de
destrucción y muerte. En los cables de luz y telégrafos quedaron decenas de
carrancistas ahorcados. Innumerables casas tenían las huellas de los orificios
provocados por las balas y había muchos cadáveres regados por doquier. Finalmente el 23 de abril de 1914 los
carrancistas se hicieron de Monterrey, quedando como gobernador del estado don
Antonio I. Villarreal.
Entonces las
tropas fieles al Plan de Guadalupe entraron a Monterrey para ocupar la plaza.
Cuando pasaron por el Palacio de Gobierno vieron desde un balcón la bandera de
los Estados Unidos. Era la habitación en la cual el gobernador del estado tenía
confinado a Phillip Hanna, al cónsul de los Estados Unidos en Monterrey, en
señal de rechazo por la presencia de las tropas norteamericanas en el puerto de
Veracruz.
Las tropas huertistas
salieron con rumbo a Saltillo y para no encontrarse con los enemigos, se
aventuraron a cruzar la Sierra Madre por el Cañón de Santa Catarina. Iban cerca
de tres mil hombres, con ocho cañones y algunas ametralladoras al mando de
Wilfredo Massieu. Las últimas batallas entre ellos se dieron en Guadalupe y
Santa Catarina.
Ya como
gobernador, Villarreal se cobró todas las simpatías que la Iglesia tuvo por el
antiguo régimen. Todos los sacerdotes fueron expulsados de sus templos y
quedaron prohibidos los oficios litúrgicos. Por ejemplo David G. Berlanga entró
al templo de San Gregorio en Cerralvo, juntó todas las imágenes y les prendió
fuego. A la única imagen que no quemó fue la de un crucificado que lanzó de
cabeza a una noria. Un coronel de apellido Garza Siller al pasar por el pueblo
de Ciénega de Flores, mandó sacar al crucifijo de madera y lo fusiló.
Villarreal se dedicó a destruir muchos bienes pertenecientes a la Iglesia,
especialmente el del templo franciscano de San Andrés situado en el cruce de
Ocampo y Zaragoza, el edificio colonial más antiguo de Monterrey.
También enfrentó
a los empresarios que habían mostrado hacia Salomé Botello, se hizo de los
bienes de los principales hombres que apoyaron al huertismo en Nuevo León. El
10 de junio de 1914, Pablo González impuso una fuerte multa a la Cervecería
Cuauhtémoc, por lo que el cónsul de los Estados Unidos Phillip Hanna les
reclamó para evitar dañar la participación que los extranjeros mantenían en la
empresa. Pablo González le contestó que era una empresa mexicana y que como tal
debía estar sujeta a las autoridades del país. Y más cuando se decía que sus
dueños habían apoyado a Porfirio Díaz y a Bernardo Reyes.
Probablemente
Carranza estuvo en al menos dos ocasiones en Monterrey. La primera el 25 de
junio de 1914. Durante su estancia se quedó en una de las casas del cerro del
Mirador y en Monterrey en la casa del Lic. Eugenio Castillón. Carranza estuvo
otra vez en Monterrey entre el 13 y 19 de octubre de 1914. Fue bien recibido por
los empresarios, quienes le hicieron una comida en la Quinta Calderón. No obstante al recibimiento que le habían
dado, amenazó a los principales invitados con fusilarlos por apoyar al régimen
del traidor Huerta.
Por estas fechas
se da el rompimiento entre los ejércitos de Villa y Zapata en contra del de
Carranza, a quien desconocieron como primer jefe del ejército
constitucionalista. De nueva cuenta la región fue escenario de los
enfrentamientos entre la famosa División del Norte y la aguerrida División del
Noreste. Finalmente los carrancistas entregaron la plaza y se fueron a algunos
lugares de Coahuila y Tamaulipas en donde esperaron la oportunidad de enfrentar
de nueva cuenta a los villistas. Fue cuando se dice que en una cantina de
Monterrey, los villistas compusieron unos versos en contra de los carrancistas,
pero con música de una canción muy antigua llamada La Cucaracha. Quienes se
hicieron cargo de la autoridad en la capital, fueron los de la Cámara de
Comercio de Monterrey.
Felipe Ángeles
entró a Monterrey el 15 de enero de 1915, quien quedó como gobernador. Luego le
siguió Raúl Madero, hermano de los mártires Francisco y Gustavo. Villa llegó a
Monterrey con el grueso de la División del Norte el 13 de marzo de 1915, para
dejar la ciudad el día 19 de ese mes. Finalmente los villistas fueron empujados
por los carrancistas para dejar la ciudad. Los villistas se fueron a la
hacienda del Anhelo situada en Ramos Arizpe en donde dejaron la capital de
Nuevo León. En un poblado cercano llamado Icamole perteneciente a García Nuevo
León, los villistas y carrancistas pelearon. Ahí en Icamole, la División del
Norte sufrió otra de sus peores derrotas.
Me parece exagerada la reacción de Villarreal y de los carrancistas en contra de la Iglesia, como si hubiera sido esta la causante del golpe huertista. Monterrey y, como dice Juean Meyer, casi todo México era "huertista", o sea la gente quería vivir y trabajar en paz. La actitud. De la Iglesia fue la de la mayoría de la gente, y también de la que participó en la defensa de Monterrey en aquellos días de octubre de 1914...
ResponderBorrarEsa reacción hacia la iglesia se debió a que Antonio I Villarreal era masón.
Borrarqe ai delos trabajadores de serveseria chuaqtemok q de fendieron la planta contra de los villistas
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