Antonio Guerrero Aguilar/
En el Archivo Municipal de Monterrey, existen algunos
documentos que muestran la intención de los antiguos pobladores en demostrar su
limpieza de sangre. Para las investigaciones genealógicas e históricas, incluso
demográficas, son un excelente medio, pues en lugar de buscar información de
libros parroquiales y civiles; en un solo expediente se accede a la
construcción genealógica de manera efectiva. Quienes los elaboraron, convocaban
a testigos ya mayores de 60 años, que pudieran conocer a los padres y abuelos
del que pedía el juicio. Se le pedía información como su nombre, patria,
estado, calidad y ejercicio y bajo juramento se comprometía a decir la verdad.
Por ejemplo, el 7 de septiembre de 1799 doña Ana Josefa de
la Garza, ya viuda de don Antonio García, pidió un informe sobre la limpieza de
sangre de su hijo de nombre Joaquín, para enlazar el parentesco que tenían con
la familia fundadora de la hacienda de San Juan Bautista de la Pesquería
Grande, los Fernández de Castro, pues su hijo José Joaquín García se hallaba
estudiando en el Real y Tridentino Colegio Seminario de Monterrey y buscaba los
beneficios económicos de una capellanía fundada por Catarina Fernández y por su
esposo un señor de apellido Bárcena.
La limpieza de sangre consistía en un cuestionario en la que
los más viejos del lugar eran testigos de la limpieza de sangre o genealógica
de la persona en cuestión, sobre todo, para saber que era descendiente de
cristianos viejos y no había mestizaje presente que indicara familiaridad judía
o islámica o inclusive indígena. Se les preguntó si sabían que José Joaquín era
descendiente directo de los fundadores de la Pesquería Grande, don Gonzalo
Fernández y María Rodríguez en tierras que les mercedó el entonces gobernador
del Nuevo Reino de León don Martín de Zavala. Ahí se menciona que el hijo de
ellos, Gonzalo el chico, había salido del Nuevo Reino de León para regresar
casado con doña Manuela Díaz. Don Gonzalo había muerto y fue enterrado en
Monterrey, por lo que su viuda en compañía de su hija Catarina, se fueron a
Zacatecas. Allá Catarina contrajo nupcias con un vecino de apellido Bárcena,
quienes fundaron una capellanía con la cual se decía se iba a apoyar a los
miembros y descendientes de los Fernández de Castro y Rodríguez que decidieran
ingresar a la vida consagrada.
En el cuestionario realizado por José Nicolás de Elizondo,
comisionado por el gobernador del Nuevo Reino de León, se hace alusión de que
José Joaquín pertenece a cristianos viejos y limpios de toda mácula, raza de
indios, judíos, mulatos y penitenciados del Santo Oficio. Ahí se dice que los
abuelos paternos de José Joaquín García eran José Luis García y Ana de la
Garza.
Uno de los testigos fue Juan Cristóbal de la Garza, vecino y
criador de ganados y agricultor del Valle de San Juan Bautista de Pesquería
Grande, de 67 años y que fue padrino de bautizo de José Joaquín. Otro de los
los testigos fue Pedro José de la Garza, vecino del mismo valle y de 77 años,
que por cierto, fue entrevistado en su casa por tener problemas de ceguera.
Otro de los testigos fue José Macario Fernández, original y vecino ya viudo de
81 años. También participaron Ignacio Rodríguez de la Garza, Jacinto de la
Garza, Nicolás Rodríguez, Antonio Fernández y Garza, Estanislao Quilino de la
Garza, José Pastor Rodríguez, Antonio Fernández Guerra, Miguel González de
Anaya y Ramón de la Garza Sepúlveda.
Ahí se desglosa la siguiente información genealógica: don
Gonzalo Fernández de Castro y María Rodríguez, los fundadores de la Hacienda de
San Juan Bautista de la Pesquería Grande, tuvieron por hijos a Lázaro, Diego y
Clara.
Lázaro no se especifica con quien se casó, pero tuvo un hijo
llamado Gonzalo Fernández el Chico que se casó con Manuela Díaz. Tuvieron una
hija llamada María Catarina casada con Fulano Bárcena, fundadores de la
capellanía.
Diego se casó con María de la Cerda y procrearon a Diego
Fernández el Chico quien se casó con Juana de Quintanilla. Ambos fueron padres
de Ana María Fernández quien se casó con Salvador de la Garza. Ambos tuvieron
por hija a Ana Josefa de la Garza que se casó con José Antonio García, quienes
procrearon a José Joaquín.
Clara se casó con el sargento mayor Jacinto García de Sepúlveda,
quienes procrearon a Petronila Sepúlveda, a su vez casada con Gabriel de la
Garza. El hijo de ambos, llamado también Gabriel se casó con María Cavazos. Un
hijo de ellos, Salvador de la Garza se casó con Ana María Fernández, padres de
Ana Josefa de la Garza, madre de José Joaquín y casada con José Antonio García.
José Antonio García, padre de José Joaquín García, había
nacido el 29 de marzo de 1732 y fue bautizado en el templo parroquial de
Monterrey el 10 de abril de ese año. Era hijo de José Luis García y de Ana de
la Garza. El primero, hijo de José Cristóbal García y Josefa Buentello, de la
familia del fundador de Santa Catarina, el capitán Lucas García, mientras que
la segunda Ana de la Garza, fue bautizada el 11 de abril de 1721 en el templo parroquial
de Monterrey, hija de Blas de la Garza y de Ángeles Méndez.
Los linajes más representativos y originarios de la antigua
Pesquería Grande, eran los Fernández, Garza, Treviño, Sepúlveda, Rodríguez y
García. Los Fernández son descendientes directos del fundador don Gonzalo
Fernández de Castro, mientras que los Garza vienen de don Gabriel del mismo
apelativo. Los García de Sepúlveda son medios hermanos de don Martín de Zavala,
mientras que los Rodríguez por don Diego y los García de parte del fundador de
Santa Catarina, don Lucas García. Ciertamente hay más apelativos que son
típicos y muy antiguos en la región, pero al menos, sabemos de los Treviño y
los Fernández, gracias a la información que se recabó gracias a un juicio de
limpieza de sangre.
De igual forma, con la intención de disfrutar de los beneficios de la
Capellanía que fundó doña María Catarina Fernández, en el año de 1799, don
Pedro José Treviño, solicitó un juicio de limpieza de sangre a favor de su hijo
José Joaquín Treviño que estaba estudiando en el Seminario de Monterrey. Para
ello el gobernador Herrera y Leyva solicitó que el juicio de limpieza de sangre
se efectuara en la Pesquería Grande, lugar en donde residía la familia en
cuestión. En el juicio sabemos que son descendientes de cristianos viejos,
limpios de toda mala casta, moros, mulatos, judíos y penitenciados del Santo
oficio. De ahí se desglosa que un hijo de don Gonzalo llamado Lázaro Fernández
tuvo un hijo llamado Gonzalo El Chico que se casó con doña Manuela Díaz y
tuvieron por hija a Catarina que se casó con Fulano Bárcena, con quien fundó
una capellanía.
Doña María Fernández se casó con Alonso de Treviño y
tuvieron por hijos a Alonso casado con María González, padres de Alonso III
casado con Mariana de la Mota y padres a su vez de José de Treviño y Mota, casado
doña Josefa Ramos, padres a su vez de Pedro José, casado con Antonia Margarita
García, padres de José Joaquín de Treviño quien buscaba los beneficios de la
capellanía.
Otra relación de la familia está fundada en Clara Fernández
casada con Jacinto García de Sepúlveda, padres de Petronila de Sepúlveda,
casada a su vez con Gabriel de la Garza, padres de Agustín de la Garza,
matrimoniado con doña María Andrea Galván, padres de Antonia de la Garza,
casada con Juan Ramos, padres de María Josefa Ramos, quién se casó con José de
Treviño y Mota, padres de Pedro José Treviño, casado con Antonia Margarita
García, madre de José Joaquín de Treviño, solicitante de la capellanía.
En 1799, José Ramón Fernández, alférez de la Compañía
Miliciana del Valle de San Juan Bautista de la Pesquería Grande, señaló que sus
hijos José de Jesús y José Mariano, estaban estudiando en el Seminario de
Monterrey y que necesitaban también del apoyo de la capellanía establecida por
doña Catarina Fernández.
Ahí se establece que don Gonzalo Fernández de Castro, casado
con María Rodríguez, fueron padres de Lázaro Fernández que se casó y tuvo
cuatro hijos, entre ellos Gonzalo, casado con Manuela Díaz, padres de Catarina
que se casó con Fulano Bárcena. Otro hijo llamado Diego Fernández, se casó con
María de la Cerda, padres de Juan Fernández, que se casó con Agustina Cadena y
tuvieron por hijo a Juan Dimas Fernández, casado con Margarita Guerra Cañamar,
padres a su vez de José Ramón, casado con Juana Francisca García, padres de los
seminaristas que pedían los beneficios de la capellanía, José de Jesús y José
Mariano.
Quienes ya habían beneficiado con los fondos de la
capellanía, fueron Pedro y José de Amato Arizpe, hijos de José Martín Arizpe,
originario de Saltillo y de María Fernández de Castro, quienes fundaron el
curato de Santiago del Huajuco y de una parte de la antigua hacienda de
Rinconada, tíos de los sacerdotes Rafael y Miguel Ramos Arizpe, quien fuera uno
de los ilustres diputados a las Cortes de Cádiz y promotor de la primera
república federal en 1824.
En síntesis: el juicio de limpieza de sangre, se debe a que
el alférez real Lázaro Fernández de Castro se casa en Fresnillo con Manuela Díaz.
Tuvieron una hija llamada Catarina que se casó con Juan Manuel de la Bárcena,
del cual en los documentos se refieren a fulano
Bárcena.
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