Antonio Guerrero Aguilar/
El general Francisco Villa era un hombre de a caballo como se dice regularmente. Bueno,
no necesariamente. Dicen que mientras realizaba una campaña por los rumbos de la
región lagunera perteneciente a Durango y al sur de Chihuahua, se movía en una
yegua de fina estampa, una cría de pura sangre árabe a la que llamaban La Muñeca.
Cuentan que Villa y sus hombres estaban por el Valle
de Allende, Chihuahua. Se bañaban en el río cuando fueron avisarle que se
acercaba un contingente de caballería para apresarlo. Villa montó en La Muñeca y huyó para evitar a sus
captores. En el trayecto una patrulla le marcó el alto. El jefe revolucionario
no tenía la intención de detenerse, entonces un oficial se le paró en frente con
su carabina en los brazos, con la intención de que ahí mismo se entregara, pero
fue arrollado por el Centauro del Norte.
Cuando llegó a una fábrica llamada Talamantes, un empleado de nombre Antonio
García le dio oportunidad de quedarse ahí mientras pasaba el mal rato.
Villa al desmontar, se dio cuenta que La Muñeca tenía todo el pecho manchado
de sangre. El oficial le disparó a Villa, pero el tiro impactó a la noble yegua
que siguió a todo galope por unas siete leguas, más o menos unos 35 kilómetros.
Afortunadamente el proyectil salió y la potranca no sufrió daños y la pudieron
salvar. A partir de ahí Villa le llamó “la
Siete leguas”.
Después de la muerte de Carranza, Villa se rindió al supremo
gobierno el 28 de julio de 1920 en Sabinas, Coahuila. Como una gentileza y
buena disponibilidad, se la regaló al presidente Adolfo de la Huerta. Tiempo después
el general Lázaro Cárdenas conoció a “la Siete
leguas” y don Adolfo se la obsequió. La
Muñeca vivió por muchos años en una caballeriza del general Cárdenas que
ocupó la presidencia entre 1934 y 1940.
En honor a aquella jaca se compuso el famoso corrido
del Siete Leguas, cuya estrofa nos habla del mejor caballo que Villa tenía
para sus campañas. Una legua mide 5.5 kilómetros. Cada montura podía recorrer
una jornada; es decir, en un día se podían alcanzar entre 25 y 30 kilómetros.
De ahí que se establecieran estancias, valles, hacienda y pueblos cada 25 o 30
kilómetros, para que se pudieran comunicar sin tantos problemas. Si un jinete recorría
más de esa distancia en un día, ponía en riesgo al animal.
Aparentemente el corrido pertenece a la autoría de Graciela Olmos, mejor conocida como "La bandida". Consta de cinco estrofas con seis líneas
cada uno. En la primera nos presenta las cualidades del caballo y por eso Villa
lo quería, pues estaba acostumbrado a recorrer grandes distancias para realizar
sus campañas:
Siete leguas, el
caballo
que Villa más
estimaba,
cuando oía silbar
los trenes,
se paraba y
relinchaba;
Siete leguas, el
caballo
que Villa más
estimaba.
En la segunda estrofa nos habla del paso de la famosa
División del Norte por los lugares en donde fueron devastados por las tropas
obregonistas. A decir verdad, Villa no quiso escuchar a Felipe Ángeles de que
huyeran hacia el norte para hacerle frente a las tropas comandadas por Obregón,
que no conocían los campos de batalla en donde los villistas asentaron sus
reales y sus dominios. En la estación cantaban Los Horizontes, aparentemente era un conjunto musical de la época. La
División del Norte estaba compuesta por brigadas al mando de los generales más
leales a Villa, una de ellas era la Bracamontes al mando del general Pedro F.
Bracamontes, cuyo arrojo y poder se basaban en las famosas cargas de caballería
sobre el enemigo:
En la estación de
Irapuato
cantaban Los
Horizontes.
Allí combatió
formal
la brigada
Bracamontes.
En la estación de
Irapuato
cantaban Los
Horizontes
La Revolución Mexicana
se hizo a caballo y en caballo de acero, como le decían los amerindios que
poblaban las extensas regiones del suroeste norteamericano al ferrocarril.
Además de dar ánimo, los jefes convocaban a la lucha:
Como a las tres de
la tarde
silbó la
locomotora
¡Arriba! ¡Arriba
muchachos!
¡Pongan la
ametralladora!
Como a las tres de
la tarde
silbó la
locomotora.
Seguramente a Villa le dolió la derrota de su famosa y
otrora invencible División del Norte, que con ella asedió y tomó Ciudad Juárez,
Chihuahua, Zacatecas, Torreón y un poblado mítico de Ramos Arizpe, Coahuila,
llamado Paredón, lugar en donde convergen las vías de ferrocarril
Saltillo-Piedras Negras y Tampico-Monterrey-Torreón, lo cual le permitió
hacerse del control del noreste mexicano. La toma de Paredón ocurrió el 17 de
mayo de 1914, después de que habían tomado Torreón y Saltillo. Aún no había
distanciamiento entre Villa y Carranza:
Oye, tú, Francisco
Villa,
que dice tu
corazón.
¿Ya no te
acuerdas, valiente,
cuando tomaste
Torreón?
¿Ya no te
acuerdas, valiente,
que tomaste
Paredón?
La catedral de Chihuahua, es un monumento histórico de
la ciudad que fue fundada en 1709. Sede de la Comandancia Militar de las
Provincias Internas, fue testigo de los juicios sumarios y de las ejecuciones
de los ilustres insurgentes en el verano de 1811 y escenario de las acciones
guerreras de Villa y Pascual Orozco para apoyar al Plan de San Luis que dieron origen a la Revolución Mexicana en 1910. En éste estrofa se ensalza la figura
de Villa, el único mexicano que se atrevió a atacar a los Estados Unidos, en un
poblado de nombre Columbus, Nuevo México y que en éstos momentos difíciles,
muchos mexicanos sentencian de que Pancho Villa viviera nuestro país no
estuviera así:
Adiós, torres de
Chihuahua;
adiós, torres de
Cantera.
¡Ya llegó
Francisco Villa
a quitarles lo
pantera!
¡Ya llegó
Francisco Villa
a devolver la
frontera!
Entonces Villa montaba una yegua no un caballo. En esa
simbiosis surgió la figura mítica del Centauro,
mitad hombre y mitad caballo. Quería a La
Muñeca porque le salvó la vida y tenía la cualidad de recorrer poco más de
una jornada, es decir, unas siete leguas. Y a lo mejor porque también le
gustaba coleccionar mujeres. Tantas cosas que se pueden hablar de Villa y de su
heroica División del Norte.
Que interesante y a veces escucha una el corrido pero no pone atención en todo lo que cuenta. Gracias. Bendiciones en el nombre de Jesucristo. Maestro Antonio Guerrero Aguilar.
ResponderBorrarQue hermosa narración, me encantó. Estoy en Garcia Nuevo León soy sobrino de la Profesora Oralia Gomez Obregón, quien dedicó muchos años de su vida a educar niños en Santa Catarina. Lo felicito maestro y siganos deleitando con sus investigaciónes. Dios lo bendiga..
ResponderBorrarM. V. Z. Jose Luis Lopez Gomez
Excelente
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