lunes, 26 de enero de 2015

Don José Silvestre Aramberri

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de Santa Catarina

José Silvestre Aramberri es Indudablemente todo un personaje, un militar, ingeniero, político y hasta fundador de escuelas. El nació en 1816 la hacienda de la Soledad, jurisdicción del entonces llamado Río Blanco, actual municipio de Aramberri. Hijo de Cosme Aramberri y Dolores Lavín. Inició sus estudios en el Seminario de Monterrey, para luego graduarse como ingeniero en la ciudad de México en 1851. Estuvo casado con Rosario Lozano. En 1854 al estallar la Revolución de Ayutla, se adhirió al Plan de Lampazos, encabezada por Santiago Vidaurri, quien le encomendó la organización de las fuerzas del sur del estado.

Se alistó con los liberales durante la Revolución de Ayutla. Hombre de armas, participó en acciones tanto en San Luis Potosí como Jalisco. Fue uno de los militares que se formaron en sus municipios de dónde eran originarios, entre los que destacaban Santiago Vidaurri y Juan Zuazua de Lampazos, Mariano Escobedo de San Pablo de Labradores, Ignacio Zaragoza de una antigua misión y presidio en el sur de Texas, Jerónimo Treviño de Cadereyta y Julián Quiroga de Ciénega de Flores. Cuando el estado de Coahuila se anexó al de Nuevo León, Comonfort mandó a tropas para sitiar a nuestro estado. Por lo que Aramberri, con su grupo armado de Galeana, hizo que el enviado aceptara las condiciones de los jefes norteños mediante el Tratado de la Cuesta de los Muertos.

En la guerra de Reforma, salió con Mariano Escobedo rumbo a San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato y Querétaro al mando de 500 rifleros de Galeana. Cuando Degollado desconoció a Vidaurri como gobernador de Nuevo León, fue designado como tal el 24 de septiembre de 1859. Se le nombró jefe militar y gobernador del estado de Nuevo León y Coahuila.

Estuvo en el cargo por espacio de dos meses, en los cuales organizó la defensa de la ciudad de Monterrey y la apertura de las cátedras del Colegio Civil el 5 de diciembre de ese año. Para lo cual utilizó la facultad que originalmente se le concedió en 1857 al entonces gobernador Vidaurri, para fundar el Colegio Civil. Comprendía la instrucción secundaria o preparatoria y las escuelas anexas de jurisprudencia y medicina, esta última con seis años de duración. También se implantó la carrera de farmacia. Propiamente se considera el 30 de octubre de 1859 como la fecha oficial del nacimiento de la actual facultad de medicina, cuya dirección estuvo a cargo del Dr. José Eleuterio González.



Dejó en el cargo a Domingo Martínez y luego Vidaurri regresó a la gubernatura, destinando a Aramberri a la hacienda del Canelo en 1860. Participó en Galeana en contra del régimen de Vidaurri.  Luego participó a favor de Benito Juárez durante la guerra de los Tres Años, en la que tuvo un papel decisivo en las batallas que le dieron el triunfo a los liberales sobre los conservadores, ingresando en enero de 1861 a la ciudad de México. Por sus méritos en campaña, alcanzó el grado de general de brigada.


Acompañó a Juárez en su peregrinar hacia el norte durante la intervención francesa. Llegó con la comitiva presidencial hasta Matehuala. Gravemente enfermo, llegó hasta la hacienda de El Canelo en donde murió el 27 de enero de 1864. Fue sepultado en Matehuala. Por sus méritos militares y como ciudadano, el Congreso del Estado tituló Aramberri al antiguo Valle de Río Blanco el 26 de octubre de 1877. Sus restos fueron trasladados en 1926 a Aramberri, por iniciativa de la Unión de Periodistas de Matehuala, con motivo del Tercer Centenario de la fundación de la Misión de Santa María de los Ángeles del Río Blanco.

sábado, 24 de enero de 2015

¿En realidad eran franceses o de Saltillo?

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina


Existe la creencia de que la mayoría de los habitantes del cañón de Huajuco, son descendientes de un regimiento francés que llegó a la región para ocultarse después del triunfo de la República sobre el Imperio en 1867. A decir de historiadores como Omar Montalvo, Beatriz Bazán de Vaquero y Héctor J. Barbosa, la gente güera de Allende, Santiago, Cadereyta y Montemorelos más bien deben sus rasgos físicos a Alberto del Canto, quien nació en las Islas Azores de Portugal, cuya ascendencia es británica y hasta lo relacionan con el ducado de Kent. El hijo de Alberto del Canto fue Miguel de Montemayor, casado con Mónica Rodríguez y tuvieron once hijos. Fueron dueños de la hacienda de San Pedro Los Nogales y de tierras al pie de la Sierra Madre desde la Huasteca en Santa Catarina hasta el río Ramos en Allende. Tres de ellos, Diego, Juan Francisco y Mateo Rodríguez de Montemayor poblaron el valle del Huajuco.

El primogénito Diego Rodríguez de Montemayor se casó en 1650 con Inés de la Garza, hija de Blas de la Garza Falcón y Beatriz González Hidalgo. Procrearon once hijos con quienes pobló el valle del Huajuco. Estos al casarse entre 1670 y 1691, fueron formando las haciendas que dan origen tanto a Santiago como a Allende: Margarita casada con Lucas Caballero de los Olivos, Gertrudis con Juan Casas, establecidos en El Cercado, Francisco con María Caballero se quedaron en San Javier, Dorotea con Cristóbal González de Ochoa, con terrenos en donde ahora está la fábrica El Porvenir. Diego el mozo con Mariana Ruiz de Ocón en San Diego,  José con Antonia Martínez Guajardo en la Santísima Trinidad cerca de San Francisco; Miguel con Lucía Saldívar en la hacienda de los Rodríguez; Nicolás con Tomasa Ruiz de Ocón en San Nicolás de El Cercado; Inés Rodríguez con Pedro de Salazar en San Pedro de los Salazares y Juan con Antonia Galván en el área de San Javier. Dos hermanos de Diego: Francisco, casado con Ramona de Ayala y Mateo casado con Leonor Fernández de Tijerina, fundaron la hacienda de los Rodríguez, llamada luego de Santa Rosalía, correspondiente a la parte norte de la cabecera municipal de Santiago. En éste trabajo presentaré la historia de los apellidos Cavazos, Salazar, Almaguer, Tamez, Marroquín y Alanís.

El apellido Cavazos es de origen italiano y viene por Juan Cavazos casado con Elena de la Garza, quien fundó la hacienda de Santo Domingo en San Nicolás de los Garza. Un nieto llamado Joaquín se casó con Margarita Rodríguez de Montemayor en 1722 y tuvieron tres hijos: José Antonio casado con Leonor Treviño Góngora de Santa Catarina; Eugenio casado con María Dolores Caballero de los Olivos, quienes poblaron el Huajuquito, ahora llamado Los Cavazos y Juan José Cavazos casado con Gertrudis Ballesteros en 1762. Todos los Cavazos de Allende, El Cercado, Loma Prieta y El Fraile vienen de éste tronco familiar.

La hacienda de San Pedro de los Salazares se formó en 1691 gracias al matrimonio entre Pedro de Salazar e Inés Rodríguez de Montemayor, la hija menor de Diego y de Inés de la Garza. Situado al extremo sur del valle del Huajuco, ahora conocida como El Álamo en honor aquel restaurante, tienda, depósito, alberca, centro social, gasolinera, panadería, zoológico y almacén propiedad de don Alfonso M. Salazar, en donde comenzaron a tocar los insignes Montañeses del Álamo. Tres Salazares se casaron con tres Rodríguez de Montemayor: Diego, Nicolás e Inés se casaron con Mariana, Tomasa y Pedro, hijos de Alonso Ruiz de Ocón y de María Salazar quienes llegaron de Querétaro.

El primer Tamez que llegó al Huajuco fue Juan Antonio Tamez Flores, originario de la Pesquería Grande, actual Villa de García, casado con Catarina Rodríguez de Montemayor y Ayala en 1709. Hija de Francisco y María, dueños de la hacienda de San Javier. Hijo de Juan Antonio Tamez Sánchez, el primero en llegar al Nuevo Reino de León procedente de Llanes, Asturias en donde nació en 1660. Una hija llamada Josefa Tamez se casó con Tadeo Marroquín en 1732 de la cual procede otra rama familiar muy representativa del cañón del Huajuco y de Allende. Hubo un medio hermano de Juan Antonio llamado Manuel Tamez Morales, quien nació en Saltillo y también se casó con una hermana de Catarina llamada Isabel Rodríguez que fundaron un linaje de Tamez en San Pedro de los Salazares. Ahora, el origen del apellido es muy controvertido: puede tener su origen en el imperio romano. Puede ser un toponímico (nombre de lugar) aplicado a las “Fontes Tamaricae” ubicaban en el antiguo reino de León. Para otros tiene un origen prerromano a través del vocablo “tam-es” que significa “chozas, pajar o majadas”. Existe un pueblo llamado Tamames en la provincia de Salamanca, España; derivado del latín “tam magnus” que significa “tan grande”. Para otros corresponde a “Tamuz” el cuarto mes del calendario hebreo que coincide con el mes de julio en el calendario gregoriano.

Existe la posibilidad de que Almaguer tenga un origen árabe. Hay un municipio en Toledo, en la región autónoma de Castilla La Mancha llamado Corral de Almaguer. Para ellos el nombre procede de un capitán moro llamado Almaguer, en árabe “Al-Magued" o "Magued-Al-Rumi". Un caballero cristiano que siendo niño fue capturado por los musulmanes y fue educado por el califa "Abd-Al-Malik". Considerado como un príncipe musulmán y como tal acompañó a Tarik en la conquista de España, teniendo un papel muy importante en la conquista de Córdoba. Al-Magued encontró una primitiva aldea situada en el cerro de la Muela, y dada su buena ubicación la cual pobló con algunos guerreros. Dos hermanos procedentes de Saltillo se establecieron en el valle del Huajuco: José Antonio y Pedro Alberto Almaguer Siller, hijos de José Antonio y Marcela Siller, quienes se casaron en 1723 en Saltillo. Ambos lo hicieron con Rita y Gertrudis Marroquín Tamez, hijas de Tadeo Marroquín y Josefa Tamez Rodríguez de Montemayor. Estas dinastías poblaron la hacienda de San Javier, la Boca y el Cercado.

Otro apellido que nos recuerda nuestros orígenes mozárabes es el de Marroquín. Este apelativo se generalizó a partir de un apodo. Resulta que Sancho Ortiz de Salcedo, originario de Montehermoso, ahora Monte Arzabe, Zalla en la provincia de Vizcaya en el norte de España, acudió en una campaña militar en el 1205 a Marraquesh (Marruecos) en donde fue hecho prisionero. Al ser liberado regresó a su lugar de origen por lo que fue conocido como el “Marroquín”.

Posiblemente un descendiente suyo pobló de Marroquines a toda esa región. Gracias a los estudios realizados por Eulogio Omar Montalvo, sabemos que en 1707 Nicolás Marroquín se casó con Francisca Rodríguez de Montemayor, hija de Francisco y Ramona de Ayala. Se quedaron a poblar en la hacienda de los Rodríguez de Montemayor actualmente de llamada de Santa Rosalía. Los Marroquín Rodríguez tuvieron por hijos a: Tadeo, casado en 1732 con Josefa Tamez, quienes son los primeros Marroquín y Tamez nacidos en el Huajuco. Juan Antonio casado en 1735 con Juana Inés de Hinojosa Salazar, quienes fundaron una dinastía en San Pedro de los Salazares. Nicolás casado en 1734 con María Josefa Alanís y Francisco casado en 1743 con María de Jesús Rodríguez. Ahora hay Marroquín en Allende y en todo el Huajuco y Monterrey.

El apellido Alanís tiene distintos orígenes y significados: puede ser una variante del nombre vasco Alaiz que significa apuesto y luego se difundió por Galicia y León. Para otros tiene un origen árabe: el prefijo “Al” refiere a un jefe de familia y luego se le añadió Anís. Puede ser el nombre de una ciudad localizada en Sevilla (Andalucía). El sitio se despobló hasta que llegaron los Alanos, un grupo procedente de Persia. Se dice que Alanís significa “Galgo”. Para otros se originó en Francia. Los Alanís llegaron al Huajuco en 1720 cuando Teresa Rodríguez, hija de Francisco Rodríguez de Montemayor, se casó con José de Alanís. Sus padres eran originarios de Monterrey, Miguel Alanís y María Rosa Rodríguez, pero sus abuelos Francisco Alanís e Isabel Sánchez venían de Saltillo. Luego un sobrino de José llamado Xavier, se casó con Isabel Marroquín Rodríguez de Montemayor. Esta dinastía se quedó en Santa Rosalía para luego poblar otros sitios del valle del Huajuco como San Javier.

¿Cómo ven?, ¿Toda la gente de aquel rumbo viene de tropas francesas o de gente que salió de Saltillo y Pesquería Grande en algún momento de sus vidas?


jueves, 15 de enero de 2015

Los villistas en Monterrey

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina


Después de la Convención de Aguascalientes hubo rompimiento de los grupos revolucionarios encabezados por Villa y Zapata que pedían que Venustiano Carranza dejara la jefatura del movimiento. Entonces Villa comenzó a molestar a las posesiones que los carrancistas mantenían en el noreste. En diciembre de 1914, una vez rotas las relaciones entre Villa y Carranza, los primeros decidieron tomaron posesión de Nuevo León y Tamaulipas.

Las fuerzas del general Felipe Ángeles se apoderaron de Saltillo el 6 de enero de 1915. Todo su estado mayor se quedó en el Hotel Coahuila. Una vez que comieron y descansaron; dispuso que un piquete de 50 hombres marchara con rumbo a la hacienda San José para ver si habían grupos armados. Ahí en Ramos Arizpe después de una batalla en la que triunfaron, se hicieron de los archivos de Antonio I. Villarreal y de Eulalio Gutiérrez. Aparentemente en la hacienda San José había estado toda la llamada División del Noreste. Cuenta el rumor de que en uno de los vagones donde dormía don Antonio I. Villarreal había ropa íntima de mujer y comenzaron a burlarse los villistas de que en realidad él las usaba.

El día 15 de enero las tropas de la famosa División del Norte al mando del general Felipe Ángeles entraron a Monterrey para asumir la gubernatura y la comandancia militar de Nuevo León. Desde un balcón del hotel Iturbide arengó a la población a sumarse al movimiento en contra de Carranza. Para defender la ciudad se dispuso que el general Máximo García con dos mil dragones se apostara en las Lomas de Armendaiz al norte de Monterrey. Un oficial del estado mayor se quedó en el Obispado, mientras que el general Herón González allá por el rumbo de la cervecería. De la cervecería con rumbo a la Fundidora, la famosa brigada Bracamontes estableció una línea de franco tiradores. Así quedó protegida la ciudad de Monterrey por sus cuatro costados para evitar el ingreso de los carrancistas. También envió tropas a Cadereyta, Los Ramones, Villaldama y otros lugares. No obstante dejaron sin protección el camino al Huajuco y los accesos a Santa Catarina pues mantenían el control de Saltillo y de Torreón y pensaron que la misma sierra les pondría el alto.

En una de esas, allá por el rumbo de Fundidora atraparon a una mujer disfrazada de hombre, con un nombramiento de teniente expedido por Pablo A. González. Traía una pistola y un frasco con unas pastillas de veneno, con la que supuestamente se dijo quería matar a Felipe Ángeles.  El 6 de febrero, las tropas de Pablo González  atacaron a Monterrey, pero fueron rechazadas por una fuerza al mando del general Felipe Ángeles que se habían apostado en Fundidora. El 15 de febrero delegó la comandancia militar y la gubernatura a Raúl Madero.



Por estos días corrió el rumor, de que las fuerzas al mando del general carrancista Luis Gutiérrez, hermano de don Eulalio Gutiérrez, quien había sido nombrado presidente de México por la Convención de Aguascalientes, pretendía atravesar la sierra de Arteaga hasta Santa Catarina con un contingente compuesto por 2 mil hombres, con la intención de atacar a Monterrey. Por lo que el general Felipe Ángeles, con la intención de detener la marcha de esa considerable fuerza, pidió al coronel Jesús Aguilar González y a Roberto Morelos Zaragoza su disponibilidad para esperarlos a la entrada del Cañón de Santa Catarina. Ellos, con cien hombres y dos metralletas se quedaron esperando al ejército de Luis Gutiérrez, que al fin de cuentas no llegó. Durante la espera, los del contingente al mando de Jesús Aguilar, vieron pasar a unas cabras, mataron a unas e hicieron barbacoa con ellas y pidieron a las mujeres que vivían en los alrededores que les prepararan unas tortillas y una salsa con la que se comieron la carne de las chivas viejas. Como no pasó nada se regresaron a Monterrey todos llenos y contentos. 

miércoles, 14 de enero de 2015

Cuando la revolución llegó a Nuevo León

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina


Muchos pensaron que el movimiento maderista sería muy bien recibido cuando se proclamó el Plan de San Luis, pero muchos clubes de afiliación reyista y simpatizantes del viejo régimen lo vieron recelo. La familia Madero mantenía nexos con grupos empresariales y políticos de la entidad. Por ejemplo, su tío, el Lic. Viviano L. Villarreal quien había gobernado al estado entre 1879 y 1881 y luego de 1911 a 1913. En donde si tuvo aceptación, fue en las clases medias y bajas que buscaban un cambio a las situaciones sociales imperantes que les negaban posibilidades de acceder a las oportunidades que el porfiriato pregonaba se habían alcanzado.

Madero estuvo en Monterrey en plena campaña en junio de 1910. Por rebeldía fue aprehendido y confinado a San Luis Potosí. Dicen que uno de sus principales oradores Roque Estrada, estaba dirigiendo discursos cada vez más alzados de tono, por lo que fue aprehendido en Monterrey. Madero solidariamente pidió ser encarcelado junto con él en la penitencía de Monterrey para luego ser llevados a San Luis Potosí. Cuando escapó vino a Monterrey, en donde se ocultó en la casa de su tío Viviano L. Villarreal; una casona que aun está enfrente de la Alameda Mariano Escobedo, sede de la rectoría de la Universidad Regiomontana. Al año siguiente cuando Madero ya era presidente, el trato hacia él cambió radicalmente.  Durante la presidencia de Madero, el crecimiento económico de la región continuó pero a marchas forzadas.

A la caída de Madero en febrero de 1913, en Coahuila surgió la reacción contraria al presidente Victoriano Huerta, pues en Ramos Arizpe, Coahuila se proclamó el 26 de marzo de 1913 el plan de Guadalupe. También Carranza mantenía nexos con Nuevo León, pues había nacido cuando ambos estados formaban una sola entidad y por parte de su mamá, tenía sus raíces en Villa de García.

Victoriano Huerta nombró como gobernador del estado al Lic. Salomé Botello quien tomó posesión el 24 de marzo de 1913. Originario de Villaldama, recibió abiertamente el apoyo de los grupos empresariales. Solo el alcalde de Monterrey, don Nicéforo Zambrano se opuso a él, por lo que fue aprehendido. Una de las cosas que hizo don Salomé Botello fue la de organizar un grupo llamado la Defensa Social de Monterrey, conformado preferentemente por empleados  de las empresas y principales casas comerciales y obreros de las industrias para que actuaran como grupo paramilitar y defendiera los intereses oficiales como de los particulares.

Muchos de los recursos y artículos de primera necesidad fueron conseguidos gracias al apoyo de la Cámara de Comercio de Monterrey, de las principales industrias y de los gremios de médicos, maestros y abogados. Cuando cayó el usurpador Huerta, militares identificados con Carranza y que eran originarios del norte del estado, como Antonio I. Villarreal, Pablo A. González y Fortunato Zuazua, van a mantener el control militar y político de la región noreste. Los días de mayor tensión en el estado fueron el 23 y 24 de octubre de 1913. Algunos municipios como Mina y Salinas Victoria  ya estaban tomados por los carrancistas. El 22 de octubre de ese año se enfrentaron los carrancistas contra los últimos reductos fieles a Huerta en el Topo Chico. Fue cuando los carrancistas se apoderaron de la cervecería y se tomaron todo el producto que encontraron.

Monterrey estaba defendida por una fuerza de mil 700 hombres que le hicieron la vida imposible a Pablo González, quien finalmente optó por la retirada, dejando una estela de destrucción y muerte. En los cables de luz y telégrafos quedaron decenas de carrancistas ahorcados. Muchas casas tenían las huellas de los orificios provocados por las balas y se veía a muchos cadáveres regados por doquier.  Finalmente el 23 de abril de 1914 los carrancistas se hicieron de Monterrey, quedando como gobernador del estado don Antonio I. Villarreal. Cuando pasaron por el palacio de gobierno vieron desde un balcón la bandera de los Estados Unidos. Era la habitación en la cual el gobernador del estado tenía confinado al cónsul de los Estados Unidos en Monterrey, don Phillip Hanna en señal de rechazo por la presencia de las tropas norteamericanas en el puerto de Veracruz. Las tropas huertistas debieron salir con rumbo a Saltillo y para no encontrarse con los enemigos, se aventuraron a cruzar la Sierra Madre por el Cañón de Santa Catarina. Iban cerca de tres mil hombres, con ocho cañones y varias ametralladores al mando de Wilfredo Massieu. Las últimas batallas entre ellos se dieron en Guadalupe y Santa Catarina.

Ya como gobernador, Villarreal se cobró todas las simpatías que la Iglesia tuvo por el antiguo régimen. Todos los sacerdotes fueron expulsados de sus templos y quedaron prohibidos los oficios litúrgicos. Por ejemplo en Cerralvo, David G. Berlanga entró al templo de San Gregorio, juntó todas las imágenes y les prendió fuego. A la única imagen que no quemó fue la de un crucificado que lanzó de cabeza a una noria. Un coronel de apellido Garza Siller al pasar por el pueblo de Ciénega de Flores, mandó sacar al crucifijo de madera y lo fusiló. Villarreal se dedicó a destruir muchos bienes pertenecientes a la Iglesia, especialmente el del templo franciscano de San Andrés situado en el cruce de Ocampo y Zaragoza, el edificio colonial más antiguo de Monterrey.

También enfrentó a los empresarios que habían mostrado hacia Salomé Botello, incautó bienes a los principales hombres que apoyaron al huertismo. El 10 de junio de 1914, Pablo González impuso una fuerte multa a la Cervecería Cuauhtémoc, por lo que el cónsul de los Estados Unidos Phillip Hanna hizo un reclamo para evitar dañar la participación que los extranjeros mantenían en la empresa. A lo que Pablo González le contestó que era una empresa mexicana y que como tal debía estar sujeta a las autoridades del país. Y más cuando se decía que sus dueños habían apoyado a Porfirio Díaz y a Bernardo Reyes.

Carranza estuvo en Monterrey en dos ocasiones. La primera el 25 de junio de 1914. Durante su estancia se quedó en una de las casas del cerro del Mirador y en Monterrey en la casa del Lic. Eugenio Castillón. Otra vez entre el 13 y 19 de octubre de 1914. Fue bien recibido por los empresarios, quienes le hicieron una comida en la Quinta Calderón.  No obstante al recibimiento que le habían dado, amenazó a los principales invitados con fusilarlos por apoyar al régimen del traidor Huerta.

Por estas fechas se da el rompimiento entre los ejércitos de Villa y Zapata en contra del de Carranza, a quien desconocieron como primer jefe del ejército constitucionalista. De nueva cuenta la región fue escenario de los enfrentamientos entre la famosa División del Norte y la aguerrida División del Noreste. Finalmente los carrancistas entregaron la plaza y se fueron a algunos lugares de Coahuila y Tamaulipas en donde esperaron la oportunidad de enfrentar de nueva cuenta a los villistas. Quienes se hicieron cargo de la autoridad en la capital, fueron los de la Cámara de Comercio de Monterrey.

Felipe Ángeles entró a Monterrey el 15 de enero de 1915, quien quedó como gobernador. Luego le siguió Raúl Madero, hermano de los mártires Francisco y Gustavo. Villa llegó a Monterrey con el grueso de la División del Norte el 13 de marzo de 1915, para dejar la ciudad el día 19 de ese mes. En éste periodo existen algunas anécdotas en torno a la estancia de Villa en Monterrey. Finalmente los villistas abandonaron la ciudad. Se fueron a Icamole, perteneciente a Villa de García, en donde se enfrentaron. Ahí en Icamole, la División del Norte sufrió otra de sus peores derrotas.


viernes, 9 de enero de 2015

El calendario

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina

Gracias a la astronomía podemos establecer más o menos con precisión la medición del tiempo. El tiempo se mide respecto a las estrellas fijas. El año se mide en 365 días, 12 meses, cada día en 24 horas, cada hora en 60 minutos y 3,600 segundos. El día se divide en 12 horas de luz y 12 horas de obscuridad. Fueron los babilonios quienes nos dejaron la costumbre de medir en docenas. En Mesopotamia se acostumbraba medir en múltiplos de cinco, probablemente porque tenemos cinco dedos. Por eso nuestras horas tienen una docena de cinco minutos.



Precisamente la palabra año viene del latín “annus” que tiene que ver con anillo o la circunferencia o vuelta que la Tierra hace al Sol. Un año es el tiempo que tarda la Tierra en darle la vuelta sol. Un año es la distancia en la que nos basamos para medir el tiempo. Un año luz está compuesto por 9,460,730,472,580.8 kilómetros; la distancia que recorre un fotón durante un año. La luz viaja a una velocidad finita y fue descubierta por el danés Ole Christensen Roemer en 1676.

Einstein con su teoría de la relatividad, nos dice que las leyes de la ciencia deberán ser las mismas para todos los observadores en movimiento libre, independientemente de cual fuera su velocidad. Dado que la luz es simplemente la distancia recorrida dividida en un tiempo empleado, observadores diferentes medirán velocidades de luz distintas. De ahí se deriva de que muchos países occidentales utilicen el sistema métrico decimal. El metro se define como la distancia recorrida por la luz en 0,000000003335640952 segundo medidos por un reloj de cesio.

También existe el año lunar que se mide por doce lunas llenas y que abarcan 354 días. Las fases de la luna son el origen de los meses. Las fases duran 29.5 días. Luego adoptaron meses de 30 días que podían dividir entre cinco y así inventaron la semana. Tenían seis semanas de cinco días cada una. Luego las cambiaron a siete días, para que coincidiera con la existencia de los siete cuerpos celestes y porque hay ciertas fases de la luna que duran siete días. La palabra semana tiene su raíz etimológica en el número siete.

Al emperador romano Julio César se le ocurrió que los meses duraran 30 o 31 días, excepto para el mes de febrero. En los meses que había 31 días se cobraban impuestos más altos. Por eso dispuso que el mes en donde el nació, (llamado julio en su honor)  llevara 31 días sin importar que el mes siguiente también contara con 31 días.

La semana tiene nombres relacionados con dichos cuerpos celestes: lunes de Luna, martes por Marte, miércoles de Mercurio, jueves por Júpiter, viernes por Venus, sábado por Saturno y domingo por el Sol, a quien siempre se consideró como dios supremo. El papa Silvestre I, que ejerció su pontificado entre los años 314 y 335, fue el primero en denominar “dominicus” al séptimo día de la semana, por ser el día consagrado al Señor: “Dominus Dei”. Antes de esa época, los romanos habían llamado al domingo “dies solis” que significa día del Sol, nombre que adoptaron otros pueblos bajo la forma de “Sunday” en inglés. Al morir el papa Silvestre I,  fue canonizado como San Silvestre, cuya festividad se celebra el 31 de diciembre.

Hay cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Estas tienen que ver con la inclinación del eje de rotación de la Tierra respecto al plano de su órbita. En México se dice que hay estaciones de lluvia y de secas y en Monterrey que solo hay dos: o frío o calor.

Medimos la historia en años gregorianos: años antes de Cristo y después de Cristo. Aunque también los historiadores hablan de los años “Antes de Nuestra Era” y “Después de Nuestra Era”. En realidad estamos en el año 65,992,008 de “Nuestra era Cenozoica”.

martes, 6 de enero de 2015

El día de las enfermeras

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de Santa Catarina

El 6 de enero es el día de las enfermeras. Y quién mejor que ellas, pues asisten a los médicos en el cuidado de los enfermos y que por convicción profesional, vocación y naturaleza propia, son quienes están más cerca del estado y de la evolución de los pacientes. En sí los cuidados de enfermería eran la base para la recuperación de la salud. Aunque es una carrera compartida por ambos sexos, es más recurrente ver mujeres que la practican, pues de hecho se relaciona a la mujer con la vida y el cuidado de ella.

Si hacemos una revisión histórica, veremos que siempre han existido enfermedades y personas preocupadas a su cuidado y atención. Por ejemplo, en tiempos de Jesús había órdenes de diaconisas que se encargaban del cuidado y atención de los enfermos. Durante  la edad media surgieron los hospitales y con ellas órdenes religiosas compuestas por mujeres que atendían a los enfermos. Los hospitales fueron concebidos como casas de caridad que asistían a los necesitados, desvalidos y a los enfermos. Como reza la oración a la Divina Providencia, en esos sitios se les daba comida, casa y sustento. Lo mismo servían como orfanatos, hostales para viajeros, enfermos y casa de caridad.

Varios factores contribuyeron a la demanda de más hospitales y por ende se generalizó la práctica de emplear a personas que se dedicaran a dichas labores. Regularmente la enfermería de estos hospitales la ejercían mujeres de noble cuna y religiosas. A Florencia Nightingale se le considera la madre y fundadora de la enfermería moderna. Ella nació en 1820 en Hampshire, Inglaterra. Fue enfermera en hospitales en donde atendían a soldados británicos y comenzó a implementar una serie de prácticas que revolucionaron el cuidado y la atención a los enfermos. Por ejemplo, el ambiente que había en los hospitales atraían a otro tipo de enfermedades que a la postre ocasionaban la muerte de los pacientes. Al mejorar las condiciones de sanidad, logró reducir la proporción de muerte de sus pacientes.

En 1860 fundó la Escuela y Casa para Enfermeras Nightingale en el Hospital Saint Thomas. También se involucró en el entrenamiento de enfermeras que trabajaban en hospitales. Para ello estableció programas de aprendizaje que incluían una rotación por los servicios clínicos hospitalarios, formación de enfermería domiciliaria, aprendizaje teórico y práctico del cuidado de los enfermos, conocimientos de ética y doctrina religiosa y un conocimiento suficiente de farmacia para también suministrar adecuadamente la medicina. Después de una vida entregada al cuidado y a la atención de los demás, de ser una impulsora de la educación y promoción de la mujer, murió en 1910. De hecho, el símbolo de las enfermeras es una lámpara de aceite que recuerda a Nightingale atendiendo a los enfermos apoyándose en la luz de su lámpara.

En México ejercen ésta noble profesión y vocación, poco más de 300 mil personas que se dedican a la enfermería. De los cuales ocho de cada diez personas son mujeres, sin embargo la cantidad de hombres que se interesan por esta labor va en aumento. Muchos países honran a sus enfermeros con un día oficial, para celebrar a quienes con su esfuerzo y trabajo mejoran significativamente la calidad de vida de los enfermos, este se conmemora el 12 de mayo. En México, se festeja el Día Nacional de la Enfermera desde el 6 de enero de 1931, pues los enfermos y pacientes consideraban a las enfermeras como un regalo de los reyes magos para los enfermos.


La ciudad de Monterrey es famosa por sus escuelas de medicina, pero también debemos sentirnos orgullosos de las varias escuelas en donde se forman a las enfermeras y a los enfermeros. Pues como ya hemos visto, son ellos de quien depende que el dolor se apague en los pacientes y que la luz de la salud y de la vida siga brillando en su existencia.

jueves, 1 de enero de 2015

En el mes de enero

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina


Y llegó el mes de Enero y con ello comenzamos el año. Es una palabra derivada del latín “januarios” que significa la puerta del año, pero también está relacionada con Jano, el dios romano de las puertas, los umbrales y los puentes. Se le representaba con las caras contra opuestas, porque con cada una de ellas podía ver el pasado y predecir el futuro. Con una veía al año que se iba y con la otra puesta en el porvenir. En consecuencia, los romanos le dedicaron el primer mes del año. Jano regía lo pasado y lo futuro y poseía en su honor doce altares, correspondientes a uno por mes, además de un gran templo que se cerraba cuando no había guerra. Para honrarlo, la gente estrenaba ropa, los maridos regalaban dinero a sus mujeres, procuraban iniciar el año con monedas en sus bolsillos como señal de que no faltara en el resto del año y se cruzaba los umbrales siempre con el pie derecho por delante para tener buena suerte en todo el año.

No siempre se acostumbró festejar la llegada del año nuevo el primero de enero. En Roma se celebraba el año nuevo el primer día de marzo, pues el primero de enero no se apreciaba ningún cambio de renovación en la naturaleza y en consecuencia nada nos anunciaba que estuviera por comenzar un ciclo nuevo de regeneración en los campos y montañas. La fecha tradicional del primero de enero se fijó el año 46 antes de Cristo, cuando el emperador Julio César extendió el año en 445 días, haciendo comenzar el año 45 antes de Cristo el primero de enero, en el cual los magistrados comenzaban a desempeñar sus nuevos cargos.

En México es muy popular la vieja creencia conocida como “Las cabañuelas” con la cual se iniciaba el año; lamentablemente es una costumbre que comienza o tiende a desaparecer. Consiste en pronosticar el tiempo del año en base a la observación del clima de los primeros doce días de enero. Funcionó hasta hace algunos años, cuando todavía el clima del planeta no estaba tan alterado. Bastaba con que lloviera un poco el primer día del año para decir que enero sería lluvioso y febrero con muchos aironazos porque había soplado el día dos.

Con base a éstas creencias se popularizó la frase: enero y febrero desviejadero, ya que en los primeros 60 días del año regularmente pasaban a mejor vida los adultos mayores. Luego se decía que febrero loco y marzo otro poco. Y así sucesivamente en las antiguas comunidades agrícolas predomina la idea de que el clima de los meses se habría de deducir por el tiempo observado los primeros doce días del año y continuaban en reversa a partir del día 13 de enero, número al que le asignaban la equivalencia a diciembre y así el orden ascendente hasta llegar a enero con el 24. Luego se hacían cálculos más complicados, donde el día 25 de enero correspondería al bimestre, de suerte que se repartían 12 horas por cada mes.


El asunto es que antiguamente apreciábamos a la naturaleza, observando y calculando de una manera muy simple y hasta algo ingenua, pero que nos hacía acercarnos más al medio ambiente en que vivíamos. La gente de más antes, como decimos, gustaba de prever los cambios climatológicos ya sea a través de las cabañuelas o del Calendario Galván, mismo que comenzó a editarse desde 1825.

Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico