Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina
Cada 15
de septiembre celebramos el Grito de Independencia, que dio el padre Hidalgo en
el pueblo de Dolores y que con el transcurso del tiempo se convirtió propiamente
en el día de la Patria. A decir verdad, éste ocurrió a las cinco de la mañana
del día 16 de septiembre de 1810, en el pórtico de la Parroquia de Nuestra
Señora de Dolores. Ahí el padre Miguel Hidalgo y Costilla congregó a cerca de 600
fieles y los instó a separarse del dominio español. Luego en el templo de
Atotonilco, el padre Hidalgo tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe para
convertirlo en la primera bandera de los insurgentes. Ya en San Miguel el
Grande, (llamada de Allende a partir del 8 de marzo de 1826); los comandantes
insurgentes reunidos en la casa de Domingo Allende, nombraron jefe supremo de
la insurgencia a Miguel Hidalgo.
Los
antecedentes del Grito de Independencia, tienen su origen en la ciudad de
Querétaro cuando el intendente Juan Antonio Riaño y Bárcena solicitó la orden de
aprehensión en contra de los conjurados que se reunían en la casa del
corregidor Miguel de Domínguez, a donde acudían Ignacio Allende, los hermanos
Aldama y el padre Hidalgo. Luego de una campaña militar repleta de luces y
sombras, el movimiento de Hidalgo y Allende concluyó con la aprehensión de los
insurgentes en Acatita de Baján, Coahuila, el 21 de marzo de 1811; no así el
movimiento insurgente que encontró en el padre Morelos y en la llamada “Junta
de Zitácuaro”, la continuación de los ideales por alcanzar la Independencia
Nacional.
Precisamente
uno de los primeros en celebrar la fecha de inicio de la guerra de
Independencia, fue el general Ignacio López Rayón, quien dispuso en el pueblo
de Huichapan que se hiciera al amanecer del 16 de septiembre de 1812, una
descarga de artillería y vuelta general de esquilas y campanas de los templos
en recuerdo del Grito de Dolores. También el padre Morelos pidió el 14 de
septiembre de 1813, que se incluyera en la Constitución de Apatzingán, una
celebración especial para que se conmemorara el 16 de septiembre como día en
que se alzó la voz de Independencia. Los continuadores de la insurgencia
consideraban ese día como el comienzo de la libertad de los mexicanos y por eso
debía recordarse con júbilo los méritos de Hidalgo y de Allende al encabezar el
primer movimiento independentista.
Una
vez consumada la independencia, el Congreso Constituyente de 1822 declaró el
día 16 como fiesta cívica. De igual forma, Agustín de Iturbide propuso como
principales fechas el 24 de febrero, 2 de marzo, el 16 y el 27 se septiembre. Esta
fecha como el día en que los defensores del Plan de Iguala entraron
triunfalmente a la ciudad de México, con salvas de artillería y misa de acción
de gracias en los templos. El
19 de julio de 1823 el padre Hidalgo fue declarado “Padre de la Patria” por el Soberano Congreso Mexicano. Era tanto el
respeto que se tenía por nuestros héroes de Independencia, que el 16 de
septiembre de 1823, se dispuso que los restos de los caudillos Hidalgo,
Allende, Aldama, Jiménez, Morelos, Matamoros, Mina y Moreno, fueron trasladados
a la Villa de Guadalupe para luego ser depositados el día 17 en el Altar de los
Reyes en la Catedral Metropolitana.
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