sábado, 31 de octubre de 2015

La noche del Halloween y la víspera de todos los santos

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de la Ciudad de Santa Catarina

El Día de Todos los Santos es una celebración cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre. En este día la Iglesia celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo superado el Purgatorio, se han santificado totalmente y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. Por eso es el día de “Todos los Santos”. Desde sus orígenes, la Iglesia Católica celebraba el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Regularmente un grupo de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano (302-303), el número de mártires llegó a ser tan considerable, que no se podía separar un día para asignarle un día especial para cada uno. Entonces la Iglesia, creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos.


Una de las primeras referencias la encontramos en un sermón de San Efrén “el Sirio” en el año de 373 y en la devoción especial de la Iglesia de Antioquía. En un principio, solo los mártires y san Juan Bautista eran honrados por un día especial. Otros santos se fueron asignando gradualmente, y el santoral se incrementó cuando el proceso regular de canonización fue establecido en el siglo V. El papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610, consagró el Panteón de Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario entre los años de 609 y 610. A mediados del siglo IX, el papa Gregorio IV extendió la celebración del Día de Todos los Santos el 1 de noviembre a toda la Iglesia.

La fiesta dedicada a todos los santos, tuvo una especial aceptación entre los pueblos de Gran Bretaña, Escocia e Irlanda. Para ellos, el Día de Todos los Santos, y el día anterior correspondiente al 31 de octubre, pasó a llamarse en inglés All Saints' eve (la víspera del Día de Todos los Santos) o también all Hallows' eve, de donde derivó la palabra Halloween. Hallow es palabra del inglés antiguo, significa santo o sagrado. Originalmente la fiesta de Halloween, se refiere más bien a la víspera de todas las almas o de todos los santos. Hubo un sincretismo religioso entre las decisiones de la Iglesia católica y las tradiciones de los pueblos del norte de Europa. Pues la fiesta de todos los santos, en cierta forma fue una práctica tendiente a desaparecer los ritos ancestrales de los celtas. Como su nombre lo indica es una fiesta que tiende a consagrar las cosas relacionadas con la noche: sus aspectos mágicos, la creencia de que en la noche transitan espíritus a los cuales hay que ganar y por ello se le rinde culto y se les lleva ofrendas.


Esta práctica tiene que ver con los festivales druidas, representados por sacerdotes y hombres de culto de los pueblos celtas que tienen su origen en los Alpes austriacos. De ahí se dispersaron hasta Inglaterra, Irlanda, Francia y el norte de la península ibérica, preferentemente en Galicia y Asturias y en el norte de Italia. En el festival druida se hacía reverencia al señor de los Muertos y al príncipe de la obscuridad, que reunía los espíritus de quienes habían muerto durante el año, para presentarlos ante sus dioses precisamente el día 31 de octubre. De esa manera, los druidas invocaban a las fuerzas sobrenaturales para aplacar a los malos espíritus.

En Gran Bretaña, Escocia e Irlanda, se festejaba el “Samhain” el 31 de octubre, último día del año en los antiguos calendarios celtas y anglosajones. En esas ocasiones, se encendían grandes hogueras en lo alto de las colinas para ahuyentar a los malos espíritus, además tenían la creencia de que las almas de los muertos visitaban sus antiguas casas, acompañadas de brujas y de espíritus. La costumbre de usar calabazas con velas tiene que ver con una leyenda irlandesa, en donde un hombre llamado Jack, fue echado del celo por malvado y del infierno por hacerle travesuras hasta el mismísimo demonio. De ahí que tuviera que recorrer eternamente a la tierra, llevando una linterna para alumbrar su camino. También de los celtas irlandeses procede la petición de dulces a cambio de no hacer el mal, en donde los niños iban a las casas para pedir alimento. En la mayoría de las regiones con orígenes celtas, la noche de Halloween representaba una celebración por las cosechas y el agradecimiento a la clarividencia de los druidas al comienzo del duro invierno europeo. Muchas de las tradiciones de Halloween se convirtieron en juegos infantiles que los inmigrantes irlandeses llevaron en el siglo XIX a los Estados Unidos y, desde allí, se han extendido en las últimas décadas por el mundo hispánico.


En México, la celebración del Halloween es una fusión de aquellos ritos druidas, con la clásica tendencia comercial de la temporada para vender cosas relacionadas a la noche de brujas, tales como pinturas, máscaras, disfraces y dulces y preferentemente tuvo su apogeo a fines de la década de 1960 y en la de 1970.  Después se dijo que esa tradición era peligrosa porque desplazaba a la costumbre de montar altares de muertos, como altares barrocos destinados al culto de la vida y de la memoria de quienes ya se nos adelantaron en el camino. Y por ello, para evitar ese proceso de aculturación, todas nuestras escuelas y centros culturales realizan por ésta fechas los altares de muertos.  Por eso: “Halloween o travesura o te estiramos la nariz”.






sábado, 24 de octubre de 2015

Las Doce Verdades del Mundo

Antonio Guerrero Aguilar/

Han estado preguntando por las “Doce Verdades”. Aparentemente los misioneros franciscanos las usaron para enseñar un catecismo sencillo, en el cual un número representaba una verdad de fe. Ahora, recuerden que la fe es la respuesta que nosotros damos a la revelación divina y se justifica como una adhesión total, un acto personal y eclesial como fundamento de la vida cristiana. Pero en cada una de las jaculatorias, se nota la influencia medieval, con un sentido mágico y tal vez ingenuo que se les enseñaba a los indios para entender la base de la nueva religión. Luego le dieron otro significado: además de ser un catecismo, la oración era idónea para alejar los malos espíritus y las tentaciones. Para algunos tienen una función catequética y para otros no dejan de ser una serie de supersticiones.


Las “Doce Verdades” eran rezadas durante los entierros, en los bautizos, después de concluir el rosario, cuando preparaban las comidas, para antes de dormir y hasta para iniciar un viaje. Por cada mención de una verdad, se hace un nudo en una cuerda. A veces buscaban el cordón franciscano y otros un cabestro con la crin de un caballo, preferentemente de color negro. Otros con un cordel y hasta con hilo. Esta es una práctica muy parecida a la tradición de las cabañuelas: cada día de enero representa la totalidad de los meses del año. Si el día 10 hace calor, octubre será templado. Luego lo curioso: retroceden los augurios a partir del día 12 al 24. Pues bien, las “Doce Verdades” iniciaban del uno al doce y luego el reto, para estar seguro de saberlas y de nuestra fe se rezaban al revés. Al concluir los doce nudos, el mal queda deshecho por el conjuro.

Hay muchas jaculatorias religiosas y fórmulas mágicas para defenderse de la presencia de un demonio, de una entidad espiritual maligna o de una bruja. Para las primeras se hacen exorcismos. Para detener la acción de las hechiceras, obviamente la más recomendable es la oración conocida como “Las Doce Verdades del Mundo”, que se reza de la siguiente manera: “Las Doce Verdades del Mundo, donde vive Cristo y reina por siempre amén. Cristiano bueno decidme una”: la casa santa de Jerusalén, las dos tablas de Moisés, las tres trinidades, los cuatro evangelios, las cinco llagas, los seis brazos del candelabro, los siete palabras, los ocho gozos, los nueve meses, los diez mandamientos, las once mil vírgenes y los doce apóstoles”.


Por cada rezo un nudo y luego viene al revés: los doce apóstoles, las once mil vírgenes, los diez mandamientos, los nueve meses, las ocho gozos, las siete palabras, los seis candelabros, las cinco llagas, los cuatro evangelios, las tres divinas personas, las dos tablas de Moisés y la santa casa de Jerusalén, donde Jesucristo vive y reina por siempre jamás. Pero se le añade una petición la cual es efectiva para atrapar a la bruja: “De las doce verdades del mundo hermano bueno quiero que me digas trece, trece rayos del sol conduzcan a las brujas y a las hechiceras a los infiernos y así sea Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén”. Cuenta la conseja popular que una vez vencida la bruja, si se le quiere dejar ir, se deben rezar las “Doce Verdades” pero al revés.

Según la tradición, cuando se observe en las alturas el vuelo de una bruja, (la cual puede darse en forma de guajolote, lechuza o águila), se debe elevar esta oración con un cordón entre las manos y a cada verdad que se pronuncie, se va haciendo un nudo. Al llegar a la segunda parte, hay que repetir las Doce Verdades al revés. Al terminar el rezo, supuestamente la hechicera trataba de escapar al sentir la fuerza de la oración. Por lo tanto dejará su forma de fuego o de animal y caerá a tierra completamente paralizada y a merced de quien la atrapó con este rezo. El cordón habrá ya recibido la fuerza mística que dan las Doce Verdades y con él se podrá atar a la bruja. La bruja suplicará que se le deje ir porque si permanece cautiva, al salir el Sol quedará ciega. Pero cuidado de una equivocación o de un temor. Esta aventura tiene un riesgo: si se equivoca al recitarlas, la bruja recobrará fuerzas y bajará para tomar venganza de quien quiso someterla.

El rezo hace referencia a doce conceptos religiosos fundamentales para aceptar o conocer la religión cristiana: la primera jaculatoria es la santa Casa de Jerusalén donde supuestamente vivió la sagrada familia y que ahora está en Loreto, Italia. Por eso termina el rezo: “donde Jesucristo vive y reina por siempre jamás; me ayuden y me protejan. Amén”. Gracias a los evangelios se sabe que la sagrada familia vivió en Belén, Egipto y Galilea, pero no en Jerusalén. Tal vez pueda ser la casa donde habitó la virgen María con el discípulo amado. Las dos Tablas de Moisés son las que Yahvé le dio a éste en el monte Sinaí como una forma de sellar una alianza entre Dios y el pueblo elegido. El número tres hace alusión a las tres divinas personas: “Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo” y el número cuatro corresponde a santos evangelios reconocidos por el canon bíblico: el de Mateo, Lucas, Marcos y Juan.

La jaculatoria cinco tiene que ver con las cinco llagas o heridas que Cristo recibió en la crucifixión. La número seis a los seis brazos del candelabro que iluminaba el templo que mandó construir el rey Salomón. En el libro del Éxodo hay una referencia cuando se pide un candelabro con seis brazos y uno central llamado Menoráh, cuyas luces representaban el número de los cinco planetas que se pueden ver a simple vista junto con el Sol y la Luna. En el siglo XIII, el ceremonial de los obispos para las misas pontificales prescribía el uso de seis candelabros. Luego siguen las siete palabras; en realidad las últimas frases que Jesús dijo antes de su crucifixión y que forman una parte esencial de la liturgia de la Semana Santa. El número ocho trata de los gozos como de los dolores; una tradición muy antigua acerca de la vida de San José que se festejan durante ocho domingos previos a su día del 19 de marzo.

Luego los nueve meses de gestación en el vientre materno; las 36 semanas en las cuales se forma un bebé. Después los diez mandamientos contenidos en las dos tablas de Moisés. Son los mandamientos de la vida cristiana, el decálogo que Yahvé dio a Moisés para que los enseñara al pueblo como algo necesario para formar una alianza. La penúltima nos habla de las once mil vírgenes. En realidad se trata de la leyenda o vida de santa Úrsula en el siglo V, quien para casarse con un príncipe pagano, puso como condición visitar Roma para recorrer los lugares sagrados, acompañada por once doncellas. Ya de regreso a su lugar de origen, fueron martirizadas por los hunos. Como en Colonia hay muchas reliquias de santos y mártires, ahí surgió la leyenda de las famosas once mil vírgenes. Y la última trata de los apóstoles, los primeros doce elegidos para apoyar el mensaje cristiano de salvación y arrepentimiento. Después de la resurrección y ascensión de Jesús, quien envió a sus discípulos para convertirse en sus testigos.


Las Doce verdades eran enseñadas en forma oral preferentemente a quienes trabajaban por la noche y recorrían los caminos repletos de peligros. Ya casi no se le conoce y tal vez por ello despierte interés y curiosidad, pensando que su conjuro puede darnos un resultado mágico e inesperado.

domingo, 11 de octubre de 2015

El día de la Raza

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista Municipal de Santa Catarina

En la canción El Vendedor del grupo Mocedades, hay una estrofa que dice: “tú eres el que ha pasado, el que ha llegado o el que vendrá”, haciendo alusión al hecho de que existe una secuencia de vida que se trasmite a través de factores genéticos, culturales e históricos. Nuestro mapa genético se integra de distintos rasgos de otros que nos precedieron. Como seres humanos, aún seguimos generando o actuando patrones de conducta de otros que nos antecedieron y ello se conoce como arquetipos. 

Para el psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) , estos son huellas ancestrales que se reflejan en el inconsciente colectivo. Son eternos modelos de vida de acuerdo a la filosofía idealista de Platón. Tal vez por ello Arthur C. Clark en “2001: Odisea del Espacio”, sentenció que de cada hombre hay tres mil fantasmas, al referirse de que somos producto de la conjunción de diversos genes que se han interactuado a través de nuestros ancestros.

Dicen que el origen de la humanidad está en África y que el antepasado común era de piel obscura y que ésta fue cambiando a partir del ajuste y de la interacción con el medio ambiente al que enfrentaron los grupos nómadas, dando origen a las llamadas razas. El concepto raza se usa para designar a los grupos biológicos que comparten rasgos físicos y elementos culturales y tradiciones comunes. Una raza es el grupo humano dentro del cual, sus miembros se crían entre sí y comparten ciertos rasgos o patrones de conducta similares, convirtiéndose en una población distinta a las demás, pues también comparten una serie de rasgos físicos heredados. El concepto  raza se define como la casta o cualidad del origen o linaje. También se consideran a cada uno de los grupos, en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia.


Las razas se clasifican en tres categorías diferentes de acuerdo a su tamaño y referencia espacial: puede ser la raza geográfica que se refiere al conjunto de poblaciones separadas de otros conjuntos, ya sea por grandes obstáculos geográficos, como lo son las cadenas montañosas o los océanos. La raza local es un grupo que mantiene sus diferencias debido a los obstáculos naturales o sociales. Una micro raza es una población altamente localizada que aunque no está geográficamente separada, tiende a desarrollarse sin interferencias, permaneciendo de ésta manera como grupo distinto.

Ciertamente no debemos considerar o confundir a una raza con una población unida por un idioma, una religión o cualquier característica común. Ni mucho menos entender que la raza influye en la aptitud mental o física. Tampoco pensar que existen mejores razas o grupos étnicos que otros. Debido a las constantes migraciones e interacción de los grupos étnicos a través de la historia de la humanidad, no existen razas puras, pues los movimientos migratorios se han dado en forma masiva, provocando que las razas se mezclen e interactúen, de tal manera que se van conformando nuevos grupos de tipos físicos.

Existen culturas que han sostenido la creencia de que aún existe una raza pura. El mito de la raza pura tiene su origen en los pueblos arios que habitaban la Europa central, alrededor del Mar Caspio. Ellos vivían de la caza y de la ganadería. Algunos de esos grupos emigraron hacia la India, en donde derrotaron a los grupos locales, imponiendo sus tradiciones y costumbres y todo un sistema de castas que sostenían las estructuras sociales de los pueblos de la India. La religión brahamánica tiene toda una red de prohibiciones y separa tanto étnica como socialmente a sus habitantes. Con el correr del tiempo, supuestos grupos de origen ario del centro de Europa,  pregonaron la grandeza de la raza aria que se reflejaba en su capacidad física como mental y culparon a los habitantes de origen hebreo de contaminar la pureza de las razas.


Los pueblos iberoamericanos tenemos un Día de la Raza  el 12 de octubre, en el que se recuerda el encuentro de los dos mundos, el viejo continente europeo con el nuevo continente americano. Es el día del descubrimiento que hizo Cristóbal Colón y que en algunos países se llama "El Día de Colón". Pero también los diversos grupos étnicos naturales recuerdan la llegada de los europeos como 500 años de opresión y esclavitud, por eso van y tiran huevos y tomates a las esculturas del almirante genovés. También le llaman Día de la Hispanidad o el Encuentro de los dos mundos.

El Día de la Raza comenzó a conmemorarse en 1918, cuando Antonio Caso propuso al 12 de octubre como un evento propicio  para alabar a "la raza mestiza mexicana". La raza, una rica mezcla de cultura indígena y española que nos caracteriza como mexicanos. Posiblemente Antonio Caso  acuñó este término de raza, adoptado ahora por los latinos en todo nuestro continente. Después en 1928, el Congreso declaró el "Día de la Raza" oficialmente como fiesta nacional. Pero ellos omitieron la tercera raíz fundante de la raza mestiza, la raza de origen africano.



José Vasconcelos sostenía que el mexicano estaba llamado a ser la raza cósmica, pues en la estructura genética de los mexicanos convergen las principales razas del mundo: la ibérica, la indígena y la africana. Los pobladores de origen ibérico son fruto de la mezcolanza étnica de celtas, ibéricos, godos, romanos, griegos, fenicios, hebreos y de pueblos islámicos procedentes del norte de África. Nuestros antiguos mexicanos a su vez llegaron de Asia y en el siglo XVI arribaron a nuestras tierras esclavos africanos procedentes de la Guinea Ecuatorial. Todos ellos dan origen al ser y al quehacer de mexicano y del iberoamericano, con el que compartimos una raza, una lengua, una tradición cultural y una historia común. Por eso el lema de la Máxima Casa de Estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México, pregona con orgullo: “Por mi raza hablará el espíritu”.

domingo, 4 de octubre de 2015

Al santo de la paz y la alegría: San Francisco de Asís

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de la Ciudad de Santa Catarina

San Francisco es el patrono de Italia, pues dicen que es el más santo de los italianos y el más italiano de los santos. En la vida de los santos y mártires, sobresale la vivencia de Francisco, quien dejó todo para seguir el llamado de Dios. Cambió radicalmente su vida, hasta encontrar la palabra de Dios que le llamaba y que continuamente interpelaba: “Señor, que quieras que haga”. El llamado se hizo evidente cuando Cristo se le apareció en la famosa cruz de San Damián y le dijo: “Ve Francisco y repara mi Iglesia que como ves está en ruinas”. Francisco decidió predicar el Evangelio con el testimonio de la pobreza y de la alegría, en un ambiente y contexto medieval en el cual las órdenes y congregaciones vivían preferentemente en sus conventos, cumpliendo la obligación moral de la oración y del trabajo. Por su testimonio y entrega apostólica, Francisco se hizo otro Cristo en la tierra. A tal grado que recibió los estigmas en manos y pies tal y como lo hizo Cristo en el martirio de la cruz. Por eso el pueblo italiano lo hizo santo antes de que el papa lo elevara a los altares.


A Francisco se le considera el hermano del Universo. Es el santo en busca del ser humano y del sentido de la vida;  la naturaleza y de todas las formas de vida que hay sobre la faz de la Tierra. El nació el año de 1182 en Asís, una comunidad perteneciente a la región de Umbría en el centro de la península italiana. Fueron sus padres Pedro Bernardone y de Pica. El jefe de familia era un próspero comerciante que mantenía nexos con Francia; por eso  cuando nació el niño le pusieron Francisco, que significa “el pequeño francés”. Desde su infancia manifestó un carácter jovial, alegre y propenso a los placeres de la vida. Tenían todo para vivían bien; pero no eran nobles en un ambiente en el que eso contaba y valía mucho. Una vez invitó a una joven noble llamada Clara para que lo siguiera y ella se negó. No estaba a su altura. Posteriormente Clara fue una de sus más fieles colaboradoras, a tal grado que fundó una congregación femenina bajo la regla franciscana.

En 1202 estalló una guerra entre Asís y Perugia. Inmediatamente Francisco se enlistó y para ello adquirió la mejor armadura y el caballo existente para hacer frente a los enemigos de su tierra.  Fue cuando vio a un militar que iba a la guerra sin lujos y decidió darle todo su equipo. En otra campaña militar, defendiendo la integridad de los territorios pontificios tuvo un sueño. Era la voz que clamaba en medio de la noche y de su conciencia: “Francisco, a quien sigues, al amo o al siervo”. Francisco se levantó y contestó inmediatamente: “al amo”. Fue cuando comprendió que el papa sirve a Dios y no al revés. Con esa idea regresó al hogar paterno en Asís y  le dio por predicar y anunciar el mensaje cristiano.


Primero repartió lo que tenía y luego hizo lo mismo con el patrimonio de su familia.  Su padre ya fastidiado por la actitud de su hijo,  lo llevó ante el obispo para que éste lo reprendiera y lo ayudara a enmendar el camino. Ahí Francisco tuvo la ocurrencia de quitarse todo lo que su padre le dio y se lo regresó, hasta quedar totalmente desnudo. Alguien le dio un hábito viejo con el que se vistió. Fue cuando recorrió las ciudades y los bosques hasta formar un grupo de seguidores y se atrevió llegar hasta Tierra Santa. Francisco murió el 3 de octubre de 1226. Apenas dos años después de su muerte,  fue canonizado el 16 de julio de 1228.

Es el santo del cual se han escrito más obras y comentarios acerca de su vida y su legado. También se le considera el santo patrono de la paz, de la ecología y de los animales. Su cántico del Hermano Sol es el primero escrito en lengua italiana. Además es uno de los precursores del Renacimiento junto con Dante y Petrarca. Su testimonio y vida dieron origen a grandes obras de arte, poesía y drama.


Con sus seguidores creó una comunidad llamada la Orden de los Frailes Menores. Y eligieron como distintivo el hábito color café, símbolo de la renuncia material y de la pobreza. Ellos usan el cordón franciscano con tres nudos, que representan la pobreza, la castidad y la obediencia. Y hacen votos de ello, para vivir con humildad y pobreza. Por ser una congregación de gran estima, hay franciscanos católicos, anglicanos, episcopales y luteranos. A los franciscanos les debemos las devociones al nacimiento de Cristo, cuando recreaban la Natividad del Señor y para alabar al Mesías cantaban los villancicos.

Sus discípulos pronto llegaron a Medio Oriente,  China y la India. En el encuentro entre Europa y las consideradas Indias Occidentales, hubo franciscanos que participaron en los proyectos de evangelización y catequesis del nuevo mundo. De hecho, en el segundo viaje de Colón hubo un grupo de franciscanos.  Se consideran a doce franciscanos como los padres de la fe en México. Ellos establecieron misiones y colegios de gran tradición en donde educaron a los nobles y macehuales indígenas.  Trajeron la primera imprenta en 1539.

Los franciscanos fueron los únicos que apoyaron la evangelización en todos los reinos y provincias de la Nueva España. Fueron los primeros en llevar la fe a territorios del norte como California, Texas y Nuevo México. En California aun existen huellas de su obra, a través de una buena cantidad de misiones que ahora son grandes ciudades. De hecho a San Francisco se le considera el primer californiano. La ciudad de San Francisco se llama en su honor y Los Ángeles en honor a nuestra de los Ángeles de la Porciúncula, el templo en donde murió en Asís. El nombre completo de Santa Fe,  Nuevo México es Santa Fe de San Francisco. Las montañas más altas de Arizona son llamadas de San Francisco y las principales misiones de Texas fueron establecidas por franciscanos, como las de Béjar, la Bahía del Espíritu Santo y Nacogdoches. Los franciscanos llevaron el mensaje cristiano a Coahuila, especialmente fray Juan de Larios, perteneciente a la provincia de Jalisco. Establecieron misiones en Monclova, Villa Unión y Guerrero. El patrono de la provincia de Nueva Extramadura o Coahuila fue ni más ni menos que San Francisco. Sus hijos llevaron la devoción de la virgen de Zapopan por el centro y norte del estado.



Los franciscanos establecieron los primeros conventos en Monterrey, Cadereyta Jiménez y Cerralvo. Las misiones estuvieron bajo el amparo del colegio de la Santa Cruz de Querétaro y fray Antonio Margil de Jesús promovió las primeras misiones en Santa Catarina, Linares, Hualahuises, Boca de Leones, la Nueva Tlaxcala y Lampazos. Mina originalmente se llamó San Francisco de Cañas y Apodaca San Francisco. Los primeros obispos de la diócesis fueron franciscanos y casi todos los edificios coloniales y del siglo XIX, tienen como distintivo el cordón de San Francisco que decora algunos remates o bordes de los principales monumentos religiosos y civiles. Hoy en día, mantienen templos y dos parroquias en San Pedro Garza García.

jueves, 1 de octubre de 2015

Dos de Octubre, no se olvida

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de la Ciudad de Santa Catarina

El día dos de octubre de 1968, ocurrió un movimiento que sacudió al México contemporáneo y del cual aún hay personas que claman porque no se olvide. A decir verdad, el año de 1968 es un año sincrónico. Es sincrónico porque ocurrieron muchos eventos en ese año. En consecuencia es simbólico y emblemático: es cuando los Beatles iniciaron la llamada música psicodélica, comienza el movimiento hippie en San Francisco, California, con la divisa a la paz y el amor para evitar la guerra; la NASA preparaba el arribo del hombre a la Luna; los  Estados Unidos mantenían  una guerra infructuosa contra  Vietnam, la imagen del Ché Guevara se consolidaba como un ícono de la juventud. Mientras, la humanidad reclamaba cambios en un mundo que parecía herido y cansado  por tantas guerras, gobiernos autoritarios, las pruebas nucleares y el armamentismo. A su vez la industria  cinematográfica promovía la película  “Rebelde sin causa” con James Dean quien se presentaba como modelo a seguir de la juventud clasemediera. También en el año de 1968 ocurrieron movimientos estudiantiles en Francia, Italia, Argentina y en los Estados Unidos, sin olvidar la primavera de Praga en 1968, en la ya desaparecida Checoslovaquia.


En América Latina comienzan a aplicarse los preceptos doctrinales del Concilio Vaticano II y en Medellín, Colombia, los obispos latinoamericanos proponen la opción preferencial por los pobres que dan como consecuencia la teología de la liberación. Los pensadores pugnaban por el rechazo de la llamada Teoría de la dependencia que veía a América Latina como incapaz de valerse por sí misma y como una proveedora eficaz de materias primas. Esto también hizo posible la aparición tanto de la filosofía como de la pedagogía de la liberación.

El año de 1968 fue cuando el mundo no aguantó más y explotó para reivindicar el establecimiento de un nuevo concepto de crecimiento y desarrollo. Ciertamente que entre 1948 y 1968 hubo procesos de estabilidad económica que dieron a muchas naciones la posibilidad de convertirse en potencias emergentes. El mundo era el escenario de la llamada Guerra Fría y en franco rechazo hacia ella, se  agitaban a las conciencias, surgía el movimiento feminista, la lucha por la libertad sexual, negaban los convencionalismos sexuales y el racismo.


Eran tiempos en donde se procuraba una reivindicación del individuo frente al estado y se criticaba el autoritarismo que venía controlando el mundo desde el fin de la primera guerra mundial. ¿Qué querían los jóvenes de esa época? Una libertad individual en la organización del trabajo, el rechazo a las clases dominantes, conformada que la gerontocracia mundial encabezada por Lyndon B. Johnson en los Estados Unidos y Charles De Gaulle en Francia, (tan solo por citar unos ejemplos) y se diera paso a las nuevas generaciones. Una década en la que buscaba la libertad en todo, defensa y respeto por las luchas sindicales y se criticaba el trabajo rutinario y alienante.

Pero sobre todo se buscaba un mundo más cargado de sentido y significado social. Los jóvenes de la época tenían simpatía por las guerras de liberación nacional, que en ese entonces sumaban 32 en diversos países del llamado tercer mundo. Los jóvenes que habían nacido a fines de los 40 y principios de los 50, pertenecían a una generación que sostenía que lo personal es lo político. Como una actitud rebelde, gustaban de escuchar la música de los The Doors y Jim Morrison y de Jimmy Hendrix  y otros más. A través de conciertos masivos se  enseñaban que la vida hay que vivirse plenamente. Por lo que muchos de ellos fumaban  marihuana y que consumían drogas como el LSD.


Se veía como ejemplo a seguir a la Revolución Cubana, le lectura imprescindible a Carlos Marx, a los íconos de la Revolución de Octubre y a Mao Tse Tung en China y a Ho Chin Min en Vietnam. Se pensaba que la mejor opción para gobernar a los pueblos era el marxismo. Por eso se pensó que muchos movimientos estudiantiles y guerrilleros eran auspiciados por el oro de la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, la laboriosidad China y los encantos de la revolución cubana. Es cuando surge la llamada teoría de la Seguridad Nacional que advertía de fuerzas extrañas que querían desestabilizar a México. Muchas tesis provenían de las ideas de Mc Luhan y su concepto de aldea global y del libro “Los condenados de la tierra”. Eran aspectos que guiaban a una apología rebelde. Por ello relacionaban a los jóvenes y a la universidad con la rebeldía.


A inicios del año de 1968, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Nacional Autónoma de México se enfrascaron en un zafarrancho, como consecuencia de un enfrentamiento de futbol americano. La fuerza pública participó y se llevaron presos a muchos de  los estudiantes. El movimiento se salió gradualmente de control, especialmente cuando el ejército tomó instalaciones de varias universidades. Es cuando los jóvenes salen a las calles y convierten en barricadas los espacios públicos como plazas y universidades.  A punto de llegar el inicio de las Olimpiadas de 1968, se procedió a extinguir el movimiento en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. La parte oficial dice que hubo 28 muertos y 200 heridos y algunos desaparecidos. Aquí la Universidad de Nuevo León luchaba por la autonomía universitaria y de igual forma en el Tec de Monterrey se preparaba para una huelga estudiantil.



Con el correr del tiempo se han hecho comisiones especiales para deslindar responsabilidades y hasta se abrieron los archivos respectivos. En éstos todo éste tiempo, después de Tlatelolco; nuestro país obviamente se ha transformado: dejó el modelo del crecimiento hacia dentro por el de una economía de mercado. Ciertamente que abrió caminos y que el mundo que vivimos es más consciente pero más incierto. El 68 es considerado en el imaginario popular mexicano como un movimiento que buscaba la libertad humana. Es hora de reflexionar en torno a la verdadera paz, tranquilidad social y la libertad de todos. 

Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico