Antonio Guerrero Aguilar,
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina
San Francisco es el
patrono de Italia, pues dicen que es el más santo de los italianos y el más
italiano de los santos. En la vida de los santos y mártires, sobresale la
vivencia de Francisco, quien dejó todo para seguir el llamado de Dios. Cambió
radicalmente su vida, hasta encontrar la palabra de Dios que le llamaba y que
continuamente interpelaba: “Señor, que
quieras que haga”. El llamado se hizo evidente cuando Cristo se le apareció
en la famosa cruz de San Damián y le dijo: “Ve
Francisco y repara mi Iglesia que como ves está en ruinas”. Francisco
decidió predicar el Evangelio con el testimonio de la pobreza y de la alegría,
en un ambiente y contexto medieval en el cual las órdenes y congregaciones
vivían preferentemente en sus conventos, cumpliendo la obligación moral de la
oración y del trabajo. Por su testimonio y entrega apostólica, Francisco se
hizo otro Cristo en la tierra. A tal grado que recibió los estigmas en manos y
pies tal y como lo hizo Cristo en el martirio de la cruz. Por eso el pueblo
italiano lo hizo santo antes de que el papa lo elevara a los altares.
A Francisco se le considera el hermano del Universo.
Es el santo en busca del ser humano y del sentido de la vida; la naturaleza y de todas las formas de vida
que hay sobre la faz de la Tierra. El nació el año de 1182 en Asís, una
comunidad perteneciente a la región de Umbría en el centro de la península
italiana. Fueron sus padres Pedro Bernardone y de Pica. El jefe de familia era un
próspero comerciante que mantenía nexos con Francia; por eso cuando nació el niño le pusieron Francisco,
que significa “el pequeño francés”.
Desde su infancia manifestó un carácter jovial, alegre y propenso a los
placeres de la vida. Tenían todo para vivían bien; pero no eran nobles en un
ambiente en el que eso contaba y valía mucho. Una vez invitó a una joven noble
llamada Clara para que lo siguiera y ella se negó. No estaba a su altura.
Posteriormente Clara fue una de sus más fieles colaboradoras, a tal grado que
fundó una congregación femenina bajo la regla franciscana.
En 1202 estalló una guerra entre Asís y Perugia.
Inmediatamente Francisco se enlistó y para ello adquirió la mejor armadura y el
caballo existente para hacer frente a los enemigos de su tierra. Fue cuando vio a un militar que iba a la
guerra sin lujos y decidió darle todo su equipo. En otra campaña militar,
defendiendo la integridad de los territorios pontificios tuvo un sueño. Era la
voz que clamaba en medio de la noche y de su conciencia: “Francisco, a quien sigues, al amo o al siervo”. Francisco se levantó
y contestó inmediatamente: “al amo”. Fue
cuando comprendió que el papa sirve a Dios y no al revés. Con esa idea regresó
al hogar paterno en Asís y le dio por
predicar y anunciar el mensaje cristiano.
Primero repartió lo que tenía y luego hizo lo mismo
con el patrimonio de su familia. Su
padre ya fastidiado por la actitud de su hijo, lo llevó ante el obispo para que éste lo
reprendiera y lo ayudara a enmendar el camino. Ahí Francisco tuvo la ocurrencia
de quitarse todo lo que su padre le dio y se lo regresó, hasta quedar
totalmente desnudo. Alguien le dio un hábito viejo con el que se vistió. Fue
cuando recorrió las ciudades y los bosques hasta formar un grupo de seguidores
y se atrevió llegar hasta Tierra Santa. Francisco murió el 3 de octubre de 1226.
Apenas dos años después de su muerte, fue canonizado el 16 de julio de 1228.
Es el santo del cual se han escrito más obras y
comentarios acerca de su vida y su legado. También se le considera el santo
patrono de la paz, de la ecología y de los animales. Su cántico del Hermano Sol
es el primero escrito en lengua italiana. Además es uno de los precursores del
Renacimiento junto con Dante y Petrarca. Su testimonio y vida dieron origen a
grandes obras de arte, poesía y drama.
Con sus seguidores creó una comunidad llamada la
Orden de los Frailes Menores. Y eligieron como distintivo el hábito color café,
símbolo de la renuncia material y de la pobreza. Ellos usan el cordón
franciscano con tres nudos, que representan la pobreza, la castidad y la
obediencia. Y hacen votos de ello, para vivir con humildad y pobreza. Por ser
una congregación de gran estima, hay franciscanos católicos, anglicanos,
episcopales y luteranos. A los franciscanos les debemos las devociones al
nacimiento de Cristo, cuando recreaban la Natividad del Señor y para alabar al
Mesías cantaban los villancicos.
Sus discípulos pronto llegaron a Medio Oriente, China y la India. En el encuentro entre Europa
y las consideradas Indias Occidentales, hubo franciscanos que participaron en
los proyectos de evangelización y catequesis del nuevo mundo. De hecho, en el
segundo viaje de Colón hubo un grupo de franciscanos. Se consideran a doce franciscanos como los
padres de la fe en México. Ellos establecieron misiones y colegios de gran
tradición en donde educaron a los nobles y macehuales indígenas. Trajeron la primera imprenta en 1539.
Los franciscanos fueron los únicos que apoyaron la
evangelización en todos los reinos y provincias de la Nueva España. Fueron los
primeros en llevar la fe a territorios del norte como California, Texas y Nuevo
México. En California aun existen huellas de su obra, a través de una buena cantidad
de misiones que ahora son grandes ciudades. De hecho a San Francisco se le
considera el primer californiano. La ciudad de San Francisco se llama en su
honor y Los Ángeles en honor a nuestra de los Ángeles de la Porciúncula, el
templo en donde murió en Asís. El nombre completo de Santa Fe, Nuevo México es Santa Fe de San Francisco.
Las montañas más altas de Arizona son llamadas de San Francisco y las
principales misiones de Texas fueron establecidas por franciscanos, como las de
Béjar, la Bahía del Espíritu Santo y Nacogdoches. Los franciscanos llevaron el
mensaje cristiano a Coahuila, especialmente fray Juan de Larios, perteneciente
a la provincia de Jalisco. Establecieron misiones en Monclova, Villa Unión y
Guerrero. El patrono de la provincia de Nueva Extramadura o Coahuila fue ni más
ni menos que San Francisco. Sus hijos llevaron la devoción de la virgen de
Zapopan por el centro y norte del estado.
Los franciscanos establecieron los primeros
conventos en Monterrey, Cadereyta Jiménez y Cerralvo. Las misiones estuvieron
bajo el amparo del colegio de la Santa Cruz de Querétaro y fray Antonio Margil
de Jesús promovió las primeras misiones en Santa Catarina, Linares,
Hualahuises, Boca de Leones, la Nueva Tlaxcala y Lampazos. Mina originalmente
se llamó San Francisco de Cañas y Apodaca San Francisco. Los primeros obispos
de la diócesis fueron franciscanos y casi todos los edificios coloniales y del
siglo XIX, tienen como distintivo el cordón de San Francisco que decora algunos
remates o bordes de los principales monumentos religiosos y civiles. Hoy en
día, mantienen templos y dos parroquias en San Pedro Garza García.
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