Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina
Tengan cuidado éste 28 de diciembre porque les pueden
hacer o jugar una “inocentada”. En
México por ejemplo (sin saber a ciencia cierta desde cuándo lo hacen), el día de los "inocentes" se ha transformado en una tradición festiva en la
cual se debe tener cuidado de no caer en ellas. Como medida precautoria para no
caer en las bromas de parientes y amigos, la gente debe recordar que no debe
dar prestado dinero, joyas, libros, o cualquier otro objeto, porque lo pueden
hacer "inocente". De ahí un
dicho popular que dice: "Inocente
palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar";
porque se supone que quien suelte o preste un objeto de significativo valor,
corre el riesgo de que otro se lo quede.
Pero no todos se aprovechan de la situación y solamente
hacen la “inocentada” como una
travesura. Finalmente las cosas que se pedían prestadas sí eran devueltas
acompañadas de dulces, juguetes en miniatura y el recado correspondiente en el
cual se reconoce hacer uso de la broma. Por eso, para evitar caer en el engaño
uno debía escribir: “Herodes cruel e inclemente, nos dice desde la fosa, que
considera inocente al que presta una cosa”.
Otra de las inocentadas más comunes,
consiste en divulgar alguna noticia falsa, siendo parte de la diversión el que alguien se la creyera.
En realidad el 28 de diciembre, la Iglesia recuerda la matanza de todos los niños
recién nacidos o con menos de dos años. Según los Evangelios, el sacrificio de
los infantes debió suceder después de la visita de los Reyes Magos al rey
Herodes; es decir, uno o dos días antes del 6 de enero. Existe la posibilidad
de que San Mateo relacionó tal acontecimiento con la historia de Moisés, quien
fue arrojado en una canasta al Río Nilo para ser salvado en tiempos en que el
faraón ordenó matar a todos los hijos varones de los esclavos israelitas.
Incluso de que pudo ser una adaptación
de la leyenda hindú sobre el nacimiento de Krishna: una vez que el sabio Nárada
Muni le dijo al rey Kamsa de Mathura, que el bebé estaba destinado a matarle y
éste ordenó asesinar a todos los infantes con menos de dos años de edad.
En el capítulo segundo del Evangelio de San Mateo, se
describe como unos magos procedentes de Oriente, llegaron hasta Belén para
honrar a un niño recién nacido a quien le regalaron oro, incienso y mirra. Los
magos llegaron primero con Herodes y le preguntaron en donde había nacido el Mesías
del pueblo de Israel. Por lo que mandó matar a todos los niños menores de dos
años residentes de Belén. A tal episodio se le conoce como el “Día de los Santos Inocentes”. Ahí el
evangelista narra la matanza de los inocentes y de la respectiva huida de la
sagrada familia a Egipto, refiriendo las
profecías de Oseas y Jeremías en torno a las pruebas que debían pasar los del
pueblo de Israel en el pasado y que el niño Jesús también debía vivir en la
angustia y en la persecución para luego salvarlos.
La matanza fue ordenada por Herodes Agripa II, nieto del
rey Herodes, por temor a la profecía de que en Belén nacería el “Rey de los
Judíos”. Hombre de dudosa reputación, era conocido en todo el reino por su
afición a las bromas satíricas y mordaces. Precisamente cumplía años el 28 de
diciembre, por lo que organizó una fiesta que se dice duró una semana. A ella
fueron invitados dignatarios de todas las regiones aledañas. Para ello sacrificaron
decenas de reses, cabras, corderos y bebieron vino hasta embriagarse. En plena
fiesta Herodes proclamó condenas y castigos para todos los que no hubieran
acatado las leyes imperiales o mantenido relaciones con Roma durante la última
década de su reinado.
Las invitaciones tenían el sello imperial de
Herodes Agripa y una palabra escrita que traducida en latín significaba”innocens”, por lo
que algunos eruditos sospechan que fue un engaño
que Herodes hizo a los presentes. Muchas de las cosas que sabemos en torno a
esa época, se la debemos al historiador Flavio Josefo, quien aporta casi todos
los datos que conocemos acerca del periodo que le tocó reinar a Herodes.
Incluso de que también mandó asesinar a su esposa, a su abuelo, su madre, dos
cuñados y tres de sus hijos.
Por si las moscas, no se dejen engañar ni vayan a caer en
una inocentada.
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