Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de
Santa Catarina
El Estado de México es un lugar rico en historia,
cultura y tradiciones. Desde las grandes zonas y centros ceremoniales
arqueológicas hasta los conventos y templos como San Agustín Acolman y Chalma.
De los tianguis y mercados, de rica variedad gastronómica y territorial.
Durante el virreinato se formó la llamada provincia de México y a partir de
1786 la Intendencia de México, conformada por los actuales territorios de la
Ciudad de México, el Estado de México, Querétaro, Guerrero, Morelos e Hidalgo.
En 1824 se constituyó en estado libre y soberano, cuando se creó el Distrito
Federal como sede de los poderes nacionales. El jefe insurgente Melchor Múzquiz
fue el primer gobernador de 1824 a 1826. Repitió en el cargo de 1830 a 1832 y
luego Lorenzo de Zavala en 1827 y de 1832 a 1833. El primero oriundo del valle
de Santa Rosa, actual Múzquiz, Coahuila y el segundo, un liberal federalista de
origen yucateco que se pasó a promover la independencia y la república de Texas
en 1836.
La capital del Estado de México estuvo en Texcoco
hasta junio de 1827, cuando se trasladaron los poderes a San Agustín de las
Cuevas y desde 1830 a Toluca. En un periodo tan inestable, los poderes de la
Unión temían de la influencia del Estado de México. Decían que muchos golpes de
estado, eran pactados por políticos importantes de ahí. Supuestamente por eso lo
fragmentaron para formar tres nuevas entidades que llevaron los nombres de los grandes
jefes de la independencia. Guerrero se separó en 1847, Morelos en 1855 e
Hidalgo en 1862.
Se dice que la columna vertebral, el pilar del
sistema político mexicano está en el Estado de México a través del llamado “Grupo Atlacomulco”; que debe su nombre
a un municipio situado en la región noroeste, cuya raíz etimológica en náhuatl
significa “lugar en los pozos de agua”.
Ahí nació Isidro Fabela en 1882, un abogado y diplomático que comenzó su carrera
política al amparo de Venustiano Carranza.
Este grupo de poder surgió en 1940 cuando Francisca Castro Montiel
reunió a un grupo de políticos con influencia regional, a los quienes les dijo
que de ahí saldrían seis gobernadores y un presidente de la república: el
primero fue Isidro Fabela Alfaro entre 1942 y 1945, después de la muerte del
entonces gobernador Alfredo Zárate Albarrán; Alfredo del Mazo Vélez de 1945 a
1951, Salvador Sánchez Colín entre 1951 y 1957, Carlos Hank González de 1969 a
1975, Alfredo del Mazo González de 1981 a 1986, Arturo Montiel de 1999 a 2005 y
Enrique Peña Nieto de 2005 a 2011.
También al amparo de Isidro Fabela, se formaron
Carlos Hank González y Adolfo López Mateos. El primero de Santiago
Tianguistengo; llegó a Atlacomulco supuestamente buscando la identidad paterna
y el segundo procedente de Atizapán de Zaragoza. Hank no pudo ser presidente de
la república por que los hijos de extranjeros no podían aspirar en ese
entonces, a ser el jefe del poder ejecutivo de la nación. Del Mazo Vélez buscó la
presidencia en dos ocasiones y en ambas tuvo que ceder, primero ante Adolfo Ruiz Cortines y Gustavo
Díaz Ordaz. Su hijo Alfredo debió hacer un madruguete cuando destaparon a
Carlos Salinas de Gortari en 1988. Por su parte Arturo Montiel prefirió preparar
el camino a su discípulo Enrique Peña Nieto, ante supuestos malos manejos en la
administración pública.
Isidro Fabela influyó para que López Mateos llegara
a la dirección del Instituto Científico y Literario de Toluca y luego a una
senaduría por el Estado de México, después secretario del Trabajo con Ruiz
Cortines que lo destapó a la presidencia en 1958. En 1964, López Mateos debió
elegir a su sucesor tras una lista de notables en donde figuraban Alfredo del
Mazo de Recursos Hidráulicos, Raúl Salinas Lozano de Economía, Antonio Ortiz
Mena de Hacienda y Gustavo Díaz Ordaz de Gobernación. Quedó éste último y comenzó
la limpia de los aspirantes a ser presidentes de México. Por cierto, uno de los
afectados fue Carlos Madrazo.
Además de la cercanía en el poder, surgieron lazos
familiares entre algunos de ellos: Antonio Ortiz Mena hizo esposa a una
familiar de Salinas Lozano, quien promovió a Roberto González Barrera; quien a
su vez emparentó con los Hank cuando una hija suya se casó con uno de los hijos
de Hank González. A la muerte de Carlos Madrazo, Hank González se quedó como
mentor político de Roberto Madrazo Pintado quien fue candidato a la presidencia
en el 2006. En el 2001 falleció don Carlos Hank González, quien supuestamente
encargó a Montiel cuidar la integridad del territorio estatal, evitar que el
agua se vaya a la ciudad de México y la unidad política del grupo.
En la historia política del Estado de México, han
sobresalido grupos de poder como el llamado “Grupo
Gomista” al cual pertenecieron los exgobernadores Abundio Gómez entre 1920
y 1921 y Filiberto Gómez gobernador entre 1929 y 1933. En oposición a la
dinastía de Atlacomulco, existe el llamado “Grupo
Toluca” en el cual figuran Mario Ramón Beteta (1987- 1989), Ignacio
Pichardo Pagaza (1989-1993), Emilio Chuayffett Chemor (1993- 1995) y César
Camacho Quiroz (1995-1999).
Para muchos, la existencia del “Grupo Atlacomulco” es un invento y sus miembros no son tan amigos
o están tan unidos como parece; lo cual se demuestra en las fracturas y
desgastes sufridos en su seno. Por ejemplo, cuando Alfredo del Mazo quiso
desviar la atención en la elección de Carlos Salinas de Gortari, quien después
tuvo una pugna con Emilio Chuayffet. Hace unos años, Enrique Peña Nieto debió
elegir entre Alfredo del Mazo Maza y Eruviel Ávila como candidatos a la
gubernatura del Estado de México. Ahora el centro del poder gira en torno a
Texcoco, Cuautitlán y Ecatepec y desplazó al antiguo eje Toluca-Atlacomulco. Por
eso dicen que la profecía se cumplió con la llegada de Enrique Peña Nieto a la
presidencia de la República.
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