Antonio Guerrero Aguilar/
Muchos de los corridos que hicieron famoso y
conocido a Lalo González, el Piporro,
curiosamente no fueron ni de Nuevo León ni de Tamaulipas. Ocurrieron en
Coahuila. Uno de ellos trata la forma de cómo le quitaron la vida a un tal
Agustín Jaime. Recuerdo la interpretación del Piporro junto con Oscar Pulido en
la película Cuidado con el amor en
donde Pedro Infante canta otra bellísima canción llamada Cien años.
El corrido se hizo canto recurrente en
participaciones escolares y reuniones con amigos. Siempre pensé que Agustín
Jaime, era del antiguo rancho del Toro, actual General Bravo, Nuevo León. Todo
lo contrario, Agustín Jaime era de Saltillo y falleció en el año de 1933 como
se desprende de la primera y segunda estrofa del corrido: Año treinta y tres, del mes de noviembre, año treinta y tres, del mes
de noviembre, cantaré un corrido, si bien les conviene. Bonito Saltillo, no
puedo negar, murió Agustín Jaime, porque supo amar.
Pero los historiadores y cronistas del
Saltillo corrigen fechas y rumbos. Agustín Jaime no murió en el mes de
noviembre, sino en la tarde del 25 de diciembre de 1933 cuando fue asesinado de
un balazo por la espalda por Pedro Arredondo, un oficial de la policía montada.
Según testimonios populares, el crimen fue más bien por venganza en lugar de
amoríos y celos. El protagonista del corrido, trabajaba como cobrador en la
tesorería municipal de Saltillo y lo mataron porque se dio cuenta de los malos
manejos que había en la administración. Lo cual me hace pensar que un burócrata
municipal nunca debe ver y saber más que sus jefes superiores.
Agustín Jaime como buen protagonista de
corridos y de historias edificantes, era hombre de caballo: Bonito caballo, que Jaime montaba, como era
entendido, a señas le hablaba, Agustín bajaba, bajaba a caballo, y lo traicionaron
por calles de Bravo. Después pensé que se refería a Río Bravo, un municipio
fronterizo aledaño a Reynosa, el pueblo querido del Piporro. Pero también
existe una congregación en Allende, Coahuila que se llama Río Bravo. Mi
confusión viene cuando se canta la siguiente estrofa: Agustín bajaba, bajaba a caballo y fue traicionado por calles de Bravo.
Tengo presente una estrofa: Agustín
bajaba, bajaba a caballo, y lo traicionaron por ver a su chata que estaba en
Río Bravo, seguramente cambiada por tanto cantarse. Fijándonos bien se
refiere a una calle y no un lugar geográfico llamado Río Bravo. Del corrido se
desprende que Agustín tenía fama de ser un hombre mujeriego y valiente que
supuestamente murió por su novia de nombre María García.
Otras estrofas nos señalan que: Agustín bajaba, bajaba y subía, él perdió la
vida, por María García, ahí en la cantina, donde lo mataron, a los siete pasos,
ahí lo dejaron, ahí lo dejaron. Por la orografía del terreno en donde se
ubica el corazón político e histórico de Saltillo, sabemos que hay calles que
vienen de arriba como Allende, Hidalgo, Bravo y Morelos. El casco viejo de
Saltillo se divide en dos, el de los españoles y el de los tlaxcaltecas, con
calles que están yendo pa´arriba y las
que van pa´bajo. Dicen que los
borrachos, los locos y los niños nunca dicen mentiras. Entonces, si les creemos
a los asiduos parroquianos que acuden a tomar bebidas embriagantes, el crimen
fue en una cantina llamada El Huizache.
Agustín bajaba por la calle de Bravo y daba
vuelta por la calle de Múzquiz y de ahí seguía hasta llegar a Matamoros donde
se encontraba la mentada y conocida cantina. Después de unos tragos, salió rumbo
a su casa situada en la esquina de Abasolo y Francisco Coss. De ahí que el
corrido reitere que Agustín bajaba,
bajaba a caballo y lo traicionaron por calles de Bravo. Supuestamente
Agustín Jaime era ahijado de un hombre muy influyente de la época y no era
conveniente que fuera a denunciar a los infractores con el mandatario estatal;
por tal motivo Pedro Arredondo lo esperó afuera de la cantina para matarlo sin
darle oportunidad de defenderse.
En aquella fatídica tarde, Antes de que
mataran a Agustín Jaime, estuvo en la casa de su hermano Juan a quien saludó.
Después se retiró rumbo a la taberna a pasar un rato con sus amigos y tomar
unas bebidas espirituosas. Después de unos tragos y algunas botellas que dejó
vacías, salió con rumbo a su casa, sin percatarse de que la muerte lo esperaba
allá afuera. Cuando Arredondo dejó gravemente herido a Agustín Jaime, corrieron
a avisarle a su hermano, quien aún lo encontró con vida y pudo contarle con sus
últimas palabras el nombre de quien le disparó.
Una sobrina de nombre Conchita, hija del
hermano Juan, sostiene que llevaron el cuerpo de Agustín a la casa de sus papás
en donde lo velaron, para después llevarlo a enterrar al panteón de San
Esteban. Es probable que la casa de Joaquina tenga más bien relación con la
rima: lo mataron fue en una cantina,
donde lo velaron en casa de Joaquina. El agresor huyó rumbo a San Luis
Potosí y nunca se supo más del él.
Como el episodio dejaba mucho de qué hablar,
un amigo de Agustín llamado Eligio Alvarado de oficio zapatero, presenció los
hechos y compuso el corrido que se hizo famoso primero de boca en boca y luego
de generación tras generación, en especial interpretado por los Alegres de la Sierra, hasta que Piporro
lo inmortalizó en una película (aquella en la que cantó con Oscar Pulido) y lo
grabó. Y quien mejor que el Piporro cuando al cantarla le daba cierto sentido
de dramatización y con la cual concluye: Palomita
blanca, piquito dorado, palomita blanca, piquito dorado, murió Agustín Jaime
por enamorado.
buenas tardes gracias por esta historia de este corrido.
ResponderBorrarQué tal, mi tatarabuelo se llamaba Agustín Jaime, no sé si tengas más información de esto. Gracias!
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