Antonio Guerrero Aguilar/
Hablar del
río Pesquería, nos refiere de igual forma a dos municipios y a muchos pueblos
que se fundaron junto al mismo. De acuerdo al ilustre médico José Eleuterio
González Gonzalitos el río nace en un
lugar llamado San Lucas en Coahuila y de ahí recorre parte de Ramos Arizpe,
para entrar al territorio de Nuevo León. En 1873 tenía un caudal de tres bueyes
de agua, equivalente a 24 mil 400 litros de agua. Conviene precisar que San
Lucas era un pueblo situado entre lo que actualmente es la carretera de peaje
Ramos Arizpe-Los Chorros y el aeropuerto internacional Plan de Guadalupe, por
lo que se alimenta de los escurrimientos que bajan de San José de los Nuncio,
San Gregorio, Ojo Caliente e Higueras pertenecientes a Ramos Arizpe.
En cambio La Reseña Geográfica y Estadística de Nuevo
León publicada en 1910, señala que su origen está en la sierra de Nacataz,
a cuatro kilómetros de la cabecera municipal de Villa de García y que ahí se
nutre con el agua de otras vertientes que bajan del cañón de Cortinas en Santa
Catarina, la cual atraviesa Rinconada, los Fierros y Maravillas, a las que se les une el caudal del río Chiquito, también conocido como arroyo
de los Muertos, cercano a la cuesta del mismo nombre. Para los vecinos de
aquellos rumbos, el primigenio manantial estuvo en Ojo Caliente, a la vera de
la carretera Monterrey-Saltillo casi en los límites entre los dos Estados.
Este río ha
recibido varios nombres a lo largo de su historia, según las tierras por las
que pasa: de Pesquería Grande, de Pesquería, del Capadero y el río Viejo. Muchos
relacionan el nombre de Pesquería por la abundancia de peces, pero existe la
posibilidad de que lo nombren así, debido a la captura o pesca de indios para venderlos como mano de obra en las minas de
Mazapil, Zacatecas y Parral. De acuerdo a los testimonios de la época de
aquellos que lo conocieron, se quejaban de que el agua del río era muy gruesa y
mantenía considerables concentraciones de sal, lo cual impedía la existencia de
peces y de especies vegetales en su cauce como en sus lados. Alonso de León escribió
al respecto: los ríos son claros, el agua
buena, sin color ni olor… Corren siempre por piedras con rápido curso; son de
mucha frescura; poblados de arboledas, sabinos, sauces, álamo y otros muchos
géneros; excepto los dos que llaman Pesquería Grande y Chica, que es agua
salobre y carecen de todo lo que arriba está dicho. Tranquilo en tiempos de
sequía, como temible cuando se presentaban las lluvias torrenciales. El mismo
cronista refiere que en septiembre de 1636, el río Pesquería sacó de su ribera
una hacienda que trabajaba la plata y aunque no hubo pérdidas humanas, si las
hubo materiales.
El río
Pesquería le dio nombre a dos municipios y que para diferenciarlos, a uno le
llamaron Pesquería Grande y al otro Pesquería Chica. En 1583 Manuel de Mederos
recibió tierras para establecer una estancia, que con el tiempo se convirtió en
la hacienda de San Juan Bautista de la Pesquería Grande, propiedad de Gonzalo
Fernández de Castro y Jacinto García de Sepúlveda cuando Martín de Zavala entró
a gobernar el Reino en 1626.
La hacienda
se convirtió en Valle y con esa categoría mantuvo el nombre de Pesquería Grande
hasta 1851, debido a la decisión del gobernador Agapito García, que le impuso
el nombre de García en honor a don Joaquín García, ilustre vecino del lugar que
llegó a ocupar primero la alcaldía de Santa Catarina en 1820 y luego la gubernatura
de Nuevo León en varias ocasiones. Mientras que el actual municipio de
Pesquería surgió como hacienda con la advocación del Espíritu Santo de la
Pesquería Chica el 28 de febrero de 1669, al amparo del capitán Francisco de la
Garza Falcón, quien se casó con una nieta de don Gonzalo Fernández llamada
Leonor de Sepúlveda y Rentería. Convertida en municipalidad de Pesquería Chica
en 1844. Pero a mediados del siglo XX, cierto alcalde le quitó la Chica, porque decía que el nombre le
reducía su status histórico y geográfico.
En la
Pesquería Grande, allá en el cañón de Nacataz, están los vertederos de agua que
la conducen por un funcional sistema de acequias y canales que aún mantienen
muchas quintas y huertas en el casco viejo de García. Lamentablemente,
permitieron que unos balnearios se asentaron cerca de su cauce, recortando los
niveles del agua rodada. Río abajo, en la hacienda San José se le une el arroyo
Pedregoso, que viene de la sierra del Fraile. Entra a territorio de General
Escobedo y después pasa por Santa Rosa, Apodaca y Agua Fría. Adelante de Santa
Rosa se le suma el arroyo de Apodaca que a su vez viene de la sierra de las
Mitras. Ingresa a General Zuazua y más adelante sirve como línea divisoria entre
Marín y Pesquería. Cruza por la hacienda de Zacatecas y en el rancho de las
Adjuntas se le une el río Salinas. Atraviesa Los Ramones, en donde se le añaden
afluentes que bajan de las sierras de Picachos como de Papagayos.
El río
Salinas nace en General Cepeda, Coahuila. Continúa al Este hasta ingresar a
Nuevo León en Icamole, ahí donde precisamente nace el valle de las Salinas. Forma
parte del paisaje de los municipios de Mina, Hidalgo, Abasolo, El Carmen,
Salinas Victoria, Ciénega de Flores, Zuazua y Marín. En 1910, su caudal comprendía
hasta siete bueyes equivalente a 64 mil litros de agua aproximadamente. En la
época colonial al río Salinas también se le llamó río de los Cuanaales en honor a una nación india
que predominaba en la región.
En China,
el afluente recibe el torrente del arroyo el Ayancual que viene desde el norte
de Monterrey conocido como de la Talaverna y que recoge a su vez corrientes de
San Nicolás, Guadalupe, Doctor González y parte de Ramones. También recibe el
nombre de arroyo de las Salinillas, nutrido por algunos riachuelos que vienen
de la sierra de Papagayos. Pasa por Los Herreras y en el rancho de las Mujeres
de Los Aldamas, se junta al río San Juan. Todos los arroyos con corrientes
intermitentes.
Gonzalitos
estimaba la longitud del río Pesquería desde García hasta Pesquería en 122
kilómetros y de ahí hasta su junta con el San Juan en Los Aldama, en poco menos
de 115 kilómetros. Para captar las aguas del Pesquería, los antiguos pobladores
levantaron tres represas, una en Icamole, otra en García y un bordo conocido
como de Cristaloza, situado al norte
de la cabecera. Paradójicamente, aunque García cuenta con muchos arroyos y dos
ríos de considerable importancia, siempre ha batallado con el suministro del
vital líquido. En la década de 1870 se
llevaba el agua potable desde el paraje conocido como El Volcán hasta la cabecera municipal. Las acequias atravesaban las
calles, provocando a veces inundaciones, por lo que el cabildo solicitó en 1879
que se construyeran en los patios de las propiedades. Ese año, los accionistas
decidieron donar agua para los servicios del municipio y satisfacer las
necesidades de la población. Por ello, a partir de la década de 1990 la
compañía de Agua y Drenaje estableció un sistema para dotar de agua potable a García.
Hasta el 2010, los únicos municipios de Nuevo León que carecían de sistema de
agua potable, eran precisamente Los Ramones y los Herreras.
Como hemos
visto, el río Pesquería y su tributario el Salinas hicieron posible que las
antiguas haciendas situadas en los actuales municipios de García, Mina,
Hidalgo, Abasolo, El Carmen, Salinas Victoria, General Escobedo, Apodaca, General
Zuazua, Marín, Pesquería, Los Ramones, China y Los Aldamas florecieran como
centros agropecuarios de singular importancia. Pero también todos esos
municipios son muy buenos para la cría de ganado mayor y menor pues sus suelos
concentran cantidades de sal, de ahí que durante la época colonial se le
llamara valle de las Salinas.
En 1942 se
instaló una empresa dedicada a la explotación de los yacimientos de sal en
García, especialmente destinada a la producción del vidrio, pues como todos
sabemos, del cloruro de sodio de la región y de la arena silica que extraen en
Lampazos, son las materias primas para su fabricación. Se hicieron
perforaciones para sacar la sal inyectando altas presiones el agua del
Pesquería. Lamentablemente este río se contaminó por ese proceso, aunado al
establecimiento de fábricas que manejan químicos altamente peligrosos, a tal
grado de que la mayoría de sus especies y plantas nativas además de la
agricultura desaparecieron.
El tramo
correspondiente entre villa de García, Escobedo, Apodaca, Zuazua y Pesquería
han sido testigos de la trasformación del río, de ambientes netamente agrícolas
a lugares densamente poblados en los que predominan los asentamientos irregulares
a partir de 1980. Y recientemente todo el sector se colocó en los primeros
lugares de ultracrecimiento. Y que junto con su hermano el Santa Catarina, han
ocasionado inundaciones y destrozos a los municipios por los que pasan. Pero
lamentablemente, tiene el cauce más contaminado y sucio de Nuevo León.
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