domingo, 26 de agosto de 2018

La historia de La Cucaracha que ya no puede caminar


Antonio Guerrero Aguilar

La cucaracha es in insecto repulsivo que abunda en la humedad y en la suciedad. Se conocen dos de ellas que pululan en nuestros hogares, una pequeña a la que le dicen alemana y otra más grande que regularmente sale de los ductos y coladera del drenaje. Pero no quiero hablar de bichos, sino de una canción popular mexicana que prácticamente le ha dado la vuelta al mundo y precisamente fue en Monterrey donde se popularizó; en un principio la cantaron como una burla que se les hacía a los soldados que perdían.


Los revolucionarios se la canturrearon a los huertistas, luego los villistas se la tararearon a los carrancistas cuando los hicieron huir de Monterrey a principios de 1915. Con la caída de Victoriano Huerta en el verano de 1914, los grupos militares encabezados por Villa y Zapata criticaron el liderazgo de Venustiano Carranza, a quien le solicitaron que renunciara a la primera jefatura del Ejército Constitucionalista. Entonces convocaron a una reunión de las distintas facciones revolucionarias en Aguascalientes, con la intención de unificar a los jefes revolucionarios como a los gobernadores de los estados. Obviamente Carranza desconoció los acuerdos de la Convención de Aguascalientes y el país volvió a ser escenario de la pugna entre los ejércitos de Villa y Zapata en contra del de Carranza que estaba apoyado por la División del Noroeste, integrada por un grupo de sonorenses, entre los cuales destacaba Álvaro Obregón y por la División del Noreste al mando de los lampacenses Antonio I. Villarreal y Pablo A. González.

Los carrancistas mantenían el control de Monterrey y de las principales ciudades de Coahuila como de Tamaulipas desde la primavera de 1914. En enero de 1915 fueron derrotados por las brigadas de los generales Felipe Ángeles y Raúl Madero. Una vez que se hicieron del control político tanto de Saltillo como de Monterrey, dicen que los oficiales villistas compusieron unas estrofas de una canción para regodearse de su triunfo sobre sus principales enemigos.  Anoto dos de ellas:

La cucaracha, la cucaracha,
Ya no puede caminar,
Porque le falta (2)
Marihuana qué fumar.

Ya se van los carrancistas
ya se van haciendo bolas
porque llega Pancho Villa
y los agarra de la cola.


Muchas de las canciones que cantamos, tienen su origen en romances medievales que interpretaban y difundían los juglares y trovadores de pueblo en pueblo. Llegaron a México con los conquistadores y pobladores ibéricos que al asentarse en algún lugar, le ponían una nueva letra ajustada a los requerimientos geográficos y cotidianos de cada pueblo.

La historia de la canción de La cucaracha es muy antigua. Se sabe que fue compuesta en la época de las guerras entre españoles y moros durante la reconquista de los reinos cristianos de España. Joaquín Fernández de Lizardi señaló en su libro La Quijotita y su prima, publicado en 1818, que la canción llegó a México por un capitán español.

Probablemente se cantó a lo largo y ancho de los pueblos, llevada por cantores que amenizaban las ferias y las tertulias en las principales ferias y festividades religiosas. Cuando estalló la lucha armada en 1910, muchas de las noticias se propagaron en hojas de papel de china, en las que imprimieron la letra de un suceso en el cual se abordaban historias de traición, de asesinatos, de la actitud valiente de un ilustre revolucionario, de un hecho de amor o hasta la historia de algún animal querido como un caballo o incluso hasta de un perro.

Dicen que cuando las tropas revolucionarias llegaban a algún lugar, entraban entonando estrofas o corridos, ajustándolos de acuerdo las necesidades y a las situaciones imperantes. Pero sin duda alguna, la versión más popular de La Cucaracha se compuso en una cantina regiomontana, ubicada en la calle Zaragoza esquina con Allende, frente a donde estuvo la alberca Monterrey. Existen versiones impresas en papel que circularon por las calles durante la estancia de los villistas en la región entre enero y abril de 1915. Posteriormente la canción se empezó a propagar por Zacatecas, San Luis Potosí hasta llegar al Bajío, por Celaya o Guanajuato gracias a los valerosos hombres que formaban la famosa División del Norte. Otro estribillo dice lo siguiente:

Los carrancistas, los carrancistas,
Ya no quieren combatir,
Porque les falta (2)
Alma y fe para morir


Indican que cuando los constitucionalistas salieron de Monterrey, incendiaron una de las dos estaciones de ferrocarril para cubrir la huida, por lo que fueron amenazados con aplicarles los acuerdos de la Convención de Aguascalientes:

Se fueron de Monterrey
Incendiando la estación
Les aplicará la ley
La Suprema Convención.

Les quitaron el forraje y
También las provisiones,
Y corrieron como liebres
Dejando hasta los calzones.

Hay una copla que hace alusión al cañón de Santa Catarina al cual utilizaron como camino para la escapatoria o de incursiones, pues a través de ellos podían llegar fácilmente a otros puntos de Coahuila, de Santiago o de Galeana, Nuevo León.

Les maldice la nación,
De manera muy vehemente
No volverán ya al cañón
A echárselas de aguardiente.

Como verán, La Cucaracha forma parte del imaginario popular mexicano. Tan característica y representativa como el Cielito lindo y La Marcha a Zacatecas. Y para orgullo nuestro, la letra que cantamos; bueno, muchas de las estrofas, se compusieron en Monterrey por grupos contrarios al jefe constitucionalista don Venustiano Carranza.


1 comentario:

Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico