sábado, 21 de febrero de 2015

El 24 de febrero: día de la bandera nacional

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina


Las banderas originalmente servían como estandartes. Supuestamente guardaban el alma de algún animal o ser mitológico al que consideraban el espíritu protector de la tribu. De ahí que muchos de ellos contengan la forma de una fiera o de un ave, inclusive hasta de un dragón. Eran distintivos que a la larga fueron utilizados para representar grupos o fracciones ideológicas. Si nos fijamos, muchas de las banderas que conocemos encierran un simbolismo muy interesante: por ejemplo, la bandera de Inglaterra mantiene entrelazadas a la cruz de San Jorge como a la de San Andrés. La de Argentina recuerda al cielo azul con un sol radiante, que vio el general Belgrano cuando estaba pensando en el estandarte que representaría al antiguo virreinato del Río de la Plata. La bandera de Francia nos recuerda a los colores azul y rojo que representaban a la ciudad de París; luego se le añadió el blanco como símbolo de Dios.

La bandera de “la estrella solitaria" como así se le conoce a la de Texas, fue adoptada en 1838. Sobresale una estrella blanca de cinco puntas y tiene tres colores: el rojo simboliza la valentía, el blanco la pureza y el azul la libertad. A la de Cuba también se le conoce como de la estrella solitaria. Esta se le debe a la inspiración de Narciso López en 1850, quien vio los colores radiantes de un amanecer y la estrella recuerda a Venus brillando en todo su esplendor. Definitivamente cada nación, estado o región cuenta con algo que la identifique y que sintetice los valores más representativos de su cultura y de su historia.

La bandera de México comienza a definir su forma actual cuando en 1916, don Venustiano Carranza dispuso que la forma del águila fuera restituida en su forma que le dieron los primeros constituyentes en 1823; por ello encargó el diseño al artista michoacano Antonio Gómez. Luego el 5 de febrero de 1934, Abelardo L. Rodríguez decretó que las orlas de laurel y encino cerraran en círculo. Con ello quedó el Escudo Nacional.

Siendo presidente de la república el general Lázaro Cárdenas, un 24 de febrero de 1937 se celebró por vez primera en la ciudad de México el día de la bandera. Como dato curioso, en la primera ceremonia estaba una escultura de Vicente Guerrero, el primer militar que juró lealtad a la bandera el 24 de febrero de 1821 durante el encuentro con Iturbide. No obstante, fue hasta el 24 de diciembre de 1938 cuando el Comité Pro Día de la Bandera Nacional encabezado por Benito Ramírez Espíndola, logró que el senado de la República declarara al 24 de febrero como día de la bandera. Cuentan que durante una fiestas cívicas en Veracruz en 1934, los edificios públicos y algunas casas particulares usaban distintas banderas como el símbolo de la hoz y el martillo. Pensó que no debía ser la bandera de la entonces Unión Soviética  el símbolo que nos representara como mexicanos.

El 22 de febrero de 1940, la Secretaría de Educación Pública, dispuso que en todas las escuelas se le rindiera un tributo diario al lábaro patrio y se cantara el himno nacional antes de comenzar las clases. También el ejército dispuso que todos sus miembros efectuaran dichas ceremonias cívicas. Ya como presidente el general Manuel Ávila Camacho, el 24 de febrero de 1942 ordenó el juramento a la bandera en todas las escuelas públicas y en los eventos públicos que se realizaran en los municipios y en los estados. Originalmente la ceremonia del día de la bandera se hacía en el panteón de San Fernando; hasta que Gustavo Díaz Ordaz dispuso que se hiciera a nivel nacional con la intención de propiciar el respeto y el conocimiento a una bandera que nos representa en la unidad ante la adversidad.

Cuando Hernán Cortés entró a la ciudad de México-Tenochtitlan, portaba un estandarte con la virgen María pintada sobre un damasco rojo, cuya estampa ceñía sobre su cabeza una corona de oro, rodeada de doce estrellas y rayos. Precisamente fue traída desde el santuario de Guadalupe en Extremadura, España. Los jesuitas fueron los primeros en rescatar los símbolos que representaban la leyenda que guio a los mexicas para asentarse en el Lago de Texcoco. De hecho, los elementos que conforman al águila devorando a la serpiente, parada en un nopal con tunas encima de un peñasco que emerge del agua.

Muchos estudiosos han llegado a la conclusión que el águila representa al Sol, la serpiente a la Tierra y a lo que fecunda la tierra, el nopal es el árbol de los sacrificios, las tunas a los corazones que inmolaban a favor del dios del Sol Tonatiuh quien se supone se alimentaba con sangre humana y que tanto la piedra como el agua significan la dualidad tierra-agua. Luego los franciscanos utilizaron éstos elementos para decorar las puertas de algunos de sus templos.

Al iniciar la guerra insurgente, Hidalgo tomó un estandarte de la Virgen de Guadalupe que estaba en el templo parroquial de Atotonilco, Guanajuato colocándola en la punta de una lanza. Posteriormente Morelos adoptó una bandera en forma de cuadrilongo en seda blanca al centro, con una franja color azul pálido en la orilla y un águila coronada con las alas algo caídas e instaladas en un nopal. Todo éste signo estaba sobre un acueducto con tres arcadas y en cada una de ellas iniciales V.V.M. que significa “Viva la Virgen María”. Morelos también utilizó como sello la figura de un águila durante los trabajos constitucionales en Apatzingán.

Entre 1819 y 1820, la marina mercante a favor de la insurgencia, enarboló una bandera de franjas verticales, con el color blanco, azul y rojo, que correspondían a los colores de los mosaicos del palacio de Moctezuma, el último emperador mexica. Por cierto, en Nueva Orleans fue salutada con una salva de 19 cañonazos. En 1821 dejó de ondear en el balcón central del palacio virreinal la bandera que representaba al poder colonial. Esta bandera tenía una forma cuadrada en seda y de color pardo leonado, con el escudo de la ciudad de México consistente en dos leones coronados partiendo al centro de la gran cruz de San Andrés, en color morado.

Agustín de Iturbide eligió una bandera para representar a las tres facciones políticas existentes y a la vez, sintetizara los principios de las tres garantías: el blanco la religión, el verde el grupo insurgente y el rojo la unión con los españoles. En ese orden: Dios, Patria y Libertad. Esa bandera conocida como de las tres garantías tenía los colores blanco, verde y rojo con franjas diagonales, con una estrella dorada en cada una de las franjas, que representaban al rito masónico escocés. Esa bandera fue confeccionada en Iguala, Guerrero por José Magdaleno Ocampo.



Iturbide siendo emperador, alteró el orden de los colores: primero el verde, luego el blanco y en tercer lugar el rojo. También modificó las franjas para que éstas fueran verticales. En el centro una águila coronada sin en el nopal y la serpiente. Para 1823, el padre Servando Teresa de Mier solicitó ante el Congreso de la Unión, que se le quitara la corona al águila. En su lugar propuso un cuadrilongo dividido en 16 cuadros con cuatro blancos al centro, el resto alternándose en blanco y azul. Solo con el águila y sin la serpiente, sobre el nopal y encima de un peñón emergiendo del agua. Algunos diputados opinaron que los colores debían permanecer igual, pues el pueblo se había acostumbrado a ellos y dieron como sugerencia poner un águila mexica de perfil con la serpiente, el nopal y el peñón. Joaquín Herrera propuso que se le añadiera la orla de encino y laurel, formando así el escudo de las armas nacional y el oficial de México.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico