domingo, 19 de junio de 2016

La leyenda de Charles Mc Comas, que vieron en Santa Catarina

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de Santa Catarina

El 28 de marzo de 1883, una partida de apaches chiricahuas al mando del jefe rebelde Chato, cayeron sobre una familia en Lordburg, perteneciente al condado de Hidalgo en el suroeste de Nuevo México. Mataron a Hamilton Mc Comas y a su esposa Juanita Ware y se llevaron a su hijo Charley con apenas seis años.  Hamilton Mc Comas nació el 29 de noviembre de 1823 en el condado de Cabell en West Virginia. Se casó con una dama de nombre Louisa y tuvieron cuatro hijos.  Participó en la guerra civil como teniente coronel en el lado de la Unión el 4 de septiembre de 1862 en el estado de Illinois, aún y cuando era sureño. Dejó la milicia el 6 de febrero de 1863.


Sirvió como juez del condado en Monticello, Illinois. No se tienen referencias de su primera esposa, solo sabemos que volvió a casarse con Juanita Ware en 1869 en Fort Scott, Kansas y tuvieron un niño llamado Charley nacido en 1876. Hamilton fue contratado por una compañía minera de Saint Louis, para trasladarse a Silver City en Nuevo México. Abrió una oficina y se convirtió en un miembro muy querido de la comunidad. Un día salió con su esposa y su hijo menor a una mina en las cercanías de Lordsburg.  Le advirtieron de la peligrosidad de los caminos, pero no les hizo caso. El 27 de marzo de 1883,  Mc Comas se detuvo a unos 17 kilómetros antes de llegar a su destino para pasar la noche.  Al día siguiente una partida de indios chiricahuas cayó en el improvisado campamento.  Tanto el padre como la madre fueron asesinados.  Quien dio parte a las autoridades de Silver City fue un colaborador de la familia de apellido Moore.  Vio a la pareja sin vida pero no encontraron a Charley. Pronto se formó un destacamento al mando  del general George Crook, quienes persiguieron a los apaches que huyeron hacia México, mientras los cuerpos de Mc Comas y su esposa fueron enviados a Fort Scott, Kansas para el entierro. 

Se  dispuso la búsqueda del niño y los medios impresos de la época comenzaron a publicar notas al respecto. No daban crédito que los apaches y comanches mantuvieran una guerra en contra de los pobladores del suroeste de los Estados Unidos. Mientras el ejército norteamericano consiguió  la rendición del gran jefe Gerónimo, quien también se comprometió a buscar el niño. La familia Mc Comas era muy estimada y estaba emparentada con políticos influyentes en Washington, quienes llegaron a ofrecer hasta mil dólares de recompensa a todo aquel que les informara el paradero de Charley. La fotografía llegó a diversos puntos de la frontera entre Nuevo México y Texas, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León.

El asalto se convirtió en un asunto nacional. La opinión pública estaba indignada pues las naciones de indios seguían causando estragos.  Exigieron rescatar a Charley y castigar a los apaches por la muerte de sus padres. Lo único que localizaron en las montañas, fue un álbum familiar de los Mc Comas y varios otros objetos de valor.  Para muchos, los tres Mc Comas habían perecido juntos. La búsqueda militar se interrumpió debido a las maniobras políticas; por lo que amigos y familiares se negaron a aceptar la desaparición del niño. 

Durante la búsqueda, dos guerreros apaches admitieron que el niño estaba vivo. Un capitán de nombre John G. Bourke supo que una mujer apache lo tenía cautivo en uno de las reservas.  A finales de mayo Gerónimo y Chato, se presentaron para iniciar conversaciones de paz.  Todos ellos prometieron encontrar a Charley y lo buscaron en la reserva de San Carlos. Los oficiales en San Carlos llegaron a la conclusión de que Charley si había estado en el campamento, pero había muerto a causa  del frío durante el invierno. Cuando Gerónimo regresó a la reservación sin el niño, la familia Mc Comas aceptó la muerte de Charley pues su cuerpo nunca fue encontrado.


Un primo de Gerónimo afirmó que Charley fue asesinado en venganza por un apache iracundo después de que mataron a su madre.  Otra historia dice que Charley fue llevado por dos mujeres apaches cuando huían del campamento con sus hijos. Y lo más extraño y curioso de todo, un telegrama llegó desde Monterrey  en donde les comunicaba que el niño estaba con una familia de Santa Catarina. Supuestamente unos chiricahuas llegaron hasta la Sierra Madre Oriental; pasaron por Santa Catarina y ahí fue rescatado.


No se sabe con certeza qué pasó con Charley Mc Comas.  Para unos murió al poco tiempo de que mataron a sus padres. A principios de siglo XX; entre Sonora y Arizona andaba una banda de ladrones cuyo jefe era un "hombre blanco." La prensa afirmó que este hombre era Charley Mc Comas .  O a lo mejor el niño se quedó con la familia de Santa Catarina y tal vez hasta haya formado su familia entre nosotros, sin saber la verdadera identidad de Charley Mc Comas, el niño que robaron cerca de Silver City, Nuevo México y fue visto en Santa Catarina. Si tienen oportunidad de ver la película Hombre con Paul Newman, verán alguna similitud con éste relato que les acabo de contar.

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Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico