Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de Santa Catarina
El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la
Mujer, el cual fue establecido en 1910, para recordar la muerte de muchas
trabajadoras de la industria de la confección en la ciudad de Nueva York el 8
de marzo de 1857, quienes exigían mejores condiciones de trabajo y derecho al
voto. A partir de esa fecha se ha generado una tendencia social que pretende
devolver y valorar el papel de la mujer en la sociedad, como pilar de la
familia, como agente de cambio, promotora social y económica de la familia.
Actualmente, los aportes de los estudios de género le conceden igualdad social
y de oportunidades en los ámbitos donde prevalece la posición del hombre. En
consecuencia, aún se discrimina, menosprecia y desvalora el papel que la mujer.
En éstos tiempos, la mayoría de las mujeres viven en la marginación. Esta se muestra en
tendencias estadísticas que pone a la mujer mexicana en posición desfavorable
económica y social frente al varón: bajísimo nivel de vida y de ingresos,
expuesta a la violencia intrafamiliar, negación de su papel en la sociedad y
como parte integrante de los más pobres, necesitados y marginados de nuestra
sociedad.
Es falso que detrás de cada hombre hay una gran mujer.
Ellas van al lado y a veces a la vanguardia. En los momentos más decisivos de
nuestra historia vamos a encontrar mujeres, planeando, estudiando, participando
o siguiendo a los protagonistas de nuestra historia. Y prueba de ello, son los
innumerables nombres y ejemplos de heroínas que construyen y dan un sentido
nuevo a la historia nacional. Parafraseando a Octavio Paz, la mujer se presenta
al mexicano como pasión, muerte, misterio y destino. Y se dice, que la actitud
del mexicano hacia la mujer, la representa en un matriarcado en la que
sobresalen las figuras de la madre buena, abnegada y fiel: la Virgen de
Guadalupe, cuya contraposición es la madre mala y violada: la fregada. Entre
ambos polos está la mujer mala pero arrepentida: la Llorona y la madre buena
pero traidora: la Malinche.
Actualmente México tiene casi 120 millones de habitantes,
de los cuales el 50.5 son mujeres y el 49.5 son hombres. Vemos que la mujer
ocupa y participa más en la vida social, política y económica de nuestro país.
Por ejemplo, vemos participación mayoritaria de ellas en carreras que
antiguamente eran cotos privilegiados para los varones. Si nos damos una vuelta
por las facultades de medicina, ingeniería mecánica y derecho nos daremos
cuenta de que ya son mayoría. En la cultura y en la educación, son las que
ocupan los principales puestos directivos. Siempre ponen la muestra de cómo se
trabaja con iniciativa y entrega al servicio de una causa. Como muchas más
están participando en la vida de nuestra entidad. Por cierto, hace poco en una
escuela de Santa Catarina, una niña en un discurso dijo: “si los hombres hacen huella, las mujeres
hacen a los hombres”.
La historia de México está repleta de casos en los que la
mujer participó activamente. Recordemos que una de las promotoras de nuestra
independencia fue Josefa Ortiz de Domínguez, nacida en Valladolid, hoy Morelia
en 1768. Se casó con el Lic. Miguel Domínguez, quien fue Corregidor de la
Ciudad de Querétaro. En su casa se reunían los principales jefes insurgentes
como Allende e Hidalgo. Ella fue la mediadora entre su esposo y de los que
buscaban la independencia de México. Después
de la aprehensión de Hidalgo y Allende, fue confinada a un convento. Cuando
Iturbide se proclamó emperador, fue invitada para ser dama de honor de la
emperatriz, pero nunca aceptó ningún cargo u homenaje por su participación en
la insurgencia. Murió en 1829 en la Ciudad de México.
Otra heroína de la Independencia es Leona Vicario. Ella
nació en la Ciudad de México en 1789. Fue colaboradora, informante y
patrocinadora de los insurgentes. Durante la guerra de independencia se casó
con Andrés Quintana Roo. Cuando terminó la guerra fueron restituidos sus
bienes. Murió en la Ciudad de México en 1842.
No obstante y debido al papel esencial de la mujer en
nuestra historia, siempre ha permanecido al margen de ella. Aquí bien cabe la
máxima que sostiene que detrás de cada hombre a una gran mujer: Margarita Maza
como acompañante de Juárez, la emperatriz Carlota como contraparte femenina y
de la realeza europea con Maximiliano de Habsburgo, Carmelita Romero como domesticadora y
conciencia positiva de Porfirio Díaz. Por
ejemplo, en la novela Los bandidos de Río Frío de Manuel Payno encontramos la típica
situación de la mujer durante el siglo XIX: la
vida social, política y económica la hacen los hombres, la mujer a la casa.
Tenía poco acceso a la educación y tenía dos ocupaciones: la casa o el
convento.
Como se advierte, un papel meramente secundario. Una
muestra de lo anterior es la famosa epístola de Melchor Ocampo que en algunos
lugares del país se sigue leyendo durante la ceremonia del matrimonio civil y
en la cual se hace referencia de que la
mujer es dulce, abnegada, su ámbito es el hogar y su función es la
comida y el cuidado de los hijos. De igual forma, vemos mujeres en la gesta
revolucionaria. La revolución fue hecha por soldados errantes que llevaban a su
familia al combate. Así surgieron las “Adelitas” que con actitud estoica, sufrida y desinteresada acompañaban al soldado. Si éste moría, la mujer debía arrejuntarse con otro para procurar su
mantenimiento.
No obstante, hubo
señales que promovían la reivindicación social de la mujer desde fines del
siglo XIX, cuando surgió de manera institucional un movimiento feminista para
establecer la igualdad de los sexos y el
derecho por igual a la educación. Y durante el porfiriato surgieron grupos de
mujeres que exigían una mayor participación y un mejor gobierno a Porfirio Díaz
y fue en Yucatán donde se verificó el primer congreso feminista en 1919. También
ahí obtuvieron derecho al voto en 1949. A nivel nacional lo alcanzaron durante
el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines en 1953. Pero cabe señalar que la primera
mujer en ocupar una alcaldía en México,
fue la Señora Orfelinda Villarreal en la municipalidad de Higueras, Nuevo León.
Y con justa razón, vaya nuestra sincera
felicitación a las mujeres en éste su día y en los otros restantes del año.
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