viernes, 24 de julio de 2015

El palacio viejo: Las antiguas casas consistoriales

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina


Como Ustedes saben la ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey se fundó al norte de los Ojos de Agua de Santa Lucía, en la manzana delimitada por Zaragoza y Escobedo, 5 y 15 de Mayo. Las primeras doce familias construyeron algunas 34 barracas. Algún viajero que visitó la pomposamente llamada ciudad, decía que las casas eran de bajareque, un sistema de construcción de viviendas a partir de palos o cañas entretejidos y barro. En 1612 llovió tanto que la ciudad se trasladó a un sitio supuestamente más seguro y más alto, con rumbo al sur antes de llegar al río Santa Catarina.

Ahí el justicia mayor Diego Rodríguez dispuso la construcción del templo parroquial, de la plaza de armas como centro urbano y de las casas consistoriales. Así se aseguraba conjuntar el poder económico: el mercado o plaza del Mercado, ahora llamada plaza Hidalgo, la Casa Consistorial como sede del cabildo de la ciudad y de dos templos unidos por un camposanto: el templo parroquial dedicado a nuestra señora de la Purísima Concepción de María y el convento franciscano de San Andrés. El primero a cargo del clero secular para dar atención espiritual a los colonizadores y el otro atendido por los franciscanos, pertenecientes al clero regular para evangelizar y catequizar a los indígenas.

La nueva ciudad quedó delimitada al norte por los Ojos de Agua de Santa Lucía, al norte y al sur por el río Santa Catarina y al poniente no más allá de donde está el barrio de la Purísima. Desde la plaza se trazó la demarcación territorial de la ciudad: 15 leguas por cada lado. Al este un poco más allá de río San Juan, al sur hasta donde comienza el valle del Pilón, al oeste la Cuesta de los Muertos y al norte la Cuesta de Mamulique. Se dispuso la construcción de la Casas Reales o casa consistorial, en donde el cabildo tenía sus consistorios, es decir sus juntas. Luego también se le conoce como la casa municipal, casa del ayuntamiento o edificio del ayuntamiento. Después se les llamó palacio o presidencia municipal. Cuando llegó don Martín de Zavala en 1626 se hizo un edificio el cual constaba de un aposento, de una sala y una cárcel, con un costo de 6 mil pesos. Pero la inundación de 1636 dejó en mal estado el lugar. Hubo dos inundaciones (1641 y 1648) que terminaron de dañar todo el inmueble.


Entonces el gobernador del Nuevo Reino de León encargó a Juan Alonso Bazán que se hiciera otra casa consistorial en 1653. Estaba tenía un aposento para la autoridad, otra para el escribano y otra para la cárcel.  Para 1655 se concluyeron las obras que fueron pagadas por don Martín de Zavala, quien murió en 1664. Otra vez las lluvias de 1752 dañaron pero no afectaron del todo a la construcción. Fue reparada y se le añadieron otros espacios que fueron rentados para algunos negocios situados en frente de la plaza del Mesón o del Mercado. Tiempos difíciles indudablemente, pues se dice que entre 1704 a 1722 no hubo cabildos.

Este conjunto de casas y construcciones vio la entrada de las tropas insurgentes al mando de Mariano Jiménez el 26 de enero de 1811, a quien el cabildo de la catedral recibió con un Te Deum. Por cierto todo el pueblo de Monterrey salió recibirlo con muestras de júbilo. El 3 de julio de 1813 entraron unos 200 hombres pertenecientes a la tropa insurgente al mando de José y Martín de Herrera. Llegaron por la calle Real hoy Morelos y la calle del Colegio Seminario hoy de Zaragoza, a lazo se llevaron una pieza de artillería. La ciudad estaba resguardada por el capitán José María Sada quien hizo huir a los rebeldes hacia la Pesquería Grande. Estos salieron rumbo a Salinas Victoria en donde fueron derrotados el 18 de julio de 1811. Muchos de los insurgentes fueron fusilados en los alrededores de éste emblemático edificio.

Había piezas de artillería en los alrededores con las cuales podían se defendían de un ataque. Para 1845 había siete piezas del lado poniente y las del lado norte fueron incendiadas durante el asedio de los norteamericanos entre el 20 y 24 de septiembre de 1846. Al año siguiente fueron reparadas y se construyó la primera arquería del lado poniente por don Antonio Morales, las que concluyeron en 1853 siendo su principal constructor Papias Anguiano.  Había llegado en 1844 procedente de Mazapil. Hizo los arcos enfrente de la plaza de Armas en 1851, y la ampliación de un segundo piso para el lado oriente y norte. Ahí está el barandal que da testimonio de ello que tiene las iniciales E.M.I.A. “El Muy Ilustre Ayuntamiento 1853”. También labró el escudo de la ciudad que se instaló en el pretil que da frente a la plaza de armas. En 1886 siguieron con la ampliación del lado poniente que fue concluido el 17 de julio de 1887, con la aportación de dos mil pesos del Colegio de Abogados y el resto por el cabildo.  Aquí estaba un tablero formado en copete con la leyenda: El R. Ayuntamiento de 1886-1887.

Este monumento histórico fue temporalmente la sede del Museo de Historia Natural y el Colegio Profesional de Señoritas. En 1895 se construyeron las escalinatas con piedra negra traída del Topo Chico. Al segundo piso se accede por dos escaleras que se hicieron con dos tramos cada una, colocados en ambos lados de la entrada oriental o principal.  Para 1911 ya tiene la forma que vemos en la actualidad. Los pisos eran de cemento y sus banquetas. En 1930 había un café llamado Hélice en Zaragoza y Corregidora. En 1937 todo el interior fue cubierto por azulejos. Luego en unas remodelaciones, lamentablemente en 1946 quitaron el escudo de Papias Anguiano para destruirlo después o se quedó en la casa del alcalde de la época.


El material con el que fue hecho es de sillar, pero como no resiste mucho peso debieron hacer muros gruesos. El edificio tiene un aspecto de solidez, pesadez y firmeza. Tiene cuatro entradas, una por cada lado que dan acceso a un patio central donde alguna vez hubo naranjos. En el piso superior hay corredores cubiertos formados por arcos. Por la parte exterior tienen barandales corridos que circundan toda la construcción y el coronamiento de las fachadas está decorado con balaustradas de piedra.

Como todo edificio histórico y antiguo aquí ocurren cosas raras: el 24 de julio de 1854 fue fusilado el célebre bandido Agapito Treviño en la plaza del Mercado. El 16 de enero de 1870 murió Miguel Nieto, secretario del ayuntamiento por 45 años. Llegó a su escritorio, se quitó el abrigo y el sombrero, se sentó a firmar papeles y murió al sentarse.  El condominio acero fue concluido el 9 de noviembre de 1959. Dicen que se aparecen personas y se ven sombras misteriosas por los pasillos y rincones. En el segundo piso se ven niños que juegan con un mecate incluso en la azotea. También un niño con traje obscuro y de pantalón corto que se asoma por entre los barandales. Una ocasión sujetaron a un guardia y no lo dejaban que se levantara de su silla. El otro vigilante se burlaba pues no veía quien impedía moverse a su compañero. En el segundo piso se ve a un médico pues lleva la bata blanca. Por donde están los baños en el primer piso, de vez en cuando se aparece una señora de negro a la usanza antigua; hasta una monjita vestida de blanco que han visto como a las 2 o 3 de la tarde. Que el maniquí del general Bonifacio Salinas Leal se mueve. Los cuadros de las exposiciones se bajan de los muros. Una ocasión mandaron a los miembros del ballet folklórico de Monterrey a ensayar allá arriba, pues estaba una exposición en el patio central. De pronto todos comenzaron a toser. El maestro Juan Enrique Estrada se quejó: “qué le están echando al aire acondicionado, parece que están quemando algo”. Los guardias subieron y decían que olía a azufre.

En la plaza del Mercado o del Mesón, era el sitio donde los miembros del cabildo dejaban amarrados a sus caballos. En 1798 el gobernador Simón de Herrera y Leyva hizo desaparecer el corral del palacio municipal y lo convirtió en una pequeña plazuela. En la parte poniente del palacio construyó un portal de arquería de madera y se autorizó al ayuntamiento para alquilar “cajones” o puestos a los mercaderes. Así surgió el primer mercado de la ciudad y desde entonces se le llamó Plaza del Mercado, hoy Plaza Hidalgo. En agosto de 1853, se trasladaron estas vendimias a la Plaza de La Carne, situada en la manzana que comprende las actuales calles de Morelos, Juárez, Padre Mier y Leona Vicario. La plazuela ya no se vio invadida por atajos de asnos y de bestias mulares que llegaban de Saltillo o de otros pueblos cercanos, cargados de mercaderías para venderlas. Se acabaron allí el bullicio y la algarabía de los mercaderes. Ahí colocaron la escultura del padre de la patria encima de un pedestal cuadrangular semejante a una pirámide. Ahí está la escultura del Padre de la Patria don Miguel Hidalgo y Costilla,  con el brazo levantado en alto y en actitud majestuosa. De tres metros de altura, hecha de hoja de cobre repujado, en la Casa H. Mullins de Salem, Ohio fue inaugurada el 25 de febrero de 1894. Tuvo un costo de 6, 163 pesos.


Siendo alcalde de Monterrey el Licenciado Leopoldo González Sáenz (1974 a 1976) se mandó construir el nuevo palacio de Cristal, dejando el viejo palacio como oficinas del poder judicial. A partir de 1987 se le dio el uso como espacio cultural y museo de historia.

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Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico