miércoles, 26 de junio de 2024

El río que se sale de su caja...

Antonio Guerrero Aguilar/

 


Los libros de geografía regional, ponen que el río Santa Catarina nace en las tierras altas del municipio de Santiago, otrora pertenecientes a mi solar nativo. Conozco donde nacen el Ramos, el San Juan y el Pesquería. El primero allá por el Colmillo, el segundo en el Cañón de la Boca y el tercero en Ojo Caliente como de las lagunas desaparecidas en el viejo Marquesado de Aguayo. Unos en unos barrancos donde brotan hilos de agua que caen a charcos, que gradualmente reúnen otros y así se van hasta conformar estanques, arroyuelos, arroyos y finalmente ríos. ¿De dónde viene su majestad el río Santa Catarina? De muchos lados: desde los deshielos de la Sierra de Arteaga como de los escurrimientos que se concentran en los matorrales y el subsuelo, así como de los cañones que vienen desde San Juan Bautista, Laborcitas y la Ciénega de González, para entrar al territorio con el que comparte su territorio, allá en San Cristóbal como el Marrubial y Tinajas. Ahí se juntan los torrentes aglutinados en la Mesa del Pajonal, enriquecidos por los desfiladeros que vienen desde San Antonio de la Osamenta como de los Llanitos y el Refugio de los Aguilar. En Tinajas quedan alineados en un cañón delineado por las rocas que bifurcan las corrientes, luego las del Barrial y Rodeo al oriente, mientras las de las Escaleras y Cortinas al poniente. Luego los torrentes se alimentan desde la cuesta del Cañón de Ballesteros como de San Pablo y Santa Juliana. Todo el caudal prevalece desde la finca del finado Marín Torres en los Horcones, para salir imbatible, fortalecido, como fiera bramante en la Boca del Potrero de Santa Catarina, delimitada por la Huasteca y la Ventana.

Dicen que los ríos tienen memoria, que siempre recorren los caminos andados y que ellos mismos abrieron con el trascurso de los tiempos. El doctor Martín Bremer, quien fuera por muchos años maestro en el Tec de Monterrey, no piensa igual: riegan por donde les toca y habitaron alguna vez. En días pasados, alguien habló que no hay desbordamientos, sino líquido que regresa al cauce. Aquí es al revés: corre más agua por las avenidas que por los canales de estiaje. Tan sencillo, vean los planos de Guadalupe y verán que su traza está sobre tres arroyos, lo mismo que Santa Catarina y San Pedro Garza García quedó entre la cordillera y el río. Los antiguos no hablan de desbordamiento: hablaban que “se sale de su caja” como de su “madre”. El centro de Monterrey es una “Mesopotamia” en pequeño: entre el Santa Lucía y el Santa Catarina. El “barrio antiguo” está en lo que fue una represa, los condominios Constitución en una isleta. Retaron al río, invocando constantemente su presencia que se hizo patente, vigente en la destrucción como en los daños. Aunque con presas repletas, a siete días sin agua para lo esencial…

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Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico