Antonio Guerrero Aguilar, Cronista Municipal de Santa Catarina
Cada 10 de mayo el
mexicano festeja, recuerda, conmemora y da muestras de cariño y júbilo a las
madres. El día de las Madres comenzó en los Estados Unidos cuando Ana Jarvis, una
joven oriunda de Filadelfia, preocupada porque a las madres no se les reconocía
su importancia social y familiar, sobre todo por los propios hijos quienes ya
casados gradualmente abandonan la casa materna. Ana estudió para maestra en una
escuela de Virginia. Su madre había fallecido el 9 de mayo de 1905 y dos años
después reunió a un grupo de amigos para proponer una fecha dedicada a las
madres. Iniciaron una campaña con folletos y artículos en periódicos
comunitarios y así logró que las autoridades adoptaran una fecha oficial para
reconocer a las madres. El 10 de mayo de 1908, en la escuela metodista de Andrews
de Grafton de Virginia Occidental, ofrecieron la primera ceremonia en honor a
las madres. En total fueron 407 mamás que recibieron de las manos de Ana un
clavel rojo, la flor preferida de su mamá. Desde entonces, el clavel rojo es la
flor representativa del día de las Madres. En 1910 la mayoría de los estados de
la unión americana tenían un día dedicado a las madres. Para 1914 el entonces
presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson, firmó una petición para declarar el 10 de mayo como el Día Oficial
dedicado a las Madres en los Estados Unidos.
En México el día de las Madres fue introducida por Rafael
Alducín un 10 de mayo de 1922, con el apoyo del periódico Excelsior. A partir
de entonces para los mexicanos ésta fecha no pasa desapercibida: poco antes del
10 de mayo comienzan los promocionales del Día de las Madres, se compran
regalos en su honor, se ponen de acuerdo para festejarla como Dios manda y se
les lleva serenata, aunque paradójicamente en este día tienen más trabajo pues deben atender a hijos, nietos y
familiares políticos. En la década de 1960, algunas tiendas departamentales de
Monterrey comenzaron los promocionales en honor al día de las Madres. Hacían
convocatorias de pensamientos, poesías y frases alusivas ofreciendo enseres y
muebles para el hogar. Mientras los tríos, rondallas, mariachis, coros y grupos
de guitarristas y conjuntos se apresuraban a llevar serenatas a las madres. Propiamente
en ese día no se duerme por tanto movimiento que se veía al filo de la media
noche y las madrugadas. Ciertamente las canciones más famosas eran las de
Denisse de Kalafe y la compuesta por Osvaldo Farrés que dice: “Madrecita del Alma querida, en mi pecho yo
llevo una flor, no me importa el color que ella tenga, porque al fin eres Madre
una flor”. También podemos recitarles a nuestras madres un bellísimo poema
de Gabriela Mistral.
Dicen que en México todos los días recordamos a nuestras
madres, preferentemente a la de quienes se nos atraviesan en el camino, nos
molestan y nos hartan. Incluso la palabra madre tiene diversos sentidos y
significados de acuerdo a la intención o forma en que se dice: si estamos
fastidiados decimos estar “hasta la madre”,
un objeto que se nos pierde y no encontramos nos hace sentenciar “¿y dónde está esa madre?”. Si a alguien
le va mal entonces le arrimaron “una
madriza”. Lo cierto es que gracias a nuestras mamás la vida se prolonga y
se nos da. A ellas les debemos el cuidado, la protección y la verdadera
educación. Por eso para el mexicano una madre es sagrada y se le quiere, aunque
paradójicamente solo se le reconozca un día en el año.
¡Felicidades a todas las mamás en su día!
“Madre, madre, tú
me besas
Pero yo te beso
más,
Como el agua en los
cristales,
Caen mis besos en
tu faz.
Te he besado tanto,
tanto
que de mi cubierta
estás
y el enjambre de
mis besos
No te deja ni mirar
Si la abeja entra
al lirio
No se siente su
aletear,
Cuando tú a tu hijo
escondes,
No se le oye ni el
respirar”.
(Fragmento del
poema Caricia, Gabriela Mistral)
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