Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista Municipal de Santa
Catarina
Hay muchas formas para referirnos a los maestros. Les decimos profesores, docentes, maestros o mentores. La
palabra profesor tiene que ver con el verbo profesar. El prefijo “pro” indica una acción decidida y además
de que las cosas se hacen públicas. La otra raíz etimológica de profesor viene
de “fateri” que en latín significa
hablar, declarar, confesar, reconocer o demandar. En sí, el profesor es el que
habla en público. Pero también profesor tiene algo que ver con el profeta, los
hombres de Dios que hablaban en su nombre y tenían la facultad de anunciar y
denunciar. Mientras que el docente viene del latín “docens”, quien enseña. De ahí que se diga que el maestro es el
docente y el alumno es el discente o sea quien es enseñado. Y ese concepto
tiene que ver con la palabra disciplina. Por eso hay una sentencia: la
verdadera enseñanza de la educación consiste en saber hacer las cosas en el
momento indicado, aunque no quiera hacerlas. Y obviamente la disciplina tiene
que ver con la voluntad, en cuanto “capacidad de querer”.
Enseñar nos remite al signo: una dimensión semántica que
implica la posibilidad representada a su objeto y de cómo este demuestra su
esencia. Maestro viene de “magistrare” algo noble que denota grandeza y que a
su vez está relacionado con la palabra madre. En latín lo contrario a “magistrare”
era “ministrare” que literalmente significa servir. Por su parte, Méntor era el
nombre del profesor que Ulises confió la educación de su hijo Telémaco. Hoy en
día, en las escuelas que ofrecen una educación bilingüe les llaman mister, miss
o teacher. Entre los griegos el “misteris” era quien mostraba gradualmente una
enseñanza divina. De ahí viene la palabra misterio, Ya con los cristianos, el
misterio es algo oculto que se va develando poco a poco. Entonces quien tiene
esa función es el “misteris”: de hacer evidente algo que no se sabe o se
conoce.
La importancia del maestro como formador y agente del
cambio social ha sido reconocida en México desde 1917, cuando en el Congreso
Constituyente de la Unión, dos diputados; uno por Nuevo León el maestro Jonás
García originario de Santa Rosa de Apodaca y el otro por Coahuila, el Dr.
Enrique Viesca Lobatón de Parras de la
Fuente, presentaron la propuesta ante el pleno para que fuera instituido el “Día
del Maestro” fijando la fecha del día 15 de mayo. La iniciativa fue aprobada en la sesión
correspondiente del 20 de octubre de 1917.
Después de leerse la iniciativa, el diputado Eduardo Hay
no aceptó esa fecha, pues argumentó que regularmente caería entre semana y se
interrumpirían las clases para irse de fiesta o a una comida. Por lo tanto propuso
el festejo para el primer domingo de mayo, pero solo seis diputados de los 134
que integraban aquella legislatura lo apoyaron. Luego pasó al senado en donde
se aprobó por unanimidad. En
consecuencia el entonces presidente de la República don Venustiano Carranza
Garza, emitió el decreto respectivo el 23 de noviembre de 1917. La primera
conmemoración del Día del Maestro en México fue el 15 de Mayo de 1918.
En Nuevo León, profesor Emeterio Lozano, (entonces
director general de Instrucción Primaria) envió una carta al congreso local el
24 de abril de 1918 en la cual demandaba a los diputados nuevoleoneses para que también se instituyera un día
especial para los maestros. Por lo que la Comisión de Instrucción Pública
integrada por Santiago Roel Melo, Alberto Chapa y Gregorio Morales Sánchez, declaró
secundar el Decreto del Congreso General para que también se reconozca a los
maestros de Nuevo León en el 15 de mayo.
Como ya hemos señalado, el promotor de dicha iniciativa
fue el profesor Jonás García, que nació en Santa Rosa, Apodaca en 1872 y falleció
en Monterrey en 1960. Además de ser diputado en el Congreso Constituyente de la
Unión, ejerció el magisterio en Sabinas Hidalgo, Lampazos y Monterrey, en
Saltillo, Coahuila y en San Antonio, Texas. En Nuevo León llegó a ser el
Director de Educación, así como en el estado de Tamaulipas.
Conviene destacar que los pilares de la Escuela
Nuevoleonesa de la Educación son nuestros beneméritos, entre los que destacan
Miguel F. Martínez nacido en 1850 en Monterrey y fallecido en 1919. Estudió
para ingeniero topógrafo. También se distinguió como músico y director de
orquestas y escribió para revistas y periódicos. En 1881 dirigió la Escuela
Normal. Intervino en la creación de la Biblioteca Pública del Estado. Fue
maestro y funcionario en Nuevo León, Coahuila y en la Ciudad de México, en
donde llegó a ser director de la Escuela Normal Nacional de Maestros y promovió
la fundación de la Universidad Nacional de México en 1910. El Congreso del
Estado lo declaró Benemérito de la Educación en 1918. La Escuela Normal de
Monterrey lleva su nombre.
La escuela normal de Sabinas Hidalgo lleva orgullosamente
el nombre de Pablo Livas, nacido en Marín en 1872 y fallecido en Laredo, Texas
en 1915. Se distinguió por sus innovaciones como educador y autor de temas pedagógicos.
Fue maestro en la Normal del Estado y de la Academia de Señoritas. Fue
declarado Benemérito de la Educación por el Congreso del Estado en 1972.
Otro destacado maestro fue Plinio Ordóñez, nacido en 1882
en Montemorelos y murió en Monterrey en 1970. Egresado de la Normal en 1900.
Dirigió escuelas en General Terán, Villaldama y Monterrey. Se distinguió como
pedagogo organizando eventos sobre su especialidad en Monterrey. Participó en
la fundación de la Universidad de Nuevo León en 1933, de la Sociedad
Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística en 1943 y de la biblioteca de
Montemorelos. Fue declarado Benemérito de la Educación por el Congreso del
Estado en 1968.
La escuela normal de Montemorelos honra la memoria de
Serafín Peña. Nacido en San Sebastián de los Lermas en Guadalupe en 1844 y
murió en Monterrey en 1926. Estudió en el Seminario de Monterrey. Dirigió
escuelas en Monclova, Coahuila, Bustamante y Monterrey, Nuevo León. También fue
director de la Escuela Normal. Se distinguió por la introducción de reformas
escolares, por la organización de congresos sobre la educación y de la
redacción de planes de estudio y de legislación educativa durante la gubernatura
de Bernardo Reyes. Apoyó la creación de escuelas rurales y del establecimiento
del primer jardín de niños en la entidad. En 1918 fue declarado Benemérito de
la Educación por el Congreso del Estado. Autor de una buena cantidad de libros
sobre historia y educación.
También son Beneméritos de la Educación, Moisés Sáenz
Garza, creador de la escuela secundaria y de las escuelas rurales en México.
Era originario de El Mezquital, Apodaca en donde nació en 1888 y falleció en
1941. Se distinguió como funcionario público, embajador y docente en diversos
niveles educativos. Don Eugenio Garza Sada nacido en Monterrey en 1892 y
fallecido en 1973. Promotor de la educación profesional y técnica en el estado.
Fundador del ITESM. Don Humberto Ramos Lozano también nacido en Apodaca en
1911. Maestro, fundador de escuelas, funcionario, intelectual y destacado
maestro. Por la calidad de los Maestros que Nuevo León ha forjado a través de
sus instituciones formadoras de docentes, se habla de una “Escuela Nuevoleonesa”, unorgullo
estatal que ha trascendido a nivel nacional y por qué no decirlo,
internacional.
En el marco de esta conmemoración, el Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), presenta una selección de
indicadores sociodemográficos sobre la población ocupada en actividades
educativas, con el propósito de contribuir al conocimiento sobre el tema en
México.
Nada más para tener un idea a quienes se dedican a la
enseñanza, en el año 2006, la población ocupada en actividades relacionadas con
la educación ascendió a 1.6 millones de personas; de las cuales 1 millón 34 mil
son mujeres y 610 mil hombres, siendo su distribución 62.9 y 37.1 por ciento,
respectivamente. La mayor distribución porcentual de la población femenina y
masculina ocupada en actividades educativas se concentra en el grupo de adultos
de 30 a 44 años de edad con 48.9% y 44.8%, respectivamente. En ese año había en
el país 1.6 millones de personas ocupadas en actividades relacionadas con la
educación.
De las 1.6 millones de personas ocupadas en actividades
educativas, 1 millón 34 mil son mujeres; es decir, 62.9% del total. De cada 100
hombres ocupados en actividades educativas, 14 se desempeñan en la educación
superior; en contraste, de cada 100 mujeres, 7 laboran en dicho nivel. El
promedio de ingreso mensual de la población ocupada en actividades educativas
es mayor en los hombres respecto de las mujeres. Una proporción similar de
maestras (63.2%) y maestros (60.8%), además de trabajar, realizan quehaceres
domésticos; sin embargo, mientras que las mujeres dedican en promedio a la
semana 21 horas, los hombres destinan 5 horas.
¡Felicidades a todos los maestros y maestras en su día!
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