viernes, 26 de junio de 2015

A cien años de la muerte de don Porfirio (1)

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de la Ciudad de Santa Catarina

Este 2 de julio del año en curso de 2015, el general Porfirio Díaz cumple un centenario de su desaparición física. Sus restos descansan en París, Francia. Su última voluntad pidió que al morir los repatriaran a su tierra, al México que gobernó desde el último tercio del siglo XIX y principios del XX.Respecto a sus orígenes, una vez escribió: “Nací en la ciudad de Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Mi padre fue José Faustino Díaz y mi madre Petrona Mori. Aunque de origen español, mi padre era de los que llamamos raza criolla y mi madre tenía encima media sangre india de raza mixteca. Mi padre era pobre cuando se casó. Mirando que a su mujer no le gustaba vivir en la Sierra de Ixtlán, se lanzó a correr fortuna y se trasladó a la costa que el estado de Oaxaca tiene en el Pacífico... y puso una tienda en el valle de Xochistlahuaca. En los últimos años de la vida, mi padre se hizo muy místico en Oaxaca, sin ser fanático; era un católico muy ferviente. Rezaba mucho y aún llegó a usar un traje monacal de los terceros de San Francisco, aunque no había recibido ninguna orden eclesiástica.” 

Fue el sexto de siete hijos, concebidos en el matrimonio de José Faustino Díaz Orozco y María Petrona Cecilia Mori Cortés, quienes se casaron en 1808. En 1819 la pareja concibió a su primera hija a la que dieron por nombre Desideria. Dos años después nacieron los gemelos Cayetano y Pablo, quienes murieron en la infancia; luego vino el nacimiento de dos mujeres más, Manuela y Nicolasa. En 1830 nació Porfirio, y en 1833, el hermano menor, Felipe Díaz Mori. En 1820, los Díaz fijaron su residencia en la ciudad de Oaxaca en donde José Faustino Díaz se dedicó a la herrería. A las seis de la tarde con treinta y dos minutos del 2 de julio de 1915, José de la Cruz Porfirio Díaz Mori falleció a la edad de ochenta y cuatro años. Fue enterrado en la iglesia de Saint Honoré l'Eylau, y el 27 de diciembre de 1921 sus restos fueron trasladados al cementerio de Montparnasse en París. Su viuda Carmen Romero Rubio volvió a México en 1931,  dejando a don Porfirio en su última morada. A partir de 1989,  familiares e historiadores han expresado la intención de regresar a México los restos de Díaz, sin que hayan conseguido resultados. Aluden costos excesivos para el traslado, para algunos falta de voluntad política, para otros es la negación de un trozo de nuestra historia, de cuando México se instaló en la modernidad a la altura del concierto de las naciones más desarrolladas del mundo.

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Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico