Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista Municipal de Santa
Catarina
San Juan Bautista es el santo patrón de los municipios de
Lampazos, García y Cadereyta. Cadereyta Jiménez, Nuevo León tiene su origen en una
serie de cuatro fundaciones que prometió en su tiempo el entonces gobernador
Martín de Zavala, con la intención de
promover la población del Nuevo Reino de León a partir de su llegada en la
década de 1620.
Originalmente se llamó
Villa de San Juan Bautista de Cadereyta, la cual fue establecida el 15
de agosto de 1637 por Luis de Zúñiga y Almaraz y el capitán Alonso de León, en
un paraje conocido como “Puerto San Juan”. En 1792 debió cambiarse de sitio por
las constantes avenidas y crecidas del río San Juan como del Santa Catarina,
que nacen en la sierra perteneciente a Santiago en un punto conocido como San
Juan Bautista. La cabecera de la villa
quedó a la margen derecha del río San Juan. Se le llamó San Juan Bautista y de Cadereyta
en reconocimiento al virrey de la Nueva España Lope Díez de Armendaiz, marqués
de Cadereyta. Por cierto, existe otra población con el mismo nombre en el
estado de Querétaro.
El 28 de mayo de 1825, mediante decreto del gobierno del
estado de Nuevo León, se dictó la elevación a categoría de ciudad con el nombre
de Cadereyta Jiménez en honor al insurgente Mariano Jiménez, compañero del
padre Hidalgo y de Ignacio Allende, quien por cierto ingresó al Nuevo Reino de
León en enero de 1811. En ese tiempo, el pueblo de Cadereyta supo del
levantamiento armado encabezado por el padre Hidalgo el 12 de octubre de 1810,
por lo que las autoridades del lugar decidieron apoyar la causa insurgente.
Conviene señalar que la región ya se conocía desde
tiempos de Alberto del canto, Luis Carvajal y de la Cueva y Diego de
Montemayor. Se dice que éste último fundó un poblado que se llamó de San Juan
que no perduró. Pronto la Villa de San Juan Bautista alcanzó importancia en la
colonización y comunicación del Nuevo Reyno de León, especialmente por ser
punto de enlace con la Villa de San Gregorio de Cerralvo y la Villa de San
Mateo del Pilón, actualmente Montemorelos.
Entre algunos de los episodios que resaltan en la
historia de la villa, está la visita pastoral que hizo el obispo de Guadalajara
Juan Ruiz de Colmenero en 1642. En 1647 hubo una fuerte epidemia que diezmó a
la población y los franciscanos
establecieron un convento en el lugar en 1648 al que llamaron de Nuestra Señora
del Rosario. Para establecer poblaciones
durante la época colonial, debían estar
cerca de un río o manantial, situarlos entre cuatro y seis leguas, más o menos
20 o 30 kilómetros uno de otro y se les imponía el nombre de acuerdo al
santoral del día o del santo del momento.
Y San Juan Bautista es el profeta por excelencia del
Nuevo Testamento. Es la voz que clama en el desierto la venida del Mesías. Es
el arrebatado de Dios que vivía en desierto y llamaba a la conversión de los
fieles y los bautizaba con agua en el río Jordán. Su vida demuestra el poder de
Dios en todos sentidos: hijo de una madre ya anciana que no podía tener familia,
a su vez emparentada con la virgen María. Incluso se cree que pertenecía a una
secta situada en Qumrán, a orillas del Mar Muerto, llamados “Esenios”. Que se
alimentaba de lo que naturaleza y la providencia le prodigaban. Era quién retaba al soberano
para que viviera de acuerdo a las costumbres de la religión y que éste rendido
ante los encantos de una danza, concedió el deseo de decapitar a Juan.
Juan bautizó a Jesús y que el mismo Mesías advierte a sus
apóstoles y discípulos de la grandeza de las obras de Juan El Bautista. Por su
importancia, se le clasifica como el sucesor o continuador de las profecías y
obras de Elías. El templo parroquial donde se venera a San Juan Bautista data
de 1888.
Cadereyta Jiménez es cuna de hombres ilustres: de algunos
exgobernadores como Agapito García, Jerónimo Treviño y Anacleto Guerrero. Es la
tierra del primer cronista y poblador Alonso de León, de artistas y hombres de
letras como Jesús Cantú Leal que fundó el periódico El Porvenir en 1919,
Abelardo Leal, Federico Cantú, del patriota republicano Isaac Garza. Aquí
también están los orígenes de una dinastía empresarial regiomontana como lo es
la familia Sada.
Pero también Juan el Bautista es el patrono de García,
Nuevo León, un municipio que tiene su origen en una estancia que servía de
enlace y comunicación entre los viajeros y primeros pobladores de fines del
siglo XVI. En 1583 Manuel de Mederos obtuvo merced para poblar ésta región que
recibió el nombre de Pesquería, probablemente en relación a una de las
actividades predilectas de los conquistadores para hacerse y “pescar” indios y
llevarlos a trabajar en las minas de San Gregorio de Mazapil.
La estancia fue mercedada a don Gonzalo Fernández de Castro
en 1624, por el entonces gobernador del Nuevo Reino de León Martín de Zavala. Es
cuando el nombre de la nueva hacienda se le añadió el de San Juan Bautista.
Dado que el río que atraviesa el territorio de los actuales municipios de
Escobedo, Apodaca y Pesquería; al que originalmente
le pusieron Pesquería Chica para diferenciarlo de la Pesquería Grande.
A Juan el Bautista se le clasifica como el sucesor o
continuador de las profecías y obras de Elías. Y curiosamente en ésta
población, existen tres templos dedicados a las tres figuras en cuestión: el
Profeta Elías, el Santo Cristo de la Agonía y a San Juan Bautista. Y
precisamente a ésta hacienda, se le llamó desde fines del siglo XVI, San Juan
Bautista de Pesquería Grande y en su honor, las distintas capillas que se
contaban, estaban dedicadas en su honor.
La hacienda creció y se dividió en cuatro partes: la de
los Fernández, la de la Capellanía, la de los Sepúlveda y la de los Garza. Por
su importancia en las comunicaciones y en la defensa de los ataques de los
llamados indios bárbaros, a la par de su buena agricultura y ganadería, la
hacienda se convirtió en Valle, categoría política encabezada por un alcalde
mayor. Y desde 1808, el templo o capilla
del valle fue elevado a parroquia. Hace doscientos años de ello. Desde el 31 de
marzo de 1851, ostenta el nombre de García en honor a uno de sus hijos ilustres
que llegó a ser el tercer gobernador de Nuevo León, don Joaquín García. Pero en
éstos pueblos, las referencias simbólicas nos remiten necesariamente a Juan El
Bautista quien es el patrono de éstos municipios.
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