jueves, 30 de abril de 2015

El día del Niño en México

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista Municipal de Santa Catarina

En México tenemos muchas formas para referirnos a niño.  También les decimos infantes, chilpayates, güercos o chiquillos. Si tiene menos de un año se le dice bebé. Y aunque ya estén mayorcitos las mamás y las novias se refieren a sus hijos o novios como bebés. Ciertamente el término más usado es niño. La palabra niño tiene su origen en voces imitativas que usaban las madres para adormecer a los niños. Viene de “ninna, nanna”, ninna se convierte en niña y ya masculinizado se convierte en niño. A quien cuida a los niños se le dice nana. Precisamente en Italia existe una canción de cuna que se llama precisamente Ninna Nanna.


En México para arrullarlos y dormirlos, les cantamos canciones de cuna siendo las más conocida “A la roro niño”: “A la roro niño, a lo roro ya, duérmete mi niño, duérmase mi amor. Este niño lindo se quiere dormir, y el pícaro sueño no quiere venir”. En otra estrofa se canta: “Este niño lindo, que nació de día, quiere que lo lleven, a la dulcería. Este niño lindo, que nació de noche, quiere que lo lleven a pasear en coche”. La palabra arrullar se usa para atraer al palomo o el tórtolo a la hembra, o al contrario.  Con cantos o tarareos se adormece al niño con arrullos. Son los sonidos que provocan adormecimiento, paz y tranquilidad, como las olas del mar, el canto de las ballenas o el susurro del viento. Pero también arrullamos cuando enamoramos con palabras dulces al ser amado o pretendido.

En cambio la palabra infante viene del latín “in fare” que significa el incapaz de hablar. Chilpayate en náhuatl significa niño de brazos, mientras que güerco en hebreo significa demonio y con originalmente se designa al niño que no ha sido circuncidado. En otras lenguas se les dice children en inglés, menhino en portugués, bambino o bimbo en italiano, kind en alemán, entre otras más.

El 30 de abril es oficialmente el Día del Niño y está dedicado a los niños. Pero no sólo se trata de festejarlos, sino además de promover sus derechos y concientizar a las personas de la importancia de éstos. La idea de contar con un día del niño surgió el 20 de noviembre de 1959, cuando en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, se decidió reafirmar y proclamar los derechos de los niños universalmente. Desde entonces, cada país cuenta con un día para celebrar y organizar actividades para ayudar a desarrollar el bienestar de los pequeños en todo el planeta. Para ello se tomó el 20 de noviembre como el Día Universal del Niño. En dicha reunión también se sugirió a los países celebrarlo en un día en la fecha y forma que cada uno de ellos estimase conveniente. Y en México se fijó la celebración el 30 de abril. Eran tiempos en los que el presidente Adolfo López Mateos creó el Instituto Nacional de Protección a la Infancia que luego se convirtió en el sistema de Desarrollo Integral de la Familia.

Se dice que se deja de ser niño a los 16 años, que es la etapa donde el ser humano ya ha madurado completamente. En México alrededor de un 43,5% de la población son niños y niñas menores de 18 años. Debido a la pobreza, muchos niños y niñas emigran, con o sin sus familias, ya sea dentro de las zonas rurales, desde el campo a la ciudad, dentro de las mismas zonas urbanas e inclusive a los Estados Unidos. La consecuencia de este proceso es la inestabilidad de la familia y la existencia de un gran número de niños y niñas que trabajan. Según las estadísticas 3,5 millones de niños y niñas de 12 a 17 años forman parte de la fuerza laboral oficial o no oficial. El crecimiento económico durante los últimos 10 años ha transformado México en un país de medianos ingresos altos, pero todavía persisten enormes disparidades y una gran exclusión social. Por ejemplo, aproximadamente 24 millones de mexicanos viven en la pobreza extrema.

Por ello la UNICEF solicita a México para que se ajuste al Nuevo Programa Mundial para la Infancia y ha adoptado un enfoque que se basa en el ciclo vital del niño. Pero sobre todo, observa y recomienda que se apliquen los derechos de la infancia en los programas de políticas públicas contribuyen a establecer políticas sociales más coherentes para la infancia en los planos federal, estatal y municipal. Acciones que están orientadas a la salud y la educación y al apoyo de las familias donde se insertan.

Hoy en día nos quejamos de que los niños son tiranos y los padres son obedientes. Incluso que los tenemos muy mimados y chiflados. Pero les voy a poner unas citas para que veamos que las cosas no han cambiado del todo en casi cuatro mil años de civilización: Sócrates decía: nuestra juventud ama el lujo, no posee buenos modales, no hace caso a la autoridad ni respeta en modo alguno a la vejez, nuestros niños de hoy en día son tiranos. No se ponen de pie cuando un hombre anciano entra donde ellos están. Les contestan con impertinencias a sus padres. Son en verdad muy malos”. Por su parte Hesíodo alrededor del año 720 antes de Cristo se lamentaba: Nuestro mundo ha llegado a una etapa crítica. Los niños no hacen caso a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos”. Un sacerdote egipcio dejó hace aproximadamente 4 mil años una inscripción en un utensilio de arcilla: esta juventud está podrida desde el fondo mismo de sus corazones. Los jóvenes son maliciosos y perezosos. Nunca serán como la juventud de antes. Nuestra juventud de hoy en día no será capaz de mantener nuestra cultura".



Yo prefiero la cita evangélica en donde Jesús nos dice que para entrar al cielo, hay que ser como niños, pues en ellos vemos las riquezas de su corazón. Es el misterio de una vida que empieza llena de esperanzas. Felicidades a los Niños en su Día.

sábado, 25 de abril de 2015

La Tierra como madre: el día internacional de la Tierra

Antonio Guerrero Aguilar/

La palabra Gea o Gaya designa tanto al suelo como a la Tierra. La mitología griega la representaba como una diosa primordial que personificaba a una madre amorosa. Se dice que después del caos surgió la diosa Gea. Ella misma engendró a Urano, el dios de los cielos repletos de estrellas y también a Ponto, la deidad del mar. A su vez, Gea engendró con Urano a los titanes Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Cronos quien fue el menor y a las titánidas Tea, Rea, Temis, Mnemosine, Fabe y a Tetis.


Otras versiones  dan cuenta de otros hijos que procrearon tanto Gea como Urano: los cíclopes, unos gigantes que solo tenían un ojo y que eran muy buenos para levantar murallas, además de los llamados hecatónquiros, los de cien manos, cuyos nombres eran Coto, Briareo y Giges que tenían cada uno cincuenta cabezas.

Urano fue un mal padre. Enemistado con sus hijos por los crueles castigos que les infringía: escondió a los cíclopes y a los “hecatónquiros en el Tártaro,  considerado el mundo de las profundidades en donde no había luz y por consecuencia vivían en la más obscura realidad supuestamente ubicado en el vientre de Gea. Urano por temor a ser destronado se comía a sus hijos, por lo que Gea decidió hacer una hoz de pedernal gris muy grande y así defenderse de la maldad de su padre. Pero también Gea pidió a los titanes que guardaran obediencia, excepto Cronos que decidió el arma en contra de su padre, con la cual castró a Urano cuando intentaba tener contacto con Gea. De las gotas de sangre y del semen de Urano, Gea concibió a más hijos: las erineas, unas gigantes con armadura y las melias que eran las ninfas de los bosques repletos de fresnos.

Cronos arrojó al mar los testículos de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Según Hesíodo, Urano llamó titanes a sus hijos, palabra griega que literalmente significa “los que abusan” porque se confabularon con Cronos para darle castigo. Pero Urano profetizó que Cronos también tendría un final similar al suyo. Por ello, los hijos que Cronos procreó con Rea eran inmediatamente comidos para evitar que lo mataran. Fue cuando Gea le pidió a Rea que salvara la vida del menor de sus hijos, llamado Zeus para evitar que Cronos le hiciera daño. Para ello puso una piedra envuelta en un pañal que le dio a Cronos que inmediatamente ingirió Y en efecto, cuando Zeus nació, Gea lo llevó consigo para criarlo. Zeus al hacerse fuerte salvó a los titanes, los “hecatónquiros” y a los cíclopes.

Se cree que Gea fue la diosa original a la que rendían culto en el oráculo de Delfos. Luego les dio sus poderes a Poseidón y Apolo quien finalmente se quedó con el poder detrás del oráculo, pero luego Apolo mató a otro hijo de Gea llamado Pitón, por lo que la diosa Hera castigó a Apolo enviándolo a trabajar como pastor durante nueve años con el rey Admeto.

Era tanta la influencia que tenía Gea, que los juramentos realizados en su nombre eran considerados entre los más sagrados. Se le  representaba de dos formas: en las antiguas vasijas atenienses se la mostraba como una mujer entrada en años, medio levantada del suelo, llevando en sus brazos al bebé Erictonio, futuro rey de Atenas. En algunos mosaicos aparece como una mujer reclinada sobre la tierra rodeada por un grupo de karpoi, unos dioses infantes que portaban los frutos de la Tierra.


De igual forma, las culturas paleolíticas representaban a la tierra como mujeres con grandes atributos físicos pues decían que así debía ser, porque eso aseguraba la vida y los beneficios de la Tierra. A dichas estatuillas se les conocen como venus. En la antigüedad se le hacían ritos alrededor de doncellas vírgenes. Tienen que ver con la devoción a la madre Tierra y que regularmente en todas las religiones de la antigüedad encontramos cultos muy antiguos a diosas madres. Por ejemplo, para los antiguos mexicanos, el dios  del Sol Tonatiuh, tenía una parte femenina a la que se le conocía como Tonatzin, la madre de todos los dioses. La cultura inca le llamaba la Pacha Mama o Abyala para la cultura andina de los aymaras. Los romanos también la veneraban con el nombre de Terra.





El 22 de abril es el día de la Madre Tierra y desde 1970 comenzaron las manifestaciones en los Estados Unidos exigiendo un mejor trato y cuidado  del lugar en el cual nos movemos y existimos. Debemos considerar a la Tierra como madre y que nosotros le pertenecemos y no al revés. De ahí que es urgente evitar su destrucción sistemática que provoca cambios climáticos, calentamientos o enfriamientos globales o movimientos de mar y de Tierra que dejan estelas de muerte y dolor por el mundo. Por cierto, la palabra materia viene de dos voces: mater que significa madre y terra que deriva en madre.


martes, 21 de abril de 2015

La tía Lencha

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de Santa Catarina

Cuando hablamos de machacado nos referimos a uno de los platillos más representativos y típicos de Nuevo León, el cual es característico de municipios con tradición ganadera como Los Herreras, Cerralvo, China, General Bravo, Los Aldamas, Doctor Coss y Los Ramones, además del que se prepara en el antiguo Valle del Carrizal de los Aiguales, en donde  el más conocido de todos, indudablemente es el de  la señora Fidencia Quiroga.


Ella nació el 16 de noviembre de 1884 en Ciénega de Flores, hija menor del matrimonio formado por Telésforo Quiroga y Florencia Chavarría. Tuvo por hermanos a Juan, Ambrosio, Celestina y Longinos. Al morir su madre, don Telésforo volvió a casar con su cuñada Severa, con quien tuvieron un varón al que llamaron Juan de Dios.

Fidencia contrajo matrimonio con Reynaldo Quiroga, también originario del lugar. No tuvieron hijos legítimos, por lo que adoptaron a dos niñas a las que llamaron Victoria y Emma. Doña Fidencia, como fiel matrona, mujer típica de nuestros pueblos, era sencilla y afable en el trato, alegre y vivaz, acostumbrada a trabajar en un entorno en donde la tierra aunque amada y querida, regularmente se torna ingrata.

Por su forma de ser, entrona y de iniciativa se dedicó a la preperación de comidas para completar los gastos de su casa. La recuerdan con estima y respeto, pues tenía la costumbre de saludar a todos de mano y servir la comida personalmente. Una típica mujer del noreste, querida y respetada por la gente que la conoció y preocupada por sus semejantes, dando de comer a todo aquel que se le acercaba. No hacía diferencia entre los clientes que llegaban: no importaba si era un peón, arriero o ingeniero. Gracias al duro efectivo trabajo, se convirtieron en una de las familias más respetadas del lugar.

El machacado surge como una necesidad de conservar la carne en tiempos donde no había forma de mantenerla en buen estado. Entonces utilizaban el método de desecación para su conservación, el cual consistía en someter la carne a la acción de los rayos del sol. A veces le añadían vinagre o jugo de limón para darle un sazón especial.

La gente de nuestros pueblos extendía las tiras de carne por dos o tres día sobre unos anaqueles en ganchos y para protegerla de los insectos, los ponían en el interior de unas jaulas, construidas con tela mosquitera. La  carne se volteaba periódicamente y el proceso concluía cuando se doblaba con facilidad para quebrarse. Secaban la carne al sol y la temperatura, dependiendo del clima y con esto la carne adquiría un sabor muy apreciado. Originalmente la carne seca se hacía con carne de burro tierno y luego con el lomo de la res. Con la carne seca se hacía el tasajo.

Doña Lencha tenía la costumbre de pasar las tiras de carne sobre un bracero con leña de mezquite y luego la golpeaba para hacerla más delgada en un tronco grueso de mezquite que le servía como base. La carne la golpeaba con un mazo de madera. Una vez que la carne estaba “machaqueada”, la desmenuzaban manualmente para preparar el machacado con huevo. O también la dejaba en tiras y le ponía sal y limón para comerla como botana.


El platillo se popularizó cuando en 1928, durante la construcción de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, atendía a los trabajadores que participaban en la obra. Por su don de gentes, pronto se ganó el cariño y respeto de quienes acudían a su local llamado Merendero Quiroga, el cual estaba en el rancho Los Pozos a orillas de la carretera; quienes llamaban “tía” a doña Lencha por el respeto y cariño que le prodigaban. Ahí en el rancho Los Pozos, situado a 15 kilómetros de Ciénega de Flores, había un parador oficial para que los pasajeros de los Transportes del Norte llegaran a comer ahí.

La tía Lencha preparaba el machacado con huevo, poniendo la carne seca a freír en manteca de puerco hasta cocerse. Luego le añadían huevo acompañada de una rica salsa molcajeteada, en la cual mezclaban tomate asado con chile serrano y un diente de ajo para incluirla en el guisado, procurando no batir los huevos con el machacado, hasta ver que los huevos estaban casi en su punto, comenzaba a envolver una cosa con la otra y así lograba el famoso “Machacado con Huevo”, acompañado por tortillas de maíz o de harina recién hechas y tomando un taza de café preferentemente preparado con piloncillo.

Tía Lencha enviudó en 1935 y con el apoyo de sus hijas y de su medio hermano, atendió su negocio y dos años después, se cambió a una cuadra de la plaza principal del municipio, en donde se hizo muy famosa. Ahí acudieron personajes de la política, la cultura, las artes y la industria para degustar el riquísimo machacado con huevo. Doña Lencha falleció el 2 de febrero de 1975, a la edad de 91 años. Quien siguió con su negocio de comercialización de la carne seca fue un sobrino suyo.


Pero la herencia continúa en un ambiente en donde los restaurantes de comida rápida,  tienen el empeño de llamarle “machaca con huevo”. Este platillo es común en el noroeste mexicano, que comprende los estados de Sonora, Sinaloa y las dos "Bajas Californias". Aquí en el noreste, decimos con todo orgullo: “machacado con huevo” y si es de Ciénega de Flores, pues mejor. Aunque también puede ser de otros pueblos tan queridos por nosotros, siempre y cuando sean de Nuevo León. Pero si es de Ciénega de Flores, entonces nos acordamos a la “Tía Lencha”.


domingo, 19 de abril de 2015

De Ciénega de Flores: Julián y Pablo Quiroga

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de Santa Catarina, Nuevo León

El municipio de Ciénega de Flores, está situado en el valle antiguamente llamado del Carrizal de los Ayguales, delimitado al norte y al oeste con Salinas Victoria, al sur con Apodaca y parte de General Zuazua y al este con General Zuazua. Está situada a 34 kilómetros al norte de Monterrey y posee una extensión territorial de apenas 145,202 kilómetros cuadrados. Para llegar a Ciénega de Flores se accede por la carretera a Laredo.


El origen del lugar tiene que ver con una antigua estancia ganadera perteneciente a don Gonzalo de Treviño, quien la adquirió mediante compra a don Diego de Montemayor (el nieto) entre 1624 y 1634 de unas caballerías de tierra a las que se conocían como de la Ciénega. Tiempo después el sargento mayor Pedro Flores de Abrego, compró la hacienda en 1675 y por consecuencia se le llamó la Ciénega de Flores.

Regularmente se considera a María Cantú como la fundadora del lugar. Ella fue hija de Jerónimo Cantú y de Juliana Treviño. Con su esposo Diego de Hinojosa pobló San Antonio de los Llanos, pero debió abandonar el sitio cuando cayeron los janambres en 1673 y mataron a su esposo. Ella también resultó herida y se trasladó con su familia para poblar Ciénega de Flores. Ahí obtuvo mercedes de tierras. En 1695 alegaba que sus dos hijos y tres yernos acudían continuamente a la defensa de la frontera. Murió en ese lugar en 1705.

Ciénega de Flores fue adscrita a la municipalidad de Marín en 1807 y se constituyó en municipio el 23 de febrero de 1863. Un municipio con historia y rica tradición, convertido en lugar de paso obligado a partir de la construcción del trazo correspondiente de la Carretera Nacional México-Laredo. Ahora forma parte de la llamada zona periférica que rodea la zona metropolitana de Nuevo León y tendiente a un crecimiento demográfico considerable.


Tierra de hombres y mujeres de bien que han dado lustre no solo a la municipalidad, sino a Nuevo León. En ésta entrega voy a tratar a dos personajes como muestra de la grandeza de los hijos de tan característico y peculiar municipio. En Ciénega de Flores nacieron Julián Quiroga y Pablo Quiroga.

El rebelde imbatible: Julián Quiroga

Julián Quiroga es uno de los militares más afamados y combativos de los que se tenga memoria a lo largo de nuestra historia. Fue uno de los pilares militares al mando de don Santiago Vidaurri. Junto con Juan Zuazua y en un tiempo con Ignacio Zaragoza y Mariano Escobedo. Fue de todos los prohombres el único que permaneció leal a Vidaurri y por eso de le considera imbatible como rebelde. Julián Quiroga nació en Ciénega de Flores el 29 de enero de 1829, hijo de Cirilo Quiroga y Gertrudis Villarreal, aunque existe la tradición oral que lo hace ser hijo natural de Santiago Vidaurri.


No se tienen registros acerca de su infancia, solo que desde muy joven participó en la defensa contra los ataques de los llamados indios bárbaros. Afiliado a la Guardia Nacional de su pueblo, apoyó diversas campañas durante la revolución de Ayutla en 1854 y la guerra de Reforma entre 1857 y 1859. Precisamente en éste año, estuvo junto con Ignacio Zaragoza, quien una vez se refirió a Quiroga de la siguiente forma: “Quiroga es la historia viva de nuestra campaña”. También se distinguió durante le intervención francesa siendo líder del primer regimiento de caballería y por su méritos en campaña, fue ascendido a coronel el 10 de enero de 1862.

Quiroga fue de los pocos jefes fronterizos que permaneció fiel a Vidaurri cuando se dio la ruptura con los principales jefes norteños, debido al rechazo hacia Benito Juárez cuando éste quiso establecer la capital de la República en Monterrey. Ya es de sobra conocida la rivalidad y las consecuentes situaciones que se derivaron de la mala relación entre Juárez y Vidaurri. Por ello, en el mes de abril de 1865, Vidaurri y Quiroga se afiliaron al imperio en Salinas Victoria. En lugar de luchar contra los rebeldes y opositores a la república, Quiroga junto con Vidaurri se dedicaron a perseguir a las tropas leales a Juárez. Por sus campañas militares, el 21 de marzo de 1866, Maximiliano de Habsburgo lo designó oficial de la Orden de Guadalupe y el 6 de octubre de ese año, recibió nombramiento de jefe de inspectores de las compañías residenciales en Nuevo León y Coahuila.

El 29 de marzo de 1867 le fue expedido el grado de general de brigada por el Ministro de Guerra del Imperio, Nicolás de la Portilla. En la imposibilidad de operar militarmente en Nuevo León, Quiroga se refugió en Laredo, Texas en casa de Santos Benavides. Mientras tanto Vidaurri acudió hasta la ciudad de México para asistir a Maximiliano. Esto trajo una antipatía general hacia los dos jefes norteños, pues fueron de los pocos que sirvieron a Maximiliano y en consecuencia, también fueron catalogados como desertores y opositores al régimen republicano.

Una vez que fue derrotado el imperio, se amparó en la amnistía de 1870 y apoyó a Jerónimo Treviño en su levantamiento contra Benito Juárez en 1871, durante la revolución de la Noria. Luego asistió fielmente al régimen de Lerdo de Tejada y luchó contra Porfirio Díaz en la revolución de Tuxtepec, a quien venció en la célebre batalla de Icamole en Villa de García el 20 de mayo de 1876. Es muy conocida la anécdota de que Porfirio Díaz lloró después de la derrota y le reclamó a Treviño y Naranjo: “No decían que los de Nuevo León no pierden”, a lo que ellos contestaron: “¿A poco cree que Quiroga es de Oaxaca?”

Una vez que triunfó Porfirio Díaz en 1877, Quiroga fue señalado por apoyar a Lerdo de Tejada y acusado de las muertes de varios simpatizantes a la revolución de Tuxtepec. Fue consignado a un tribunal presidido por el licenciado y teniente coronel José María Mier, fiscal designado por el gobierno. Fue hallado culpable y condenado a muerte, fusilado a las 4.30 de la tarde del 11 de enero de 1877 en el extremo sur de la actual calle de Zuazua, siendo gobernador del Estado el Lic. Genaro Garza García. Fue sepultado de acuerdo a su última disposición, en el rancho del Barranco en Salinas Victoria.

Un militar indomable, que el juicio de la historia está en deuda con Quiroga. Solamente los tiempos pasados saben las causas que llevaron a abrazar una causa y de la cual sabían con certeza, de que no acabaría bien.

El jurisconsulto de Nuevo León: Pablo Quiroga Treviño

Pablo Quiroga Treviño nació en Ciénega de Flores el 25 de enero de 1903. Realizó sus estudios en la escuela León Guzmán y en el Instituto Laurens de Monterrey. Luego en el Colegio Civil para continuar un año en la escuela de derecho, concluyendo la carrera en la Universidad Nacional de México. Obtuvo el título de abogado en 1928.

Fue maestro de derecho administrativo en la Universidad de Nuevo León, escribiente, juez menor letrado, agente del Ministerio Público Federal, oficial mayor y secretario general de Gobierno. El 27 de diciembre de 1933 fue nombrado gobernador constitucional substituto por renuncia de Francisco Cárdenas. Ejerció el cargo hasta el 4 de octubre de 1935.

Durante su periodo al frente del gobierno de Nuevo León, surgieron algunos problemas en el seno de la naciente universidad, en especial por la vocación socialista prevaleciente que promovía el entonces presidente de la República, el general Lázaro Cárdenas. Los alumnos opositores decidieron suspender las clases, lo cual trajo la presencia del primer mandatario. Por su parte, el gobernador Quiroga decidió derogar el decreto que daba vida a la universidad y en su lugar promovió el llamado Consejo de Cultura Superior, que administró las distintas dependencias e instituciones educativas.

En éste período, las actividades económicas de la entidad repuntaron. Como abogado, promulgó las leyes de pensiones a servidores públicos del Estado y de protección a la vivienda obrera. Indudablemente que su gobierno fue muy sensible a las demandas de los obreros y a los conflictos laborales que continuamente se presentaban en la entidad. También le tocó inaugurar la carretera Monterrey-Saltillo en 1935.


Al concluir su periodo como gobernador, fue Magistrado del Tribunal Superior de Justicia, diputado federal en la XLI legislatura. Notario Público en Monterrey. Miembro del comité organizador de la Universidad de Nuevo León. Presidente y miembro del Colegio de Notarios de Nuevo León. Concurrió a diversos congresos sobre la materia en Roma, Montevideo y Atenas. Autor de dos informes de gobierno y de un diario de viaje que permanece inédito. Murió en la ciudad de Chihuahua el 15 de septiembre de 1987, pero fue sepultado en Monterrey. 

viernes, 10 de abril de 2015

A la memoria de Emiliano Zapata

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de la Ciudad de Santa Catarina

Emiliano Zapata nació el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofás Salazar. Con tan solo 10 años, fue testigo de la tristeza y el coraje de su padre cuando un cacique del lugar mandó quitarles sus tierras. Hacia 1896 murieron los padres de Emiliano por lo que tuvo que dedicarse a las labores agrícolas y a la arriería. Como charro consumado, en 1906 fue contratado por Ignacio de la Torre y Mier, yerno de don Porfirio para que se hiciera cargo de las faenas de la hacienda de Tenextepango.


Emiliano siempre participó de lado de quienes se sentían despojados de sus tierras. A cada rato y por rebelde lo metían a pelear entre la leva. Por lo mismo, en 1909 fue comisionado de parte de un consejo de ancianos para organizar una junta de defensa y tramitar ante las autoridades respectivas el regreso de sus tierras. Zapata fue hecho prisionero, más al salir de la cárcel repartió tierras a sus campesinos. Todos sus conocidos en Morelos sabían que el indio suriano practicaba hábilmente la táctica de guerrilla y lo único que quería era aplicar la justicia social, regresar la tierra a sus verdaderos dueños y ayudar a los desposeídos que lo vieron como un justiciero que peleaba a favor de los explotados del campo. Por eso, su frase célebre lo describe perfectamente: “Tierra y Libertad”.

El año de 1911 fue decisivo para el pueblo de Morelos que se levantó en armas siguiendo el llamado del Plan de San Luis. Inmediatamente con sus tropas propinó sonadas derrotas al ejército federal. Por ello Porfirio Díaz decidió que Aureliano Blanquet y Victoriano Huerta se hicieran cargo de Zapata a quien consideraban como un simple bandido. Cuando Francisco I. Madero llega a la presidencia, Zapata se pronunció en contra de su régimen al acusarlo de continuar con las mismas prácticas injustas del porfiriato y para ello antepone el Plan de Ayala al de San Luis.

El Plan de Ayala fue acordado en la Villa de Ayala, Morelos el 28 de noviembre de 1911. Ahí, un grupo de prominentes campesinos, entre los que se hallaba el mismo Zapata, Otilio Montaño, José Trinidad Ruiz, Eufemio Zapata, Jesús Morales entre otros más. En el Plan de Ayala se desconoció a Madero como presidente, decidieron continuar la revolución al amparo del Plan de San Luis pero con reformas sociales como la de regresar las tierras y el patrimonio ancestral a sus originales propietarios, mejorar la condición económica de los hombres del campo y de sus familias, nacionalizar los bienes de los hacendados e inversionistas que se habían beneficiado con las políticas económicas del porfiriato; decidieron nombrar a Pascual Orozco como jefe de la revolución y en caso de no aceptar, dejar a Zapata en su lugar, nombrar a un presidente interino que convoque a nuevas elecciones y juzgar como traidores a los militares que se opongan al Plan de Ayala.

Entonces Madero pidió a Felipe Ángeles que le hiciera frente a los reclamos zapatistas contenidos en el Plan de Ayala. Pero en un hecho excepcional, tanto Ángeles como Zapata entendieron el verdadero sentido de la revolución y mantuvieron con paz y tranquilidad al estado de Morelos.

Después de la Decena Trágica, Zapata y su ejército suriano se unen al Plan de Guadalupe y se levantaron en armas en contra del usurpador Victoriano Huerta. Inmediatamente Zapata aprovechó para aplicar los principios del Plan de Ayala para repartir las tierras a los campesinos. Al triunfar dicha revolución en 1914, Zapata como Villa desconocieron el liderazgo de Venustiano Carranza como primer jefe constitucionalista, por lo que los principales jefes revolucionarios se trasladan a la ciudad de Aguascalientes que hizo suyos los reclamos del Plan de Ayala.

El 4 de diciembre de 1914, en Xochimilco, Villa y Zapata formaron un pacto para luchar juntos en contra del constitucionalismo. Es cuando la División del Norte y los guerrilleros del Ejército Libertador del Sur, deciden una alianza militar; para ello la División del Norte hacía suyos los postulados del Plan de Ayala, la de apoyar a los campesinos surianos con armas y municiones y buscar un presidente civil que diera fin a la lucha revolucionaria. También se dispuso que los dos bandos, avanzaran sobre la ciudad de México. Fue cuando se vio a los zapatistas portar el estandarte de la Virgen de Guadalupe a su entrada a la ciudad de México. Momentos memorables para los mexicanos quienes vieron tanto a Villa como a Zapata juntos. En esa legendaria ocasión, Villa aparece sentado en la silla presidencial y al levantarse le dice a Zapata: “Te toca”, a lo Zapata le responde que él no peleó por política sino para regresar la tierra a los campesinos.


Después de las derrotas a la División del Norte en 1915, Zapata rompió definitivamente con los carrancistas. Dueño de su estado y de otras regiones circunvecinas realizó una reforma agraria en beneficio de los campesinos. Por su parte, Carranza dispuso una serie de medidas tanto políticas, económicas y militares para derrotar a Zapata y a su Plan de Ayala. Para ello dispuso que Pablo González Garza encabezara la campaña carrancista en contra de Zapata. Los zapatistas se hacen fuertes en algunas regiones de Morelos y Guerrero en donde los carrancistas no pudieron con el guerrillero del Sur.

En 1918 las tropas carrancistas tomaron Cuernavaca. Fue cuando comenzó a tener contacto epistolar con Jesús Guajardo quien le hizo creer que mantenía diferencias con su jefe Pablo  González. Zapata invitó a Guajardo para que se sumara al Ejército del Sur para desconocer a Carranza. Esta noticia llegó hasta ellos quienes por fin decidieron aprovechar la confianza de Zapata para hacerlo caer en una trampa. Desde tiempo atrás Guajardo, participaba en algunas batallas en contra de las tropas constitucionalistas para hacer creer a Zapata que se pasaría a su grupo.


Guajardo invitó a comer a Zapata en la hacienda de Chinameca, Morelos. Al ingresar se vio envuelto en una balacera que terminó con la vida de Emiliano. El 10 de abril de 1919 murió acribillado mi general Zapata. A Jesús Guajardo le dieron 50 mil pesos y lo ascendieron a general, pero luego murió a manos de los obregonistas que triunfaron con el Plan de Agua Prieta en 1920, específicamente en contra de Adolfo de la Huerta, quienes decidieron hacerle un juicio sumario en Monterrey.


martes, 7 de abril de 2015

Tragedias y accidentes en Santa Catarina

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de Santa Catarina

Un tráiler sin frenos: Mientras la señora Tere García de Sepúlveda ofrecía su tercer informe de gobierno municipal de Santa Catarina el 15 de diciembre de 1991, de pronto se fue la energía eléctrica. Inmediatamente conectaron una planta que habían pedido a la CFE para alguna emergencia. El informe continuó. Sin más problemas a muy pocos se les advirtió el origen del asunto: un tráiler que venía cargado con bultos de harina se había quedado sin frenos para impactarse en unos negocios situados a la entrada de Santa Catarina.  En lugar de buscar un sitio donde detenerse en el trayecto de la carretera Monterrey-Saltillo, entró a Santa Catarina para impactarse en unos negocios situados en la acera sur del cruce de Manuel Ordóñez y Morelos.

En ese sitio había una refaccionaria, algunas casas, un negocio donde cortaban el cabello y una taquería. Además de dañar los inmuebles, el camión se fue sobre dos camiones que estaban subiendo pasaje, uno de ellos de la ruta Infonavit Huasteca. Los resultados fueron terribles: cerca de 50 muertos, muchos heridos y los daños materiales tanto a vehículos como a las casas fueron evidentes. Al concluir el informe salí con la alcaldesa hasta llegar al lugar del siniestro. Vimos muchos cuerpos tendidos sobre el asfalto ya cubiertos con sábanas. El sitio parecía más bien un lugar en donde había ocurrido un atentado. La gente llorando preguntando por sus deudos. Días después se dijo que prohibirían la entrada de camiones cargados a la zona urbana. Nunca lo han respetado. Los camiones pueden entrar a Santa Catarina con y sin los remolques y la vigilancia vial no los amonesta o impide el paso. La historia nos dice que al menos han ocurrido tres o cuatro accidentes por camiones que se quedan sin frenos y no usan las rampas de seguridad situadas entre el Sesteo de las Aves y la Cuesta de Carvajal.

Un tren que se llevó a un camión de pasajeros: Cerca de las 6 de la mañana del 18 de diciembre del año 2000, un camión de la ruta 120 que recorría desde la Unidad Habitacional Adolfo López Mateos de Santa Catarina a Monterrey; era conducido por Víctor Hugo García Rivera quien le quiso ganar el paso al tren sobre la vía de ferrocarril que está en el cruce de la avenida Cuauhtémoc; causando la muerte de al menos 16 personas y 17 heridos. Posiblemente hubo más puesto que el camión iba repleto de pasaje. Después del encontronazo, se escucharon gritos de horror y lamentos. Luego el ulular de las sirenas de ambulancias, patrullas y granaderas.

Conforme pasaba la mañana esas escenas trágicas, fueron cambiadas por los rezos, cánticos, momentos de silencio y el llanto de los asistentes que no comprendían la imprevisión y la magnitud de un accidente que bien pudo evitarse. Primero acusaron al chofer, luego a la ruta de camiones a la que siempre le han achacado unidades en mal estado. Así como a Transportación Ferroviaria Mexicana por no instalar el señalamiento adecuado en los cruces de vías y no respetar los límites de velocidad en el área urbana correspondiente a García, Santa Catarina, San Pedro Garza García y Monterrey. El chofer huyó y para causar la impresión de  que estaban trabajando, le cambiaron el nombre y color a las unidades. Ahora se le conoce como la Ruta 400. Los de la compañía ferroviaria colocaron plumas y un sistema de alerta que anuncia el paso del ferrocarril y también pusieron luz mercurial en los alrededores. Cada año los deudos llevan ofrendas a sus difuntos. Lo raro es que al año, la pluma y la alarma se accionaron aun y cuando no había paso del tren. Quienes se hallaban en el lugar recordando a sus deudos lo consideraron como una presencia de la gente que ahí perdió la vida. Otro accidente más que ha tocado a la comunidad de Santa Catarina.



En la mañana del Domingo de Ramos del 1 de abril de 2007, un tractocamión con doble caja entró a Santa Catarina a la altura de la Puerta a Monterrey por la calle de Manuel Ordóñez. Cargado con 60 toneladas de tubos de acero, sin frenos; a su paso causó la muerte de al menos 15 personas, muchos heridos y destruyó 20 casas y negocios en un trayecto comprendido entre las calles de Primera Avenida y Zaragoza. El tráiler provocó cuantiosos daños a casas, negocios y vehículos particulares. Derribó postes de la Comisión Federal de Electricidad, por lo que todo el primer cuadro de Santa Catarina quedó sin energía por varias horas al igual que cables de teléfono y medidores de gas como de agua potable. Ahí en la tienda grande propiedad de los Martínez Padilla, el camión detuvo su marcha. Una casona centenaria logró detener el avance destructivo y fatal. Ese domingo por la mañana, algunos de los muertos esperaban el camión para trasladarse a otros sitios. Otros sin deberla ni temerla estaban en el lugar menos indicado. Luego el incendio, la gente que salió de misa para ver el accidente regresó de nueva cuenta al templo parroquial al ver la espeluznante tragedia. El entorno parecía más bien un escenario de guerra.



La casa donde fue el accidente del tráiler el 1 de abril del 2007 afortunadamente aún está en píe. Perteneció y la mandó construir don Serapio Martínez Ayala, quien fuera un ilustre y próspero comerciante de la localidad. Serapio Martínez nació en Santa Catarina el 14 de noviembre de 1873. Hijo de Crispín Martínez de oficio labrador y de Porfiria Ayala. Contrajo matrimonio con Anastacia Padilla. En 1895 abrió la tienda llamada El Centro Mercantil. En ella se vendían ropa, calzado y abarrotes en general, situada en la Calle Monterrey (luego llamada Manuel Ordóñez) número 11 esquina con Zaragoza. A expensa suya se construyó la casa fechada en 1910 situada en el mismo sitio. Mantuvo nexos comerciales con El Espinazo, en Mina, Nuevo León, Monclova y la zona carbonífera de Coahuila. Figura en varios cabildos como regidor. Promovió en 1899 el establecimiento de la línea telefónica con Monterrey. Murió en Santa Catarina el 17 de abril de 1962. Patriarca de una gran y extensa familia entre quienes figuran los Martínez y los Medrano, pues una hija se casó con don Gabino Medrano. También descendientes suyos que viven en Monclova como en San Pedro Garza García. Después del accidente muchos propusieron la destrucción total del inmueble. Afortunadamente fue defendida por el centro INAH de Nuevo León y se volvió a reconstruir la parte afectada. En la entrada principal aún está una piedra que tiene las iniciales de don Serapio Martínez Ayala, recordando al hombre que promovió su edificación en 1910.

domingo, 5 de abril de 2015

El tan sonado crimen de la casa de la calle de Aramberri

Antonio Guerrero Aguilar, Cronista de Santa Catarina

Un 5 de abril correspondiente al año de 1933,  la ciudad de Monterrey fue escenario y testigo de un terrible acontecimiento en una casa situada en la calle de Aramberri número 1026, casi esquina con Diego de Montemayor cercana al barrio de la Luz en pleno centro de Monterrey. Todavía de madrugada, más o menos a las seis y media de la mañana, Delfino Montemayor se despidió de su esposa Antonia Lozano de 54 años para asistir a su empleo en la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey; mientras la hija de ambos llamada Florinda Montemayor con tan solo 19 años, aún seguía durmiendo. Al regresar por la tarde don Delfino vio a su esposa e hija cruelmente asesinadas.


Esta familia procedente de General Zuazua, Nuevo León, había vendido todo su patrimonio para establecerse en Monterrey. Al saber que tenían dinero en efectivo, un grupo de delincuentes penetró en la casa y asesinó a la madre y a su hija para luego huir con las pertenencias. Cuando arribaron las autoridades, quedaron asombradas por la forma tan salvaje del crimen cometido. La sospecha se fue sobre unos parientes de la familia pues la puerta de entrada no había sido forzada y las infortunadas mujeres permitieron en su momento el acceso a sus agresores. Un detalle guío a la captura de los asesinos: había un rastro de sangre que salía de la casa con rumbo a otro domicilio situado a escasos metros. Para asombro de todos, dos de los asesinos resultaron ser sobrinos de la señora Florinda y hallaron las pertenencias de la familia en el negocio que tenían a la vuelta de la casa.

Uno de ellos llamado Gabriel habló. El y dos secuaces planearon el robo junto con un chófer y el asesinato de las mujeres, a quienes mataron para no ser reconocidos. Arrestados y en espera de una dura condena, fueron ejecutados s al aplicarles la ley fuga  en una loma llamada de la santa Cruz, situada a la entrada y en enfrente del cementerio de General Zuazua, Nuevo León. Luego los cuerpos de los asesinos fueron expuestos para calmar el morbo y las buenas conciencias de la sociedad regiomontana de la época.  La gente del Monterrey de entonces lo calificó como una venganza ordenada por el padre y esposo de las dos mujeres que perdieron la vida. El crimen se fue borrando de la memoria de los vecinos, pero no los extraños sucesos que se desencadenaron de ahí en adelante en la casa Aramberri.

Los cuatro  maleantes reconocieron lo siguiente: originalmente acudieron con la intención de cometer un robo pero terminaron degollando a sus víctimas. Se llamaban Gabriel Villarreal, Emeterio González de León, Pedro Ulloa y los hermanos Heliodoro y Fernando Montemayor, ambos sobrinos de los dueños de la casa. Hubo otro cómplice a quien le apodaban "el ciego " pero no participó directamente en el crimen. Un detective llamado Inés González encontró la primera pista para hallar a los culpables: un rastro de sangre salía de la casa. En este proceso repleto de pistas y conjeturas, el camino repleto con las gotas de sangre que salen de la casa donde ocurrieron los asesinatos hasta conducir a una carnicería propiedad  de Gabriel y Emeterio tan famosos en ese barrio.  En consecuencia, la captura de los malandros es inminente.

Mucho de lo que se sabe acerca del crimen de la casa de la calle de Aramberri se debe a los periódicos de la época, a versiones orales, al expediente judicial y a dos novelas: la primera publicada al poco tiempo del fatal episodio escrita por Eusebio de la Cueva y la segunda por Hugo Valdés Manrique en 1994. A esta obra le debemos casi todo lo referente al crimen. Recientemente la dirección de publicaciones de la UANL hizo una edición ampliada incluso hasta en formato electrónico. Durante mucho tiempo la casa situada en el número 1206 de la calle Silvestre Aramberri estuvo abandonada y ruinosa. De pronto se convirtió en un sitio turístico inevitable para quienes salían en los bares y antros del Barrio Antiguo de Monterrey durante las madrugadas. Tal vez por la necesidad de tener una experiencia sobrenatural o por los efectos del alcohol, pero quienes acudían a la casa decían escuchar los gritos y lamentos de dolor. Decían que los  espíritus de las mujeres asesinadas no descansaban en paz.  El crimen de la casa de la calle de Aramberri cobró más fama cuando comenzó a hablarse de la existencia de un perico. Basada en una versión oral y luego justificada en una psicofonía grabada que repetía incansablemente unas palabras emitidas por un loro que serían fatídicas: “Díles que no me maten, Gabriel”.

Aprovechando la vibra de la casa, unas personas vinculadas a la  brujería acudían para llevar a cabo ritos y sacrificios de animales, por lo que las puertas y ventanas de la casa debieron ser selladas y enrejadas para cerrarles el acceso. Aun así la gente se las arreglaba para entrar, haciendo agujeros en la pared o por el techo. En el año 2002, siendo gobernador Fernando Canales Clariond amenazó con tirar la casa para terminar con los rumores existentes que alteraban la paz del barrio. Otros hablan de un segundo asesinato dentro de la casa pero fue desmentido por la policía, tal vez con el fin de evitar intromisiones y nuevas travesuras. Por ejemplo, cuando llegaban los visitantes salían misteriosamente unos niños que se ofrecían como guías a través de las habitaciones y del patio.


Al concluir el recorrido pedían una gratificación y amenazaban a los presentes: quien llega conduciendo el vehículo siempre termina en un accidente automovilístico.  Actualmente la casa de la calle de Aramberri permanece cerrada y tapiada. Y a causa de su pasado trágico y de la leyenda que la rodea, no la dejan descansar en paz.  En la obra de Hugo Valdés se descubre una cara ignota de Monterrey. Ahora se nos presenta como una ciudad violenta, insegura y poblada por nuevos vecinos que llegaron a Monterrey atraídos por la fama del trabajo y el sueldo seguro. Una fama que ahora nos agobia y no nos deja vivir tranquilos ciertamente.


sábado, 4 de abril de 2015

La Semana Santa en Santa Catarina

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de Santa Catarina

Como Ustedes saben, los días de la Semana Santa  se fijan a partir de la primera luna llena de primavera. Se recortan cuarenta días y queda el Miércoles de Ceniza. La gente acude al templo a recibir el polvo que se hace con las palmas y las hojas dominicales que se quedaron durante el año anterior. Es día de ayuno y con eso también inicia la Cuaresma. Cada viernes del periodo, quedaban prohibidos el consumo de carnes rojas y en consecuencia, se hacían comidas tan ricas y nutritivas como el pescado preparado en muchas formas, los nopalitos guisados, las tortitas de papa o de camarón y la tradicional capirotada.

Hoy en día se plantea un nuevo sentido a evitar el consumo de carnes rojas durante los viernes de cuaresma. Es más bien la intención de renunciar a los “placeres de la carne” y especialmente para dejar de consumir “carne humana” con nuestros malos comentarios, chismes y envidias hacia otras personas.

En el templo se preparaban los ejercicios espirituales y la liturgia orientada a la vivencia del Misterio Pascual: la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, contenidos en tres días que dan razón a la llamada Semana Mayor: los días santos del jueves, viernes y sábado.  En el Jueves Santo se conmemora cuando  Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, también conocido como la Última Cena. Durante la ceremonia antes del ofertorio,  se hace el “Lavatorio” de los pies. Ahí el sacerdote celebrante toma una toalla y una bandeja con agua y lava los pies de doce varones, recordando el mismo gesto de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena. Se renuevan las promesas del sacerdocio por quienes optaron por ese seguimiento. En la mañana de este día o el anterior, preferentemente en las catedrales de cada diócesis, el obispo reúne a los sacerdotes en torno al altar y, en una Misa solemne, se consagran los Santos Óleos que se usan en los sacramentos del bautismo, confirmación, del orden sacerdotal y para la unción de los enfermos.

También se recuerda la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní, la gente acude a visitar los siete templos y se reparte el pan. Algunos lo comen como señal de gratitud y otros lo guardan para que la Providencia no deje de brindarnos su generosidad.  La gente ya salió de vacaciones y son días de convivencia, de descanso. Pero a veces también de excesos en lugares públicos o privados. Los ríos y balnearios repletos de bañistas. Otros en fincas de descanso y algunos de comunidades alejadas haciendo trabajo comunitario en las tradicionales misiones. El jueves comienza el llamado Triduo Pascual que nos anuncia la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

Luego acuden a visitar los siete templos para continuar con la tradición. Todavía en la década de 1980 los feligreses debían trasladarse hasta Monterrey para visitarlos o en vehículos acudían a los templos y capillas aun escasos en el municipio. Se hace la vigilia en honor al Santísimo Sacramento. El único día en que no hay ceremonia litúrgica de la misa es el viernes de la Semana Mayor. En el Viernes Santo se conmemora el sacrificio y la crucifixión con el vía crucis. Originalmente se hacía alrededor del templo, y desde hace unos 20 años la feligresía acude hasta el templo de Corpus Christi situado entre las colonias Santa Martha y Balcones de Santa Catarina. En el templo escuchamos y reflexionamos las Siete Palabras como testimonio profético del martirio de Cristo y le damos el pésame a la Virgen doliente y dolorosa. En éste día celebramos la pasión del Señor y con reverencia adoramos a la Cruz no como signo de muerte, sino como símbolo de Resurrección y triunfo sobre ella.

A punto de completarse, la Luna llena ilumina al cielo. A veces con los climas tan cambiantes en el noreste y lo mismo puede llover, sentirse el calor o padecer las inclemencias del tiempo. Si en el Jueves Santo actualizamos la promesa de la Eucaristía: “hagan esto en conmemoración mía”. El Viernes Santo recordamos la pasión y la muerte; mientras el día sábado, en la Gloria del Señor,  la victoria sobre la muerte. Desde entonces el camino a la eternidad está abierto y la puerta al cielo se nos presenta como promesa cumplida de aquel que venció a la muerte para darnos vida en abundancia.


De acuerdo a la liturgia cristiana, el Sábado de Gloria es el eje y el culmen del misterio pascual. Cristo resucitó de entre los muertos y subió al cielo en donde está a la derecha del Padre. En éste día se hace la Vigilia Pascual, la misa, la bendición del agua, de los cirios y de las velas. Hoy damos testimonio de la vida eterna y de la victoria sobre la muerte. Para refrendar la promesa bautismal llevamos agua al templo. En algunos sitios para recordarlo se tiran y bañan con el agua. También se bendice el cirio pascual con el cual se presiden todas las ceremonias y acciones litúrgicas y nos hacemos partícipes llevando velas al templo para que también den garantía de la Luz del Sol que nace de lo alto y que vino a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte.

¡Qué curioso!, dicen que una veladora bendecida durante la ceremonia, puede calmar las lluvias torrenciales. Esta noche enlazamos el misterio de la Resurrección con el de la Encarnación y con la presentación de Jesús en el templo. El agua bendita asegura el don de la vida para los hijos del Padre Eterno. Y la vela ilumina nuestra existencia, aleja los malos espíritus y nos enlaza a la eternidad. Si el sábado es de gloria, el domingo es la fiesta del Señor, es la señal evidente de su Resurrección.

En La Fama el tiempo no se detiene pero camina a otro ritmo. Y como en muchos pueblos,  con la intención de linchar y quemar a un muñeco que representa a Judas Iscariote, quien traicionó a Cristo. En la colonia Obrera de Monterrey y en La Fama de Nuevo León, la fiesta se realiza en la tarde del Sábado de Gloria.  A principios de la década de 1940, un vecino de La Fama llamado Pánfilo Almaguer, se dedicaba a recolectar ropa y zapatos viejos. Hacía unas figuras de regular tamaño, les daba forma humana, las rellenaba con tortillas duras y pólvora. Luego en un cartón les ponía el nombre, primero de algunos personajes ilustres de la localidad. Una vez terminados los colgaba como si fueran piñatas entre la atarjea y la plaza principal. Convocaba a la gente y ya reunida les prendía fuego. Al explotar la pólvora del Judas, volaban por los aires las tortillas duras y la ropa vieja que pronto se quemaba. En tiempos del ex alcalde Atanasio González, el Consejo Promotor del Arte y la Cultura de Santa Catarina rescató la tradición a partir de 1992. Hoy en día,  para convocar a la gente inician con un desfile de carros antiguos por las calles y las colonias aledañas. Al obscurecer se queman tres Judas representados por unas piñatas en forma de diablos que tienen cohetes dentro y truenan. Los han dedicado a la inseguridad, al No al valle de reyes o cualquier otro problema que nos aqueja o amenaza.

jueves, 2 de abril de 2015

La fiesta pascual

Antonio Guerrero Aguilar/ Cronista de Santa Catarina

La palabra pascua viene del hebreo “pesaj” que significa literalmente paso. Es una festividad que nos recuerda la liberación y salida del pueblo hebreo de Egipto. Guiados por Moisés, debieron esperar 40 años para llegar a la tierra prometida. Un número relacionado con los 40 días en que Jesús vivió en el desierto meditando y orando, en donde también fue tentado por el maligno antes de iniciar su misterio pascual. Por ello hay dos fiestas de pascua, la judía y la cristiana.


Para poner fin a la antigua polémica en torno a la celebración de la pascua, el emperador Constantino durante el concilio de Éfeso en el año 325, solicitó se fijara un calendario único por medio de una ley imperial. Una vez aprobado, encargó la tarea de fijar el tiempo pascual a la Iglesia de Alejandría, la cual contaba con muy buenos astrólogos. En consecuencia los sabios alejandrinos dispusieron una serie de normas: la pascua tendría que ser en domingo por ser el día del Señor. No debía coincidir con la pascua judía para evitar confusiones ni celebrarse dos fiestas de pascua en el año, en especial porque el año nuevo comenzaba con el equinoccio de primavera, antes de la entrada del Sol en la casa de Aries. Aun y cuando estaba vigente la antigua disposición imperial, Roma no adoptó inmediatamente esa disposición de los alejandrinos

Fue Dionisio El Exiguo, quien en el año 525 comunicó de las bondades que tenía la celebración de la pascua a partir del primer plenilunio de primavera. El plenilunio o luna llena es una fase lunar que sucede cuando la Tierra se halla situada exactamente entre el Sol y la Luna. Propuso celebrar a la pascua de Resurrección el domingo inmediato a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, que pensaban ocurría el 21 de marzo. Por ello, la pascua no debía celebrarse ni antes del 22 de marzo ni después del 25 de abril. La celebración de la pascua o cuaresma como también se le conoce, como periodo previo a la Semana Santa cambia cada año, pues depende de la primer luna llena que ocurre después del 21 de marzo. Se toma el domingo de Resurrección, se recortan 40 días y llegamos al Miércoles de Ceniza.

Regularmente vamos al templo a recibir ceniza y recordamos nuestra condición de pecadores, peregrinos en este mundo, dispuestos a la salvación y a la redención; de que somos parte de la tierra y a ella regresaremos. Por eso nos imponen ceniza, la cual dicen debe hacerse con la quema de los ramos que quedaron del Domingo de Ramos anterior. Debemos prepararnos como lo manda la Iglesia a sus hijos, para participar del misterio pascual comprendido en la Pasión, Muerte y Resurrección, vividos y reflexionados durante la Semana Mayor en el Jueves y Viernes Santo, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección.


Son días que exigen ayuno y abstinencia, además de redoblar esfuerzos para hacer el bien a los demás. Como es un período de renuncia, tenemos una etapa previa en la cual aprovechamos para vivir con fiesta y alegría, a la cual llamamos carnaval o fiesta de la carne, con bailes, disfraces y demás bullicios que tienen su origen en las fiestas dedicadas al dios Baco en el imperio romano. Como viene un periodo de privación de la carne y de los placeres relacionados a ella, debemos vivir plenamente unos días previos al inicio de cuaresma, en donde se vivirá sin excesos y sin lujos, sin comer carne de animales y en particular sin comer carne humana, pues somos muy dados a hablar mal de los demás.

Son famosos los lugares en donde se hacen carnavales. Sobrevive la costumbre en Roma, Nápoles y Venecia. En México los de Veracruz y Mazatlán. Pero el que se lleva las palmas por las fiestas y desfiles que realizan, es el de Río de Janeiro en Brasil. Ahí consideran al carnaval como una fiesta de inversión social, pues los ricos se hacen pobres y los pobres viven como si fueran ricos.

Ahora, ¿por qué relacionamos al conejo y los huevos con la pascua? De acuerdo a una leyenda, un conejo se quedó encerrado en el sepulcro de Cristo y fue testigo de su resurrección. Por eso debía anunciar la alegría de la victoria de la vida sobre la muerte. Un anuncio que debía llegar rápido a todos los puntos de la Tierra. Y el conejo es símbolo de fertilidad. Basta con colocar una pareja de conejos una frente de otra para ver lo que hacen inmediatamente. El conejo reparte huevos como señal de la resurrección de Cristo, pues el huevo es el símbolo universal de la vida. Ciertamente al conejo lo relacionaban en la antigüedad con la fiesta de abril dedicada a la diosa pagana Astarté y con el culto a la madre naturaleza, a la vida, la fertilidad, el amor y los placeres carnales.


Además el animalito posee patas traseras que lo impulsan hacia adelante y patas delanteras con las que muy apenas se sostiene. Es un dilema o coyuntura que tradicionalmente se nos presenta: alguien quiere avanzar pero que no puede o simplemente no lo dejan. Por lo tanto necesitamos de los demás para continuar con nuestra tarea. Yo recuerdo las palabras de mi mamá cuando se refería a una persona que siempre quería sacar provecho para sí sin importarle el beneficio de los demás: “es más largo que la cuaresma”. Una etapa de preparación, respeto y sacrificio, como entrega a los demás.





Me dedico a contar narraciones e historias en donde me piden y me invitan.

Santa Catarina, Nuevo León, Mexico