sábado, 25 de abril de 2015

La Tierra como madre: el día internacional de la Tierra

Antonio Guerrero Aguilar/

La palabra Gea o Gaya designa tanto al suelo como a la Tierra. La mitología griega la representaba como una diosa primordial que personificaba a una madre amorosa. Se dice que después del caos surgió la diosa Gea. Ella misma engendró a Urano, el dios de los cielos repletos de estrellas y también a Ponto, la deidad del mar. A su vez, Gea engendró con Urano a los titanes Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Cronos quien fue el menor y a las titánidas Tea, Rea, Temis, Mnemosine, Fabe y a Tetis.


Otras versiones  dan cuenta de otros hijos que procrearon tanto Gea como Urano: los cíclopes, unos gigantes que solo tenían un ojo y que eran muy buenos para levantar murallas, además de los llamados hecatónquiros, los de cien manos, cuyos nombres eran Coto, Briareo y Giges que tenían cada uno cincuenta cabezas.

Urano fue un mal padre. Enemistado con sus hijos por los crueles castigos que les infringía: escondió a los cíclopes y a los “hecatónquiros en el Tártaro,  considerado el mundo de las profundidades en donde no había luz y por consecuencia vivían en la más obscura realidad supuestamente ubicado en el vientre de Gea. Urano por temor a ser destronado se comía a sus hijos, por lo que Gea decidió hacer una hoz de pedernal gris muy grande y así defenderse de la maldad de su padre. Pero también Gea pidió a los titanes que guardaran obediencia, excepto Cronos que decidió el arma en contra de su padre, con la cual castró a Urano cuando intentaba tener contacto con Gea. De las gotas de sangre y del semen de Urano, Gea concibió a más hijos: las erineas, unas gigantes con armadura y las melias que eran las ninfas de los bosques repletos de fresnos.

Cronos arrojó al mar los testículos de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Según Hesíodo, Urano llamó titanes a sus hijos, palabra griega que literalmente significa “los que abusan” porque se confabularon con Cronos para darle castigo. Pero Urano profetizó que Cronos también tendría un final similar al suyo. Por ello, los hijos que Cronos procreó con Rea eran inmediatamente comidos para evitar que lo mataran. Fue cuando Gea le pidió a Rea que salvara la vida del menor de sus hijos, llamado Zeus para evitar que Cronos le hiciera daño. Para ello puso una piedra envuelta en un pañal que le dio a Cronos que inmediatamente ingirió Y en efecto, cuando Zeus nació, Gea lo llevó consigo para criarlo. Zeus al hacerse fuerte salvó a los titanes, los “hecatónquiros” y a los cíclopes.

Se cree que Gea fue la diosa original a la que rendían culto en el oráculo de Delfos. Luego les dio sus poderes a Poseidón y Apolo quien finalmente se quedó con el poder detrás del oráculo, pero luego Apolo mató a otro hijo de Gea llamado Pitón, por lo que la diosa Hera castigó a Apolo enviándolo a trabajar como pastor durante nueve años con el rey Admeto.

Era tanta la influencia que tenía Gea, que los juramentos realizados en su nombre eran considerados entre los más sagrados. Se le  representaba de dos formas: en las antiguas vasijas atenienses se la mostraba como una mujer entrada en años, medio levantada del suelo, llevando en sus brazos al bebé Erictonio, futuro rey de Atenas. En algunos mosaicos aparece como una mujer reclinada sobre la tierra rodeada por un grupo de karpoi, unos dioses infantes que portaban los frutos de la Tierra.


De igual forma, las culturas paleolíticas representaban a la tierra como mujeres con grandes atributos físicos pues decían que así debía ser, porque eso aseguraba la vida y los beneficios de la Tierra. A dichas estatuillas se les conocen como venus. En la antigüedad se le hacían ritos alrededor de doncellas vírgenes. Tienen que ver con la devoción a la madre Tierra y que regularmente en todas las religiones de la antigüedad encontramos cultos muy antiguos a diosas madres. Por ejemplo, para los antiguos mexicanos, el dios  del Sol Tonatiuh, tenía una parte femenina a la que se le conocía como Tonatzin, la madre de todos los dioses. La cultura inca le llamaba la Pacha Mama o Abyala para la cultura andina de los aymaras. Los romanos también la veneraban con el nombre de Terra.





El 22 de abril es el día de la Madre Tierra y desde 1970 comenzaron las manifestaciones en los Estados Unidos exigiendo un mejor trato y cuidado  del lugar en el cual nos movemos y existimos. Debemos considerar a la Tierra como madre y que nosotros le pertenecemos y no al revés. De ahí que es urgente evitar su destrucción sistemática que provoca cambios climáticos, calentamientos o enfriamientos globales o movimientos de mar y de Tierra que dejan estelas de muerte y dolor por el mundo. Por cierto, la palabra materia viene de dos voces: mater que significa madre y terra que deriva en madre.


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Santa Catarina, Nuevo León, Mexico